Las transacciones en línea crecieron 2,6 veces tras la pandemia. Sólo del año pasado a este se proyecta que las ventas se habrán duplicado. A vísperas de la temporada de ventas más importante del año, expertos reconocen las ventajas, pero recomiendan reforzar la seguridad.
Tras tres años de la pandemia, para nadie resulta nuevo realizar casi cualquier tipo de compras, pedidos o transferencias de dinero con un par de clics. El denominado comercio electrónico —o e-commerce como dicen los entendidos— es una tendencia que se ha mantenido firme y sigue consolidándose en el comportamiento de los consumidores y en la economía nacional de Ecuador.
No es novedad, ni algo extraordinario que amerite un titular de primera plana, pero es un tema que, estés o no consciente de ello, empieza a irrumpir con fuerza en estos días, en plena recta final del año, por tres temporadas consecutivas de ofertas en las que participa la gente de manera masiva: el Black Friday (el viernes 24), el Cyber Monday (lunes 27) y las compras navideñas (que prácticamente ya empezaron).
A vísperas de semejante movimiento económico, el más grande de todo el año no sólo en Ecuador sino en todo el mundo occidental, la consultora digital y directora de la productora Media Ecuador, Carmen Alicia Carrera, recomienda a la gente tomar precauciones para no ser víctimas de estafas en línea. Y para ello recuerda que, antes de tomar una decisión de compra en línea, por más creíble que parezcan las ofertas, en especial a través de videos en medios sociales, es necesario verificar que los sitios o plataformas sean auténticos y que dispongan alguna opción de reclamo o un lugar físico.
La experta formuló estas recomendaciones tras indicar que las nuevas formas de delitos digitales y ‘hackeos’ han avanzado a la par de las nuevas innovaciones y facilidades para realizar transacciones en línea.
Estas previsiones, en todo caso, cobran mayor importancia a pocos días que se publicaran reportes de prensa de una nueva encuesta realizada por la consultora internacional en materia de soluciones de pagos Paysafe, que señala que un 64% de los ecuatorianos ha realizado pagos en línea. Semejante volumen de uso, evidencia, una vez más, que uno de los desafíos principales para el comercio electrónico es, precisamente, el de la seguridad.
Consultado sobre este tema el doctor en comunicación, consultor digital internacional y director de la firma Tikinauta, José Rivera Costales, comentó que «el mayor desafío que podemos tener al momento de realizar las transacciones electrónicas es el de la seguridad, porque ahora muchísimas tiendas nativas y casi todos los comercios grandes, por ejemplo cadenas de supermercados, se están preocupando muchísimo por tener plataformas seguras con las cuales podamos realizar nuestros pagos con la alternativa de compra en línea».
A estas preocupaciones por la seguridad también se suma otra materia pendiente para un mayor desarrollo del comercio electrónico en el país, como la logística. Rivera explica que en el país aún no hay programas de compras por suscripción que permiten la entrega de los productos comprados de forma casi inmediata y sin costo. «Acá todavía tiene costo y habrá que ver nuevos modelos para las compras en línea», dijo, tras señalar que se deben establecer con absoluta claridad aspectos clave, como las formas, tiempos y responsables de las entregas de productos.
Rivera también recordó que una de las primeras experiencias en las que, de forma masiva, los consumidores ecuatorianos empezaron a perder miedo o desconfianza al comercio electrónico fue la contratación de plataformas de streaming de audio y video, la cual requirió que se utilice la tarjeta de crédito para realizar la transacción electrónica.
DESAFÍO COMPARTIDO
El conferencista ecuatoriano e instructor independiente de ciberseguridad Christian Tabango dijo a Ecuador Chequea que garantizar medidas efectivas de seguridad constituye un desafío que obliga a organizarse, colaborar y trabajar de manera conjunta entre el Estado y el sector privado.
En este sentido, señaló el experto, al gobierno entrante de Daniel Noboa, le corresponde asumir la agenda pendiente de la ciberseguridad del país, que incluye temas como la designación de la autoridad del sector: el primer titular de la Superintendencia de Datos; dejar claros las normas y los cambios de normas que estań vigentes en el sector; y propiciar un sistema de ayuda inmediata para las empresas e instituciones privadas que requieran ayuda urgente para enfrentar problemas de ciberseguridad en caso de ser atacados.
Tabango indicó que, en la actualidad, no están claras las obligaciones que deben cumplir las empresas en materia de ciberseguridad y protección de datos y “al no tener una autoridad tampoco hay multas”.
“En Estados Unidos se dio un caso en que el Estado se infiltró en las empresas, realizó el parche de seguridad. Ya se torna en un caso de seguridad nacional porque, al ser vulnerables las empresas, se afecta a los usuarios. Y, al afectar a los usuarios, se detiene el sistema económico. Entonces, debe haber un grado más de ayuda a las empresas”, indicó.
En este sentido dijo que, para brindar esta ayuda en caso de ciberataques, primero se requiere clarificar la normativa para que, por ejemplo, el EcuCERT (Centro de Respuesta a Incidentes Informáticos de la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones del Ecuador),de manera regular, entregue directamente a las instituciones públicas y privadas boletines informativos sobre las normas de seguridad que deben cumplir y cómo actuar en caso de problemas de ciberseguridad.
“Se debe generar un espacio en el que todas las empresas contribuyan en la ciberseguridad, con un boletín que notifique que hay una nueva vulnerabilidad, para que las empresas que no tienen equipos técnicos puedan ‘parchar’ o enfrentar una contingencia, en caso de ser atacados y brindar información a sus usuarios”, comentó, tras comparar este sistema con el que ya funciona con el Servicio de Rentas Internas para notificar cambios a los contadores.
ESTADÍSTICAS
Hasta el cierre de esta nota, esperábamos que el Servicio de Rentas Internas (SRI) respondiera un pedido de información sobre el volumen de facturación correspondiente a comercio electrónico. En su portal estadístico, sin embargo, bajo la categoría de Comercio Electrónico se encuentran dos apartados: guías de facturación para influencias y servicios de alojamiento.
En todo caso, en el portal estadístico del SRI, consultado por Ecuador Chequea la mañana de este miércoles 15 de noviembre, no se diferencia en sus estadísticas de facturación aquellas que corresponden a ventas realizadas en línea.
Según la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico, gremio representativo del sector, entre el 2019, es decir el año pre pandemia, y el 2022, el volumen de ventas del comercio electrónico en Ecuador se multiplicó 2,6 veces, conforme se puede apreciar en el siguiente registró estadístico:
2019:
– 1.500 millones de dólares
2020:
– 2.300 millones de dólares
2021:
– 3.200 millones de dólares
2022:
– 4.000 millones de dólares
2023 (previsión )
– 8.000 millones de dólares.
La proyección de cierre del 2023 es de que al menos se dupliquen las ventas realizadas este año mediante el comercio electrónico, de 4.000 millones de dólares a 8.000 millones de dólares; lo cual, a su vez, significa 5,3 veces más que antes del inicio de la pandemia.
Sobre este tema, la experta Carrera comentó: “Lo que vamos haciendo los ecuatorianos es adaptándonos a las posibilidades que nos dan las instituciones bancarias. En comparación a lo que fue antes de la pandemia, hoy los ecuatorianos ven una gran ventaja en las ofertas y promociones que presentan las tiendas online y las aprovechan”.
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