La Cámara de Industrias calcula pérdidas por al menos 25 millones diarios por los apagones; el Comité Empresarial lanza una cifra mayor: 96 millones en pérdidas por cada corte de luz. En las ciudades del país, en los comercios, se sienten los efectos para una economía ya golpeada. ¿Hasta cuándo durarán los cortes? Sólo Dios sabe, fue la respuesta del Ministro de Energía.
POR: Esteban Cárdenas Verdesoto
A oscuras. Así amaneció el país, de forma sectorizada, por los cortes de luz anunciados ayer por la noche. De hasta 11 horas fueron los racionamientos, que, poco a poco, fueron apagando las luces, refrigeradoras, microondas, todo lo que funciona con electricidad, tanto en las casas como en los comercios.
Daniela Tapia, de 56 años, cuenta cómo recibió el día en su local, a las 08:00, con el corte de luz. Ella tiene una tienda de abarrotes y productos varios en Ibarra. Asegura que debió asegurarse de que los productos congelados no perdieran el frío del todo para evitar que se dañen, o sea, “pérdidas”.
“Me tocó cerrar a medias y pedir a los clientes que no abran los refrigeradores mucho tiempo para que la temperatura se mantenga lo más posible”, dice. “Cuando ha habido apagones muy largos, a los dos o tres días ya han habido productos que se me van dañando. Porque vendo incluso congelados, y estos, si se descongelan y congelan seguido terminan dañándose y eso ya es pérdida. Así que ahora toca estar preparado, pero tampoco me alcanza para un generador”.
Esta misma situación vivieron otras personas en el país, donde los apagones se tomaron el día y la tarde. Marcia Rodríguez, de 38 años, cuenta cómo tuvo que cerrar su negocio durante las horas en las que duró el racionamiento en la mañana, “porque una necesita luz para todo”.
“Yo tengo un restaurante aquí en Cuenca. Y no puedo abrir, porque todo necesita luz. Para yo poder cocinar me va a tocar hacer todo con más tiempo, porque si no, no se puede. Y ayer no pude, porque ya dijeron tarde los nuevos horarios. Así que hoy no trabajé. Pero me toca ver cómo compensar, porque, si no trabajo, no gano. Y, si no gano, no puedo mantener el local. Uno tiene que pagar arriendo, productos, proveedores. Y nadie piensa en eso”, dice.
Y la realidad se repitió una y otra vez, en diferentes horarios y locaciones. Ecuador hoy vivió una nueva normalidad, sin luz; una que parece que llegó para quedarse, según las autoridades, por las sequías cada vez más fuertes y los problemas en las hidroeléctricas, principal fuente del servicio en el país.
Sin embargo, quedan algunas preguntas en el aire. ¿Hasta cuándo durará esto? ¿Qué se plantea hacer en un futuro próximo? ¿Cuál es la solución y cuáles serán los impactos de este golpe en una economía que agoniza?
Decisiones oficiales
Ecuador viene con el anuncio de apagones cantado desde hace una semana, cuando el Gobierno anunció una primera tanda de racionamientos, el miércoles 18 de septiembre por la noche: de 22:00 a 06:00 de forma focalizada. Ese mismo día se anunció que esta semana, entre lunes y viernes, se vivirían nuevos apagones que cubrirían el mismo horario. Sin embargo, los planes cambiaron a última hora.
Ayer el Gobierno anunció cambios en el cronograma, estableciendo que los cortes de energía se den durante todo el día de forma sectorizada y escalonada; una medida que dejó mucho de qué hablar por la falta de planificación y de preparación que dejó a la población. Hoy, en una rueda de prensa realizada al mediodía, las autoridades dieron explicaciones.
«Sólo Dios sabe», respondió Antonio Goncalves, ministro de Energía, al ser consultado sobre hasta cuándo durarán los apagones, añadiendo más incertidumbre sobre el impacto de los racionamientos, que pasaron de una jornada nocturna a 11 horas diarias no continuas en varios intervalos.
«Dependemos mucho de la hidrología, no puedo adelantarle algo que sólo Dios sabe. Lo que sí puedo confirmar es que estamos adquiriendo energía de base y que revisamos la situación todas las semanas. No sabemos si el estiaje durará hasta enero o marzo; lo importante es que el clima está loco y hay que revisar la situación constantemente», dijo en la rueda de prensa el funcionario.
Goncalves no sólo admitió que no puede responder con claridad hasta cuándo se extenderán los apagones, sino que también ofreció disculpas por los fallos en la comunicación para anunciar los horarios.
“Me disculpo públicamente por no poder anunciar ayer las medidas que, como Gobierno, hemos tomado, de manera responsable, para la ciudadanía. Esto se debió a que estuve fuera del país por un tema personal, médico, y recién llegué en la madrugada de hoy».
Por ahora, Goncalves informó que los horarios de cortes de luz se anunciarán cada viernes por la mañana, con los cronogramas para la semana siguiente. Además, aclaró que las autoridades se reunirán todos los jueves para analizar la situación. Sin embargo, aclaró que, si hay lluvias fuertes con sedimentos, que podrían afectar a la generación hidroeléctrica, se podrán producir cortes extraordinarios y no programados, los que se plantea comunicar con 2 a 4 horas de anticipación.
Asimismo, indicó que la planificación de los racionamientos depende de análisis semanales de la “data hídrica” de las centrales hidroeléctricas. Mientras tanto, para este jueves se espera que el Gobierno contrate unos 100 megavatios de producción termoeléctrica, producida por combustibles fósiles.
Así, el Gobierno confirmó que los apagones continuarán hasta que se recuperen los niveles de los embalses que alimentan las hidroeléctricas del país, los que actualmente se encuentran en puntos críticos. La fecha de finalización de esto no está determinada todavía.
Pero la situación también golpea a sectores productivos y a la economía del país. Y es que la pregunta clave es: ¿qué tanto puede soportar la economía ecuatoriana estos escenarios?
Golpe a la economía
Desde primeras horas de la mañana, los gremios empezaron a reaccionar a las medidas tomadas por el Gobierno. Entidades colegiadas como el Comité Empresarial Ecuatoriano emitieron comunicados en los que denunciaban varios factores clave que han golpeado fuertemente a los sectores productivos del país.
“Cada corte de energía de 8 horas genera pérdidas aproximadas de 96 millones de dólares a escala nacional”, dice. “Distintos sectores reportan adicionalmente un incremento en la inseguridad y la paralización de actividades que se desarrollaban habitualmente”, dice el texto. “La crisis energética que atraviesa el país afecta gravemente a todos los ecuatorianos, y en especial a los más pobres, así como al sector productivo”.
El principal problema señalado por el gremio fue la falta de información oportuna y eficaz sobre la implementación de los racionamientos. “La falta e inoportunidad de información fomenta la desconfianza cuando debemos tener un horizonte común para estar unidos y en la misma dirección respecto de esta grave emergencia que afronta la región”, continúa.
Por esto, solicitó oficialmente al Gobierno sentarse a conversar con las cámaras para poder encontrar soluciones conjuntas a la crisis. Y en este punto coincidieron también otras organizaciones como la Cámara de Industrias y de la Producción.
Su cabeza, María Paz Jervis, afirmó en un comunicado grabado en video que la crisis energética y los cortes eléctricos pueden generar pérdidas de alrededor de $25 millones diarios para el país. Recalcó la falta de compromiso del Gobierno al tratar esto sin acercarse a las cámaras o los gremios, quienes podrían proponer soluciones a mediano y largo plazo.
A este mismo pedido se sumó Juan Xavier Sánchez, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, quien aclaró que la falta de una planificación clara sobre los apagones arriesga gravemente a los negocios. El cambio de horarios, junto con la extensión de los cortes de energía, complicaría la dinámica de los comercios, “que han estado en una situación muy delicada, donde ya era difícil tener rentabilidad”.
“Las empresas tienen que distraerse de sus actividades principales para intentar protegerse de la falta de planificación y cortes de energía”, dijo Sánchez en una entrevista con FB Radio.
Él acotó que antes se había pedido a los negocios que contribuyan con la generación eléctrica para sumar esfuerzos. “Hubo reuniones para que las empresas encendieran sus generadores y poder apoyar en la crisis, y hoy nos levantamos con la noticia de que, posiblemente, ya no van a encenderse durante el día para colaborar, sino para subsistir”, dijo.
Todos estos criterios han puesto sobre la mira al futuro económico del país, a raíz de los apagones generalizados. De hecho, ante la pregunta expuesta previamente sobre si la economía podrá aguantar estas arremetidas, Patricio Alarcón, analista, no es optimista.
“Este es un golpe muy duro para la economía. Los cortes de luz hacen que haya menos comercio, menos competitividad en la industria, menos producción, más costos para producir, porque los negocios deben esperar que haya luz o generar su propia energía, menos servicios de tiendas o restaurantes y otros comercios. En resumen, los cortes afectan fuertemente a la economía del país, que ya está pasando por un mal momento en general”, dice.
Para Jorge Calderón, economista, la respuesta es clara: “la economía no aguanta”.
“El problema es que para este año ya se presentaba como un año complejo y difícil. A finales del año pasado no se tomó en cuenta la fuerza del estiaje de este año. Tuvimos apagones en febrero y marzo, ahora tenemos más apagones, el tema del IVA. Esto ha hecho que este sea un año difícil para los negocios, para aquellos negocios minoristas, de barrio, locales, que no pueden tener generador, que van a perder mercadería; negocios que van a tener que invertir en generadores para subsistir. Este es un golpe que claramente debilita a la cadena productiva, desde los más pequeños hasta los más grandes”, dice.
Para el experto, este escenario puede derivar en situaciones de inflación por factores como la pérdida de mercadería o la necesidad de mayor inversión para la mantención de los comercios. La factura nos va a pasar a todos y va a ser fuerte.
“¿Qué tanto más tendremos que esperar para que se dinamice el mercado eléctrico? Necesitamos soluciones a largo plazo, no se puede solo colocar parches en esta crisis, porque se va a colapsar a los ecuatorianos”, dice. “Necesitamos nuevas inversiones, necesitamos soluciones. Los próximos años podrían ser igual o peores, así que necesitamos pensar a futuro”.
Con esto en mente, hace un llamado al Gobierno a escuchar a los sectores para hacer algo, “porque es urgente”.
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