El parásito estaba alojado en el cerebro de una mujer
El gusano de 8 cm de longitud fue extraído mediante una operación. Los médicos creen que el parásito pudo haber estado vivo en el cerebro de la paciente hasta por dos meses.
En Australia, un equipo de médicos logró extraer un gusano vivo de ocho centímetros que estaba alojado en el cerebro de una mujer de 64 años, frente al hecho varias publicaciones han circulado en redes.
Una publicación en Facebook asegura que se encontró un gusano en el cerebro de una mujer. El contenido es cierto. Médicos confirmaron el hecho.
Este es el caso de una mujer de 64 años, ella sufría de una «constelación inusual de síntomas», según lo denominaron los doctores. Dolor de estómago, tos y sudores nocturnos, fueron los síntomas que evolucionaron a crecientes problemas de memoria y depresión.
A finales de 2021, la mujer ingresó en el hospital y, tras una exploración se reveló «una lesión atípica en el lóbulo frontal derecho del cerebro», afirmó la doctora Hari Priya Bandi, la neurocirujana que operó a la paciente.
La mujer residía al sureste de Nueva Gales del Sur en 2022. Sus síntomas también eran olvidos y depresión, lo que llevó a que la derivaran al hospital de Canberra. Allí, los especialistas realizaron una resonancia magnética de su cerebro y reveló anomalías que requerían cirugía.
La neurocirujana encontró un gusano parásito de 8 centímetros que aún estaba vivo y se retorcía. Finalmente, pudo extraerlo sin complicaciones. Los médicos agregaron que el parásito pudo haber estado vivo en el cerebro de la mujer hasta por dos meses.
Se cree que éste es el primer caso que se documenta sobre invasión y desarrollo de larvas en el cerebro humano, según un estudio en la revista Emerging Infectious Diseases.
¿Cómo llegó el gusano al cerebro?
El gusano que se encontró en el cerebro de la mujer fue enviado al laboratorio de un científico de CSIRO (Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth).
Los resultados arrojaron que se trata de del gusano redondo o llamado Ophidascaris robertsi. Este es común en las pitones de alfombra, que son serpientes no venenosas que se encuentran en gran parte de Australia. Además, los científicos dicen que es probable que la mujer contrajera el parásito después de recolectar un tipo de maleza nativa junto a un lago cercano de su lugar de residencia.
La mujer reside cerca de una zona habitada por pitones de alfombra o diamantinas, una serpiente de gran tamaño de la familia Pythonidae que vive en Australia, Indonesia y Papúa Nueva Guinea. Pese a no tener contacto directo con serpientes, se conoce que de vez en cuando, la paciente recolectaba hierbas silvestres de alrededor del lago para usarlas en la cocina.
Los médicos y científicos involucrados en su caso creen que de este modo, una pitón pudo haber liberado el parásito a través de sus heces en la hierba y, la paciente probablemente se infectó con el parásito al tocar la hierba silvestre y transferir los huevos a alimentos o a los utensilios de cocina.
En la imagen se observa un escáner cerebral y el gusano extraído en un frasco de muestras.
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