Esta semana, la posibilidad de nuevos apagones recordó varios pasajes de la historia del país. A corto plazo, aparentemente, el tema está solucionado, pero la demanda sigue creciendo. En proyecto hay nuevas hidroeléctricas, pero ¿es momento de pensar en nuevas opciones?
Un ruido ensordecedor, olor a gasolina y generadores eléctricos se veían en algunas calles de Quito. Así, en el 2009, durante el primer Gobierno de Rafael Correa, la ciudadanía intentaba tener luz, cuando se registraban cortes de energía en el país.
El 5 de noviembre de ese año empezaron los racionamientos de energía que duraban entre 2 y 6 horas en Ecuador. El Ministerio de Electricidad y Energía Renovable informó en ese entonces, que la medida se tomaba porque se registraba 6 semanas de estiaje y la falta de lluvias en la central hidroeléctrica de Paute hizo que el parque eléctrico no esté activo al 100%, según reporte de medios de comunicación. La historia de apagones en el país tiene larga data y esta semana, la posibilidad de nuevos racionamientos, revivió estos recuerdos.
Otra de las crisis energéticas que vivió el país fue en la década de los 90, durante el Gobierno de Sixto Durán Ballén. Desde el 28 de noviembre de 1992 hasta el 5 de febrero de 1993, se empleó la famosa ‘hora sixtina’, que consistía en adelantar una hora el reloj.
Según diario El Comercio, con esa medida el Gobierno intentó ahorrar alrededor de 156.000 millones de sucres, lo que corresponde aproximadamente $87 millones en esa época, por la importación de combustibles para las plantas termoeléctricas de propiedad del Estado
Ayer, el Gobierno de Guillermo Lasso anunció que, por la disminución temporal de la transferencia de potencia desde Colombia, por un mantenimiento en su infraestructura eléctrica, podría existir una escasez del sistema eléctrico ecuatoriano. Por lo que se podrían presentar desconexiones puntuales de la demanda eléctrica entre las 16:00 y 17:30 hasta mañana.
Sin embargo, en la tarde, a través de una rueda de prensa, el Ministerio de Energía y el Operador Nacional de Electricidad descartaron la posibilidad de los cortes de energía en el país.
El lunes se registraron apagones en diferentes zonas, por lo que las autoridades mencionaron que esto ocurrió por procesos de mantenimiento realizados en el sistema eléctrico colombiano, que afectaron la llegada de energía a Ecuador.
Las autoridades mencionaron que llegaron a acuerdos con Colombia con relación al mantenimiento, para evitar nuevos apagones.
Desde septiembre, el país compra energía al país vecino debido al adelanto del estiaje y la ausencia de lluvias en zonas como la Amazonía ecuatoriana, donde se encuentran ríos y afluentes con los que se genera parte de la energía del país, a través de hidroeléctricas.
Con esta situación, ¿existe riesgo de apagones a mediano o largo plazo?
Para Rafael Soria, especialista en planificación energética y docente de la Universidad San Francisco de Quito, en el sector eléctrico el corto plazo se refiere a horas, días o semanas; medio plazo es un año y largo plazo es más de diez años. De acuerdo con estas escalas de tiempo, el especialista menciona que, en el corto plazo, se solventaría la potencia para cubrir con la generación de electricidad y cubrir las demandas de consumo.
“Hacia el medio y largo plazo, sí hay un riesgo en el sector eléctrico de que no se puedan ejecutar los planes de expansión de capacidad nueva que se tiene previstos en el plan maestro de electricidad. Es un plan bastante ambicioso en los próximos 10 años, en donde se pretende implementar nuevas centrales hidroeléctricas en la cuenca amazónica sur, puntualmente, el proyecto más grande y emblemático es el proyecto Santiago, en su fase 1 y 2 (…) El riesgo es que no se puedan ejecutar las obras previstas en los próximos años. Sí hay un riesgo en realidad de que las hidroeléctricas no se implementen. Y en caso de implementarse esas nuevas hidroeléctricas siempre está el riesgo de que no llueva al nivel que se espera; es decir, que los caudales en los ríos no sean lo suficientes para para poder operar en la capacidad instalada con los factores de planta previstos, lo cual conduciría a menor generación hidroeléctrica y demandaría activación de térmicas o importación de Colombia”, explicó.
Juan Sebastián Proaño, coordinador de Sostenibilidad de la Universidad San Francisco de Quito, mencionó que el clima es impredecible y que el cambio climático permite ver que hay zonas en las que ha disminuido el agua que debería haber usualmente.
“Entonces, a mediano y largo plazo, como nuestro sistema interconectado depende de la generación hidroeléctrica se va a ver afectado cuando tengamos épocas prolongadas de sequía, especialmente, en las cuencas hidrográficas que están alimentando estos sistemas de generación hidroeléctrica. Si bien es cierto, no podemos predecir exactamente qué va a pasar, algunos estudios han revelado que existe una alta probabilidad de que haya sequías extendidas en estas cuencas y eso da paso a posibles apagones (…)”, afirmó.
Frente a ello, el experto recomienda que podemos tomar otras acciones, como tener otros tipos de energía renovable para que se pueda integrar a la red. “Como, por ejemplo, la energía distribuida: si yo en mi casa puedo poner paneles solares, o poner un generador eólico que, si bien no va a suplir tanta necesidad energética que hay en el país, la suma de los aportes pequeños de cada casa, de cada edificio, va ayudar a bajar la demanda de energía que nosotros tendríamos en el sistema interconectado”.
Aunque, Proaño también recomendó que debería existir un sistema jurídico en el país, que permita inversiones más grandes privadas y que pueda haber generación masiva de electricidad que una empresa privada pueda integrar a la red, para que vaya en acompañamiento de las inversiones que pueda hacer el Estado.
Frente al tema climático, Ecuador prevé la llegada del fenómeno de El Niño en un nivel moderado a alto, lo que registraría fuertes lluvias en el país, los expertos mencionan que estas lluvias no ayudarían mucho al tema de las hidroeléctricas para generar energía, pues dependerían de los lugares en donde ocurran estas lluvias.
“El tema es que la mayor parte de la capacidad hidroeléctrica instalada en Ecuador está concentrada en la cuenca amazónica y esta época del año siempre ha sido crítica para el sector eléctrico. El final de año es un momento en que coinciden el bajo estiaje tanto en la cuenca del Pacífico como en el Amazonas, donde está la mayor parte de nuestra capacidad instalada. Independientemente de este año puntual, todos los años es una época crítica de bajo afluente de caudales, pero este año se ha complicado más porque la demanda es mayor que el año previo y, aparentemente, sí es un año más seco que los otros años (…) El fenómeno de El Niño, recordemos, es mucha lluvia en la Costa, seguido de sequías. En todo caso no está del todo claro cómo se van a dar las cosas a nivel de clima, pero es un riesgo depender tanto de las hidroeléctricas que están concentradas en una sola cuenca”, detalló Rafael Soria.
Según Juan Sebastián Proaño, para que el fenómeno climático ayude a las hidroeléctricas debería entenderse dónde está lloviendo más. “Si llueve más en zonas donde vamos a alimentar los ríos que están alimentando los generadores hidroeléctricos o las reservas que serían las represas. Entonces, eso nos ayudaría a tener mayor disponibilidad de reserva, pero, si llueve en zonas en donde no alimentamos esas cuencas, no sirve de mucho. Entonces, deberíamos más o menos estar dependiendo de cómo se desarrollan estos eventos”, afirmó.
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