En medio de una contracción económica, el Gobierno —que ya tiene activo un financiamiento por 4.000 millones— analiza la posibilidad de acceder a un segundo crédito bajo un programa diseñado para mitigar riesgos del cambio climático y la preparación ante pandemias.
POR: Juan Camilo Escobar
El Gobierno de Daniel Noboa, que ya mantiene un acuerdo crediticio vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) desde mayo pasado por un valor de 4.000 millones de dólares, ahora tiene la opción de acceder a otro préstamo bajo el llamado Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad (RSF), el cual exige a los países solicitantes que implementen reformas vinculadas al cambio climático o la preparación para pandemias.
La posibilidad de un nuevo crédito del FMI surge como una opción tentadora. El dinero, de aprobarse, podría llegar en un momento crucial, ofreciendo un respiro temporal a una economía, que no parece encontrar estabilidad: el Banco Central confirma una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,2% en el segundo trimestre de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior, y una caída del 1,9% respecto al trimestre anterior.
En Washington, Julie Kozack, portavoz del FMI, fue diplomática pero clara al referirse al tema, en una rueda de prensa celebrada ayer: el acuerdo RSF está destinado a sentar las bases para un crecimiento sostenible, pero el FMI también está pendiente de cómo evoluciona la economía ecuatoriana.
Las previsiones de crecimiento económico ecuatoriano, dijo, se ajustarán en las próximas reuniones del FMI, previstas para finales de octubre. Para entonces, Noboa tendrá que decidir si el nuevo crédito es lo que Ecuador realmente necesita o si, como tantas veces antes, es sólo un parche temporal que podría prolongar la dependencia del país a la comunidad financiera internacional.
«Ecuador es elegible para acceder bajo el fideicomiso de resiliencia y sostenibilidad del fondo, y las autoridades están evaluando esta posibilidad de un potencial acuerdo RSF», dijo Kozack.
Por ahora, uno de los requisitos claves para acceder al nuevo crédito es contar con un programa respaldado por el FMI, condición que Ecuador cumple mediante el mencionado crédito de 4.000 millones de dólares aprobado en mayo anterior. La primera revisión de este crédito, según la portavoz del FMI, se realizará “antes de fin de año».
El nuevo préstamo para Ecuador sería a través del programa Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad (RSF, por sus siglas en inglés) del Fondo Monetario Internacional (FMI), que tiene una duración mínima de 18 meses, “un vencimiento de 20 años y un periodo de gracia de 10 años y medio durante el cual no se reembolsa el capital”.
Este programa, diseñado para ofrecer financiamiento asequible a largo plazo a naciones que implementen reformas clave, se presenta como una posible solución para mitigar riesgos que, según el FMI, podrían afectar la balanza de pagos, incluyendo aquellos relacionados con el cambio climático.
Ninguna de las voces autorizadas del FMI ni del Gobierno de Noboa ha revelado el monto del posible nuevo crédito. Sin embargo, en su página oficial, el FMI aclara que “el límite acumulativo general de acceso se establece en el 150 por ciento de la cuota o 1.000 millones de dólares de DEG (Derechos Especiales de Giro), lo que sea menor”. Esta ambigüedad deja entrever la delicadeza de la situación, mientras el país navega en aguas turbulentas en busca de soluciones financieras.
Así, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presenta una fórmula de cuotas que no determina directamente la cantidad de crédito, pero establece la base para calcular los límites de financiamiento que un país puede solicitar. Esta fórmula es fundamental, ya que define la contribución financiera de cada país miembro, su acceso al financiamiento y su influencia en las decisiones del organismo. Compuesta por diversas variables económicas ponderadas, la fórmula busca reflejar el peso relativo de cada economía en el sistema financiero global.
DESGLOSE DE LA FÓRMULA
0.50 ∗ PIB + 0.30 ∗ Apertura Económica +0.15 ∗ Variabilidad + 0.05 ∗ Reservas 0.50
- Producto Interno Bruto (PIB): Representa el 50% del cálculo. Este indicador mide el tamaño de la economía de un país, lo que refleja su capacidad para contribuir al FMI. Los países con economías más grandes tendrán cuotas mayores.
- Apertura económica: Ponderada en un 30%, evalúa el grado de exposición de una economía al comercio internacional. Las economías con mayores volúmenes de exportación e importación tienen mayor apertura, lo que aumenta su cuota en el FMI.
- Variabilidad: Con un peso del 15%, mide la volatilidad de los ingresos por exportaciones, reflejando cuán susceptibles son las economías a los choques externos. Este factor es crucial para países dependientes de la exportación de commodities o con sectores altamente expuestos a fluctuaciones globales.
- Reservas internacionales: Representan el 5% de la fórmula. Estas reservas incluyen activos en moneda extranjera y oro, y reflejan la capacidad de un país para enfrentar crisis financieras sin recurrir a organismos internacionales.
EL ANÁLISIS
Consultados por Ecuador Chequea, Verónica Artola, investigadora económica y exgerenta del Banco Central del Ecuador, y Napoleón Santamaría, abogado especializado en tributos y finanzas, coincidieron en que el monto máximo del segundo préstamo podría alcanzar 1.300 millones de dólares. Sin embargo, enfatizaron que, a diferencia del primer préstamo, este no estará disponible para uso general ni será considerado de “libre disponibilidad”.
En su lugar, afirmaron, se condicionará exclusivamente a enfrentar las urgencias económicas provocadas por la crisis energética y la sequía, dejando claro que la situación económica del país demanda un enfoque específico y dirigido.
Además, destacaron que, ante la compleja situación que atraviesa la economía nacional, recurrir a este préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) se presenta como una de las escasas alternativas disponibles para el Gobierno en su intento por abordar algunos de los problemas más urgentes en las finanzas públicas.
“Podríamos acceder a un máximo de 1.300 millones de dólares, pero el problema es que cada vez estamos aumentando más la deuda externa”, advirtió Artola, tras insistir en la necesidad de un adecuado manejo de las finanzas públicas. “Esto indica que la situación económica es compleja, aunque el Gobierno no lo ha querido aceptar. Sin embargo, es evidente que se necesitan esos recursos para abordar la crisis energética, que es fundamental”, opinó Artola.
“Se termina el oxígeno fiscal”, advirtió Santamaría, al recordar que hasta agosto, la recaudación de impuestos administrados por el Servicio de Rentas Internas creció apenas un 4%. Este aumento limitado, explicó, se debe a la recesión económica y al hecho de que una parte de los contribuyentes formales ha pasado a la informalidad.
Santamaría recordó que, “después de julio, los impuestos ocasionales cayeron casi a cero. Por lo tanto, debemos sobrevivir con los impuestos ordinarios y recurrentes, como el IVA, los impuestos a la renta y las salidas de divisas”. Sin embargo, señaló que estos impuestos se están recaudando cada vez menos, debido a la crisis económica, el enfriamiento de la actividad económica, la baja inversión extranjera, los problemas de energía eléctrica y la limitada operatividad y facturación.
“Todos estos factores han golpeado a Ecuador, lo que significa que los impuestos ya no son la fuente de financiamiento esperada”, agregó Santamaría. También destacó que no se pueden recurrir a las regalías petroleras, ya que el 1 de octubre el país amaneció con 20.000 barriles menos diarios de Petroecuador y que, además, se tendrá que cerrar la producción petrolera del campo ITT, por mandato de la consulta popular de agosto de 2023.
“Por lo tanto, no hay opciones viables, excepto buscar un nuevo crédito de los organismos multilaterales en los próximos tres meses. Durante este tiempo, tendremos que activar las centrales térmicas, lo que implicará un alto consumo de diésel, o impulsar pequeños proyectos de generación y mejorar la transmisión y distribución eléctrica, que requieren una inversión considerable”, indicó.
LAS IMPLICACIONES DEL POSIBLE SEGUNDO CRÉDITO
Santamaría también advirtió sobre las implicaciones que tendría para Ecuador la decisión de solicitar un segundo crédito internacional en este mismo año. Según Santamaría, el Gobierno estaría recurriendo a este tipo de financiamiento como una última opción ante una situación económica crítica.
«Aparecen nubarrones tan negros que asustan, y el Gobierno ha decidido acudir a un crédito internacional porque no hay otra opción para tratar de paliar el momento», afirmó el experto. Según su análisis, aunque el préstamo puede proporcionar un alivio temporal, tiene un costo a largo plazo. «Nos prestan y luego hay que devolver. Y se pagan los intereses con más tributos», explicó Santamaría, sugiriendo que esta medida podría agravar la carga fiscal sobre los ciudadanos.
«Será un crédito cerrado, no muy generoso y tampoco en un solo desembolso», estimó Santamaría, refiriéndose a la posibilidad de que el crédito se libere en tramos y bajo estrictas condiciones. Esto significa que Ecuador no recibiría todo el dinero de una vez, lo que podría limitar la capacidad del Gobierno para hacer frente a las necesidades más urgentes.
Santamaría señaló que: «Nos pondrán reglas, condiciones, que es lo correcto», aludiendo a la necesidad de supervisión sobre el destino del dinero prestado. Estas condiciones son comunes en los acuerdos de crédito internacional, especialmente cuando los prestamistas buscan garantizar que los fondos se utilicen de manera eficiente y responsable. Sin embargo, el tributarista también recordó el historial de mala gestión de fondos públicos por parte de los gobiernos anteriores: «si no, los gobernantes lo que han hecho con el dinero es malusarlo», sentenció.
LO QUE VIENE
El trámite para un segundo préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no es el único tema que queda pendiente; también se encuentra en la balanza la revisión del cumplimiento de las condiciones del primer préstamo, un proceso crítico para la aprobación de los siguientes desembolsos por 3.000 millones de dólares. Esto tras un primer desembolso de 1.000 millones de dólares que ya se concretó en meses anteriores.
Según anunció el FMI ayer, esta revisión está programada para llevarse a cabo antes de que termine el año, dejando, por ahora, en suspenso el futuro económico del país.
“El FMI entrega una parte de los fondos si te comprometes a cumplir diversas condiciones. En diciembre, vendrán a verificar el cumplimiento de la calidad del déficit, el incremento de ingresos y la redistribución de gastos”, recordó Artola. “De acuerdo con el cumplimiento de las metas, se presentará la información al Directorio del FMI para autorizar el siguiente desembolso”.
“Estamos cumpliendo con las metas cuantitativas que nos impusieron, por lo que no creo que haya problemas. Sin embargo, me preocupa el cumplimiento de las metas cualitativas, ya que nos exigen una reforma tributaria. Para el Gobierno, esto no se considera una reforma tributaria en sí, sino una mejora en la generación de ingresos. A través de normas internas, buscan reducir las exoneraciones tributarias sin pasar por la Asamblea”, explicó Artola.
LA RECAUDACIÓN TRIBUTARIA CRECIÓ EN APENAS UN 4%
La recaudación tributaria neta, sin incluir valores ocasionales en Ecuador experimentó un crecimiento del 3,97% entre enero y agosto de 2024, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según un informe publicado por la Corporación para la Transparencia Fiscal Ecuatoriana (Cotfe). El total recaudado en 2024 alcanzó los $10.347 millones, frente a los $9.951 millones recaudados en el mismo período de 2023, aunque con algunos altibajos mensuales.
Análisis mensual
El comportamiento mensual de la recaudación muestra variaciones importantes, con algunos meses registrando un crecimiento sólido, mientras que otros presentaron caídas interanuales:
- Enero de 2024 mostró una disminución del 10,29% en comparación con enero de 2023, con una recaudación de $1.328 millones frente a los $1.480 millones del año anterior.
- Febrero tuvo una leve reducción del 0,74%, con $940 millones recaudados en 2024 frente a $947 millones en 2023.
- Marzo mostró una estabilización con un crecimiento marginal del 0,48%, pasando de $1.160 millones en 2023 a $1.166 millones en 2024.
- Abril y mayo mostraron un crecimiento moderado. En abril, la recaudación subió un 1,29%, mientras que mayo tuvo un incremento significativo del 10,86%, con ingresos de $1.294 millones frente a los $1.168 millones de 2023.
- Junio de 2024 fue uno de los meses más positivos, con un aumento del 15,45%, recaudando $1.317 millones en comparación con los $1.140 millones del año anterior.
- Julio fue uno de los pocos meses con retroceso, cayendo un 7,50%, con una recaudación de $986 millones en 2024, en contraste con los $1.066 millones de 2023.
- Finalmente, agosto de 2024 mostró un crecimiento excepcional del 27,92%, alcanzando los $1.381 millones, comparado con los $1.080 millones recaudados en agosto de 2023.
LOS INGRESOS OCASIONALES SE DESPLOMARON CASI EN UN 100% EN AGOSTO
La recaudación de valores ocasionales, como las contribuciones temporales y ajustes de retenciones se desplomaron casi en un 100% en agosto, tras registrar un incremento acumulado del 282,22% en los primeros ocho meses de 2024, según el informe de la Cofte. Este aumento representa un cambio significativo en comparación con el mismo periodo de 2023.
Análisis mensual:
- Enero y febrero de 2024 mostraron incrementos notables de 798,73% y 880,20% respectivamente, comparado con los mismos meses del año anterior. El salto es significativo considerando que en enero de 2023 la recaudación fue de solo $9.199 millones, frente a los $82.674 millones de enero de 2024.
- En marzo de 2024, a diferencia de los otros meses, se observó una caída del 8,99% respecto a 2023, al reducirse la recaudación de $295.522 millones en 2023 a $268.940 millones en 2024. Este fue el único mes con decrecimiento interanual.
- Abril y mayo de 2024 mostraron crecimientos exponenciales del 2.321,89% y 2.273,86% respectivamente, con la recaudación alcanzando los $139.740 millones y $222.509 millones. Estos valores contrastan fuertemente con los $5.770 millones y $9.373 millones recaudados en los mismos meses de 2023.
- Julio de 2024 destacó especialmente, con un incremento del 5.482,41%, alcanzando los $537.005 millones, frente a los $9.620 millones de julio de 2023.
- Agosto de 2024 mostró una disminución del 98,12%, con solo $169 millones recaudados, frente a los $8.973 millones en agosto del año anterior, lo que sugiere un ajuste temporal en las políticas de recaudación.
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