Desde la pandemia, el sistema educativo ha venido acarreando trabas, por lo que existió un retraso en el desarrollo escolar. Expertos recomiendan tener planes para situaciones de emergencia, como esta, para garantizar el aprendizaje.
El pasado 14 de abril comenzaron nuevamente los apagones en el país, pues se enfrenta una grave crisis energética. El 18 y el 19 de abril, el Gobierno suspendió la jornada laboral en el sector público y privado, por lo que las clases se suspendieron también.
“Las instituciones educativas fiscales establecerán con cada Distrito Educativo las estrategias y lineamientos pedagógicos para recuperar la jornada educativa”, señaló el Ministerio de Educación.
En distintas ciudades del país se han experimentado cortes de luz de hasta 10 horas continuas. Luego de esa suspensión por dos días, el lunes retornaron a clases presenciales. El Ministerio informó que los estudiantes de la jornada vespertina asistirán hasta las 17:00 y complementarán con actividades pedagógicas no presenciales; y la jornada nocturna tendrá modalidad virtual.
Debido a la emergencia eléctrica en el país, el Ministerio de Educación informó que las clases en el régimen Costa-Galápagos iniciarán el 6 de mayo y se harán de manera escalonada. Por lo que primero entrará el bachillerato, luego la educación básica superior y la educación media y elemental.
Las crisis pasan factura a los niños
Milton Luna, coordinador del Contrato Social por la Educación, aseguró que toda crisis, y más como la que vivimos, tendrá impactos muy fuertes en los aprendizajes, ya que el proceso de enseñanza pasa de la presencialidad, de alguna manera, a una circunstancia incierta.
“La carencia de energía eléctrica en los sitios donde existen cortes, provoca que no se puedan realizar actividades por la falta de Internet. De hecho, esto va a afectar a todo el proceso regular que se venía llevando a cabo y no hay una reacción creativa de parte de los docentes, de las instituciones en poder formar en una situación compleja para el desarrollo de los procesos educativos”, indicó.
Luna dijo que, debido a la situación habrá retrasos en la escolaridad, pero recomendó que los docentes, dependiendo de las materias que aborden, tendrán que dotarse de instrumentos tradicionales, como textos pedagógicos y realizar todo tipo de actividad que conlleve la no utilización de energía eléctrica e internet, por lo que también se pueden utilizar guías escolares.
“Hay que hacer un refuerzo de aspectos de lectoescritura para determinados tipos de niveles. De alguna manera retornar a actividades más lúdicas y manuales que le permitan no atrasarse. Aquí se va a necesitar mucha ayuda de la familia y con la respectiva guía de los establecimientos y docentes podrán apoyar a sus niños para cumplir con las tareas y actividades que les designen”, recomendó.
Por su parte, Sybel Martínez, directora de Grupo Rescate Escolar, señaló que ha estado indagando lo que sucede en algunas instituciones educativas y dijo, por ejemplo, que en los particulares, al tener clases con proyector, esas clases no se pueden dar, porque los profesores no se saben la clase, mientras que en los colegios públicos dan clases a “medio gas”, porque afecta directamente la energía al trabajo dinámico que se tiene.
“Lastimosamente, nunca prevemos esta situación. Una situación que ya deberíamos tener previsto después de la pandemia, en donde debíamos haber analizado y elaborar documentos a manera de protocolos que garanticen que los niños no se vean afectados en situaciones límite, como las que estamos viviendo ahora, pero eso no sucede. Entonces, no hay un plan b, no hay una reacción rápida de las escuelas o colegios y tampoco hay lineamientos claros desde el Ministerio de Educación y, al final del día, se les pasa factura en educación a los niños”, enfatizó.
“(…) No se va a cumplir a cabalidad las planificaciones que existen en cada una de las escuelas para garantizar el aprendizaje. Ahí, el Ministerio de Educación ya debería haber emitido rutas de actuación y líneas claras de manejo frente a esta situación que pasa factura a nuestros estudiantes y eso no está sucediendo. Entonces; queda a criterio de cada escuela y, yo diría, de cada docente de que si tiene datos o no imparte la clase (…) Siempre se pasa factura a los niños en todas las crisis que hay”, afirmó.
La experta aseguró que el Ministerio de Educación debe dar las directrices en una situación complicada y debería hacer un plan adaptado a esta situación, en la medida en que no se dé directriz, hay que exigir un lineamiento claro y garantizar la educación.
Por lo que “como padres hay que presionar por lo que tiene que hacer la cartera de Estado, porque van a terminar el año sin aprender, otra vez, y eso ya pasó en pandemia”.
Testimonios
Nicole Nieto, madre de una niña de siete años de la Unidad Educativa Jason Miller, aseguró que su hija no tuvo mayor inconveniente en el desarrollo de sus clases el lunes, pues su horario de cortes de luz era de 10:00 a 18:00; sin embargo, si requieren el proyector para realizar actividades, no lo utilizan y recurren a actividades más manuales y las aulas tienen grandes ventanales, por lo que hay claridad.
Aunque, Nieto recuerda que la lluvia complica un poco más la situación, pues el ambiente se puede tornar oscuro y la escuela no cuenta con generador de luz. Su hija sale a las 14:30, y explicó que las tareas se complicarían en el caso de que la niña requiera materiales, pues eso lo deben revisar en una agenda electrónica, a través de una plataforma y, al no tener luz, la comunicación y el acceso a internet se vuelve intermitente.
Nicole Nieto aseguró que en el colegio de su hija aún no les han comentado nada sobre recuperar las clases que se suspendieron el jueves y el viernes pasado.
Andrea Burbano, madre de una niña de 10 años y de un niño de 5 años que están en la Unidad Educativa Internacional Scholastic Model (ISM), explicó que este sábado y el próximo van a recuperar las clases que no tuvieron la semana pasada y lo llevarán a cabo como un día normal. Agregó que en la escuela de sus hijos la luz se va alrededor de las 12:00 y con su hijo más pequeño las actividades son más lúdicas, por lo que no requiere tanta tecnología. Sin embargo, indicó que en el caso de su hija, trabajan más con el proyector, pero lo que ahora hacen es tomar información en la mañana para investigar los experimentos que deben hacer y al otro día, elaboran esos proyectos de manera práctica.
Burbano recalcó que lo que se complica es revisar el diario digital, por la intermitencia en la comunicación.
Daysi Rojas, madre de un niño de 7 años que está en la Unidad Educativa Manuela Cañizares, indicó que el desarrollo en las clases ha sido normal, porque en la escuela no se va la luz, por lo que se mantiene con su jornada en el aula.
Sin embargo, recalcó que el regreso a casa es difícil la comunicación, debido a los cortes de luz. Para prevenir la situación de que puedan llevar a cabo sus tareas, la profesora ha enviado con anticipación las indicaciones o impresiones que necesiten realizar.
Todavía no les han dado indicaciones de si van a recuperar las clases por los días que la jornada estuvo suspendida.
Carolina Montúfar, docente de 2do de básica de la Escuela Tarquino Idrovo, dijo que en la jornada matutina no hay mayor dificultad si se va la luz, pero en la tarde, en la jornada vespertina, los estudiantes ingresarán media hora antes, es decir, a las 12:30, para que salgan a las 17:00, debido a los cortes de luz y esa hora que falta, los profesores deben enviar actividades complementarias. Estas serán actividades que los estudiantes puedan resolver hojas de trabajo o juegos para poder reforzar los temas que se tratan en la escuela que corresponde al tercer trimestre.
Además, indicó que los días que se suspendieron se recuperarán al final del trimestre. “Lo que estaba programado para finalizar el año, creo que era el 20 de junio y ahora se terminará el 22, para que los niños no pierdan clases”, indicó.
“En la mañana no habría problema con el desarrollo de las clases, pero por la tarde, lo peor que pudiera pasar es que se regrese a la virtualidad y yo, como docente, puedo decir que los niños que pasaron por la virtualidad sufrieron tanto y ahora ellos son los que tienen problemas de lenguaje, de lectoescritura o de sumas. Es un retraso total (…) es un problema que va a ir acarreando y ahorita, lo que hay que evitar es volver a la virtualidad y enviar actividades porque los niños van a retroceder y eso no se quiere”, aseguró Montúfar.
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