La Comuna y La Gasca, barrios ubicados en el centro-norte de Quito fueron los perjudicados por el devastador aluvión que arremetió contra esta zona de la capital. Sin embargo, no es la primera vez que ocurre un aluvión; este fenómeno se ha registrado desde 1983.
El aluvión que sucedió el pasado 31 de enero en el sector de La Gasca y La Comuna, en Quito, abrió muchos debates que tomarán mucho tiempo. Uno de ellos es sobre las verdaderas causas del desastre. ¿Fue solamente la fuerza de la lluvia? ¿Cuánto tuvo que ver la deforestación de la zona? ¿La planificación de suelo —o la falta de ella— en los últimos años?
Según la investigación sobre las causas naturales del aluvión, de la Comisión Técnica de la Universidad Central del Ecuador, uno de los factores que contribuyó en el aluvión fue lo pronunciado de la quebrada El Tejado, junto a las aceleradas velocidades del agua y los sólidos levantados. Esto provocó “el taponamiento de la captación de la av. Mariscal Sucre, y del sistema de alcantarillado y desborde hacia La Comuna y La Gasca”.
El geólogo Roberto Barragán afirma que el aluvión no está asociado con la deforestación. “Eso es falso”, afirma. Y agrega que “el fenómeno se dio en una quebrada, debido a la lluvia anómala. El cambio climático es evidente”. También resaltó que Ecuador vivirá con estos fenómenos, así que se debe tomar en cuenta los riesgos geológicos al momento de realizar obras de construcción.
Barragán agregó que las personas no concientizan sobre la importancia de la geología. A su vez, comentó que, en el caso de países como Ecuador, se debe evaluar los riesgos para todos los fenómenos geológicos que surjan a futuro. De esta manera, es relevante analizar los suelos, las alturas, tener planes de mitigación y calcular qué tipos de estructuras se pueden construir. Si todos estos factores no son tomados en consideración la ciudad se verá afectada repetidas veces. “No hacemos caso hasta que sucede el evento”, destacó.
Además, expresó que al momento de realizar urbanidad y diseño se debe pensar en lo que ocurrirá a futuro. De esa forma, no se atravesaría por situaciones como la que sucedió en La Gasca, en donde existieron pérdidas materiales y humanas. Roberto Barragán hizo referencia al aluvión del año de 1975. El aseguró que “se debió hacer algo diferente, pero no se hizo. Entonces es difícil. Rehacer la ciudad es imposible”.
Análisis oficiales
El concejal quiteño Juan Manuel Carrión asegura que los riesgos climáticos y ambientales serán permanentes y recurrentes, pues la ciudad se ha levantado sobre terrenos de pendientes pronunciadas. Y también afirma que la causa del aluvión fue “la precipitación (de lluvia) de 75 milímetros por segundo, que desbordó la media, que está por el orden de 60-61. Esas lluvias, durante 3 días continuos, generan deslaves”. Carrión detalla que el colector que colapsó tenía una capacidad de 4500 m³, pero llegó a retener 20,000 m³; es decir 4 veces más que su capacidad habitual.
El jefe de la Unidad de Mantenimiento de Quebradas de la Empresa de Agua Potable (Epmaps), Luis Collaguazo, insiste en que el aluvión es un evento netamente natural. “Pudo haberse dado por la saturación de los taludes, pueden darse desprendimientos de gran tamaño, lo que generan que caigan al fondo del cauce y se produzca un embalse natural”.
Collaguazo dijo que “el aluvión no está directamente relacionado a la cantidad de basura que podemos tener en una quebrada. Esta puede ser un factor o un porcentaje mínimo que obstruyen a las redes de captación que nosotros tenemos”, es decir, no tiene incidencia en las causas del acontecimiento.
Finalmente, el geólogo Roberto Barragán dijo que al realizarse un estudio denominado “Quebradas y Riesgos Naturales en Quito”, entre 1900 y 1988, se identificó que los riesgos que la ciudad, estarían relacionados con el relleno de quebradas.
Según información recopilada en el medio GK, desde 1983 hasta el presente año, existieron siete aluviones alrededor de Quito. Los sectores afectados fueron El Condado (1983), La Comuna (1997), El Recreo (2008), Ciudadela Ibarra (2012), El Pinar (2019), Pomasqui (2020) y La Gasca – La Comuna (2022).
*Esta nota a profundidad fue realizada por Daniela Romero y Martina Palacios, estudiantes de Periodismo de la Universidad San Francisco de Quito.