¿Cuántas veces ha usado distintas palabras para categorizar o minimizar a un migrante? La discriminación menoscaba los derechos de otras personas.
“Juan José Flores fue el primer presidente venezolano del Ecuador. En 15 años máximo, elegirán al segundo”, menciona una publicación en redes sociales. ¿Hay un sesgo de xenofobia en este comentario? Puede leerse que esa simple frase es una crítica a la presencia de miles de venezolanos que han llegado, huyendo de la grave crisis provocada por la dictadura en su país. Entonces, ¿por qué hacer esa crítica velada? Muchas veces, por recalcar la nacionalidad de una persona se puede perder la empatía frente a la realidad del otro.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) menciona que el racismo, la xenofobia y la intolerancia son problemáticas frecuentes en todas las sociedades. Sin embargo, aclaró que todos los seres humanos jugamos un papel cotidiano y que este puede contribuir o romper los prejuicios raciales y las actitudes intolerantes que hemos creado.
“El discurso (de esa frase) marca el estereotipo de nacionalidad; es decir, si estamos gobernados por alguien de diferente nacionalidad es propenso a que no entienda la realidad nacional. Por ahí va la construcción xenófoba”, explica la doctora Rosa Bolaños, técnica de Inredh, organización que lucha por los Derechos Humanos. Además, menciona que comentarios como los que se leen a diario en redes sociales señalan supuestamente a la nacionalidad como reflejo de mejores valores políticos e incluso de mejores valores sociales.
Bolaños agrega que el problema está en la forma en que se internaliza el estereotipo social que se construye, hasta que se llega a normalizar estos discursos. También afirma que, como sociedad, estos prejuicios nos restan muchísimo, porque afectan nuestras formas de desarrollo y no entendemos que, al ser diversos, también tenemos ciertos rasgos iguales.
La Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR) afirma que la lucha contra los estereotipos es importante y que se presentan como consecuencia de la falta de información y de los prejuicios o creencias erróneas sobre los inmigrantes y los refugiados. “Son meras simplificaciones de una realidad mucho más compleja. En este sentido, la información y la educación son fundamentales para acabar con los estereotipos”, enfatiza la organización.
ACNUR menciona en una encuesta realizada en 2019 se obtuvo que, de 116 migrantes venezolanos, el 71% señaló que se había sentido discriminado por su nacionalidad.
Jember Pico, coordinador de comunicación del Servicio Jesuita de Refugiados, expone que “al vivir en una mirada de xenofobia estamos en un peligro constante porque nos quita vida, ya que le dedicamos más energía a tenernos miedo a rechazarnos, en lugar de dedicar esas fuerzas a construir más sentido a nuestra vida, a nuestra historia. Es como si nos estuviéramos matando lentamente como personas y como sociedad porque estamos cancelando al otro”.
Pico asegura que la migración en la historia de la humanidad siempre ha sido una oportunidad, sin excepción. “Eso nos ayuda a darnos cuenta que la especie humana, como especie es migrante”. También, reflexiona sobre que las personas deben cuestionar porque nos agredimos entre nosotros cuando la xenofobia se normaliza.
*Esta nota se realizó en alianza con @barometroxenofobia, una plataforma que analiza percepciones en redes hacia la población en condición de movilidad humana y busca transformar positivamente las narrativas alrededor de la migración.
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