Durante la sesión 518 del Pleno de la Asamblea Nacional se abordó el proyecto de resolución que dispone la comparecencia del ministro de Agricultura y Ganadería, Rubén Flores. El titular de esta cartera fue llamado por el Legislativo para que explique sus aseveraciones en torno a una posible compra de su cargo, «hay sectores que pagan un millón y medio de dólares por el puesto de ministro«, sostuvo. Para Guillermo Celí, asambleísta por el movimiento SUMA, el Ministro de Agricultura no solo es responsable de estás declaraciones, también deberá comparecer por la «penosa situación del agro ecuatoriano». El Legislador ejemplificó esta realidad denunciando que «de 80.000 hectáreas de maíz, más del 50% se perdió en la provincia de Manabí, mi provincia».

De acuerdo al Ministerio de Agricultura, en el período comprendido entre diciembre de 2016 y mayo de 2017 se sembraron 79.430 ha de maíz amarillo duro. Los Ríos y Manabí son las provincias que cultivan este producto en mayor cantidad. El promedio de siembra bordea las 80.000 ha desde 2017 en Manabí, según la información oficial.

El diario oficial El Telégrafo recogió las declaraciones de Frank García, funcionario del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), en Manabí, quien el pasado 24 de abril sostuvo que “de las 70.000 hectáreas que se sembraron en la provincia, el 70% (49.000) se estropeó, por el déficit hídrico”. Además, Joffre Quimís, presidente de los maiceros y concejal de Manabí, puntualizó que en el cantón Jipijapa se invirtieron más de USD 1.500 por hectárea. Para el representante de los maiceros, en esta ocasión la naturaleza les jugó una mala pasada y lo único que queda es esperar el pago del Seguro Agrícola. «Este ha sido una año decepcionante», afirmó.
Pese a que la afirmación de Celi se aproxima a la realidad, la información oficial y los representantes de este sector agrícola sostienen que la situación es más alarmante aún.