Venezuela se alista para una jornada electoral crítica este domingo, con más de 21 millones de votantes que decidirán entre mantener en el poder a Nicolás Maduro o decantarse por el candidato opositor. En las calles de Quito la respuesta es unánime: “Por el del cambio”. 

Venezuela se prepara para una jornada electoral crucial este domingo, cuando sus ciudadanos decidirán entre mantener en el poder al actual presidente, Nicolás Maduro, o apostar por un cambio con Edmundo González, el candidato de la oposición. 

Esta elección se perfila como una batalla decisiva entre la continuidad del chavismo, representado por Maduro, y la posibilidad de un nuevo rumbo. 

Más de 21 millones de personas están llamadas a las urnas, tanto en Venezuela como en el extranjero. Aunque el voto no es obligatorio, hay expectativa por una posible alta participación, que refleje la importancia de esta elección en la vida de los venezolanos.

El Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) presentó a principios de mayo la papeleta electoral, revelando una imagen que ha acentuado la polarización. Nicolás Maduro aparece en 13 casilleros, cada uno representando a una de las organizaciones políticas que respaldan su candidatura. González, por su parte, está en tres casillas.

Esta sobreexposición no ha sido suficiente para Maduro: la semana pasada, intensificó su retórica y su discurso: durante un acto de campaña en un barrio del oeste de Caracas, advirtió sobre un posible “baño de sangre” si no gana en las elecciones. Con una expresión grave, el presidente declaró, textualmente: “El destino de Venezuela, en el siglo XXI, depende de nuestra victoria el 28 de julio. Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida, producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.

Como era de esperarse, esto generó preocupación en la comunidad internacional. Esta inquietud llegó a tal punto que uno de sus aliados políticos, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, confesó que se «asustó» al escuchar la amenaza de Maduro. 

En un gesto inusualmente franco, Lula instó a Maduro a respetar la voluntad del pueblo venezolano. Durante una conversación, Lula le expresó directamente su inquietud, subrayando la gravedad del asunto.

Una de las reacciones más visibles de la oposición al chavismo provino de María Corina Machado, cuya candidatura presidencial fue bloqueada por el régimen de Maduro. En una entrevista con Fernando del Rincón en ‘Conclusiones’ de CNN, Machado acusó a Maduro de recurrir a la violencia como su última estrategia, afirmando que el régimen está tan desgastado que “ya está derrotado”. Esto último en referencia a todas las encuestas de intención de voto que anticipan que Edmundo González, el candidato de la oposición, tiene una ventaja de entre 20 y 30 puntos sobre Maduro.

Relación con Ecuador

Durante años, venezolanos de todas las edades y condiciones sociales se han integrado a la vida cotidiana en Ecuador. Atendiendo negocios formales e informales, ofreciendo una sonrisa mientras venden productos en las calles o en los buses. Estudiando en escuelas y colegios, buscando trabajo, alquilando viviendas, y compartiendo sus sabores, como las deliciosas arepas y otros manjares gastronómicos, que ingresan con fuerza a nuestra diversidad culinaria.

Estas interacciones diarias sirven como un recordatorio constante de la realidad venezolana y de cómo sus desafíos impactan a toda la región. En Ecuador, la estadística oficial más reciente sobre la población de venezolanos se basa en los resultados del Censo de Población, publicado el año pasado. Según ese estudio, el número de migrantes venezolanos en Ecuador creció de 4.720 en 2010 a 231.685 en 2022.

De los aproximadamente cinco millones de venezolanos en el exterior que podrían estar habilitados para votar, sólo una fracción podrá hacerlo en estas elecciones. Reportes de agencias noticiosas internacionales indican que sólo 69.211 venezolanos en el extranjero estarán en condiciones de votar este domingo, una disminución respecto a los 110.000 que pudieron participar en las elecciones anteriores.

En las últimas semanas, venezolanos en varios países han reportado dificultades debido a trabas burocráticas y altos costos para el registro electoral, lo que ha limitado la participación de muchos en el proceso electoral.

LA SITUACIÓN 

Los venezolanos en Ecuador no tienen ningún funcionario gubernamental que los atienda de forma directa luego de que en abril anterior el régimen de Maduro rompiera relaciones diplomáticas con Ecuador en represalia por la orden del presidente, Daniel Noboa, de asaltar la Embajada de México en Quito para apresar al exvicepresidente Jorge Glas, sentenciado por casos de corrupción.

Según estimaciones de organizaciones no gubernamentales, al menos 6.000 venezolanos se quedaron sin respuesta a trámites por los que ya pagaron aranceles y otros valores a los consulados en Ecuador. 

Una de esos miles de venezolanos es Daieleris Rosillo, de 41 años de edad, cuyo trámite de regularización migratoria en Ecuador quedó a medio camino tras el cierre de la Embajada. 

“No ingresé con ningún documento porque allá tampoco me los daban y aquí peor“, dice luego de recordar que durante siete meses la Embajada no le proporcionaba su “cédula de permanencia“. “Quiero regularizarme, pero es imposible. Y sin documentos no se puede conseguir nada formal“, indicó con resignación desde el costado de una mesa colocada sobre la vereda de la calle Lizardo Ruiz, la más comercial de Cotocollao, en donde exhibe prendas de vestir.

“No es mi puesto, pero sin papeles trabajo por cinco, a veces siete dólares, depende si hay ventas“, comenta.

El cierre de la Embajada no solo dejó a medias los trámites, sino que también eliminó por completo la posibilidad de que los venezolanos en Ecuador ejerzan su derecho al voto.  ¿Cómo, entonces, mirarán, literalmente desde lejos, las elecciones de este domingo?

Con arrechera, respondieron ciudadanos consultados por Ecuador Chequea la mañana de este martes. Con ese término popular o coloquial, cuatro de los 10 entrevistados expresaban, con cierto enojo e ira, su indignación por no poder votar, a pesar de que tenían su decisión electoral tomada.

Y esa decisión, de manera coincidente en todos los entrevistados, era una sola, pero expresada con diferentes maneras: “Por el candidato de Corina“ (en referencia al apoyo que la líder de oposición Corina Machado ha expresado al candidato Edmundo González), “por el que saque al dictador“, “por el del cambio“.

Ninguno de la decena de consultados se expresó a favor de Maduro. Y expresaban sus razones. Así, el también vendedor informal de accesorios de teléfonos celulares, Carlos Sánchez, comentó: “Todo es culpa de una sola persona, por Maduro estamos así. Y no podemos seguir así, por eso es que vamos a ganar. Pero sabemos que él no va a entregar el poder”.

“Todos los días converso por WhatsApp con mi familia y mis amigos, todos me dicen que los de Maduro no van a ganar y que el otro, el candidato de Corina gana, con él vamos a ganar, pero ahora el problema es que no le van a entregar el poder“, se atrevió a especular este venezolano consultado en las calles del norte de Quito

Lernin Ojeda, venezolano de 29 años de edad, se radicó en Quito en el 2017. “Me tocó salir sí o sí. Tal como estaba, la situación ya era insostenible. Allá era barbero y aquí sigo siendo barbero, he tenido esa gran suerte y oportunidad de seguir en lo mío. Acá en Cotocollao muchos venezolanos nos dedicamos a la barbería y al estilismo y aquí estamos dándole de todo para sobrevivir”.

Ojeda lamenta que no tendrá la oportunidad de votar “por el del cambio“, como identifica al candidato de la oposición, Edmundo González, debido al cierre de la Embajada en Quito y la imposibilidad de registrarse en el sistema electoral venezolano.

“Sí me gustaría que cambie el país entero. Todos salimos por un mejor vivir, por nuestros hijos. La verdad es que queremos que cambie absolutamente todo para poder volver a ver a nuestra familia“, dijo, luego de recordar que sólo seis de sus 14 parientes se quedaron en Venezuela y el resto ha salido en los últimos siete años para radicarse en Colombia, Perú, Ecuador, Estados Unidos y Argentina.

“Unos son vendedores, otros maestros de obras y estructuras. Se dedican a lo que tienen como, pero siempre pensando en volver a nuestro país“, indicó luego de contar su propia experiencia de acostumbrarse a los nombres equivalentes de los tipos y estilos de corte que en su país los conocen como “sombreado”, “gallito”, “el Mac Grey”.

Harvery Burgos, contador venezolano que en su país ejercía su profesión en un Municipio expresa su “arrechera“ o indignación por no poder votar por el candidato de la oposición de la siguiente manera:  “Si tuviéramos la oportunidad, votáramos, pero no podemos ejercer el voto para que todo vuelva a ser como antes del dictador y disfrutar de toda la riqueza que tenía el país“.

“Él es un dictador que no quiere a las personas y no le importa todo lo que nos ha hecho. Por lo que está cerrada la Embajada no podemos registrarnos y votar. Nuevamente, todo por culpa de él mismo”, lamentó.

Lo duro que fue salir del país y el drama humano que representó que sus familias quedaran divididas y desperdigadas en distintos países de América Latina, parecen quedar atrás por un momento o por lo menos estos temas se hacen más llevaderos. Todo, en realidad, se pone en pausa a la hora del almuerzo cuando muchos venezolanos aprovechan para encontrarse y conversar de una manera más distendida.

Así lo comprobó Ecuador Chequea pasadas las 14:30 de hoy, cuando un pequeño y popular restaurante fundado y creado por venezolanos, en la esquina de las calles Bachiller Guevara y Lizardo García, seguía con una gran cantidad de sus connacionales disfrutando de “arepas viudas“ o “cachapas“ como entrada y pabellón como plato fuerte.

Estos manjares con sazón auténticamente venezolana son servidos por el propio responsable del restaurante, mientras se escuchan canciones llaneras de Luis Silva, Vitico Castillo y Reinaldo Armas. 

Con un ambiente que les hace sentirse en casa, los venezolanos aprovechan para hablar de sus vidas cotidianas. Y claro, el tema de las elecciones es infaltable, con una expectativa que ya no solo es de ellos sino de la sociedad que los acoge.

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