Aunque a nivel internacional circula una variante de influenza A(H3N2) más transmisible, especialistas en salud pública insisten en que la clave es la prevención. En Ecuador no se ha detectado la llamada “súper gripe” y no existe un riesgo inmediato de pandemia.
Hasta el mediodía de este jueves 18 de diciembre de 2025, el Ministerio de Salud Pública (MSP) no ha reportado la detección en Ecuador de la llamada “súper gripe”, un término no científico que se ha utilizado en redes sociales y algunos medios para referirse a la influenza A(H3N2), específicamente a un “subclado” o versión identificada como K (J.2.4.1).
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), esta versión ha mostrado un rápido aumento de circulación en los últimos meses, principalmente en Europa, Asia oriental y algunas zonas de América del Norte.
Esa es la fotografía inmediata de la situación en el país. Sin embargo, a puertas de las festividades de Navidad y fin de año, caracterizadas por reuniones y concentraciones públicas y privadas, tres epidemiólogos especializados en políticas públicas de salud, consultados por Ecuador Chequea, coinciden señalan que aunque se trata de una variante más transmisible, no hay evidencia de que sea más agresiva o letal, y su prevención se basa en medidas ampliamente conocidas: vacunación, ventilación de espacios, uso de mascarilla en situaciones de riesgo y aislamiento cuando existen síntomas respiratorios.
Los tres especialistas recalcaron que la vacunación contra la influenza es la principal línea de prevención y subrayaron que no existe un motivo de alarma ni un riesgo inmediato de una nueva pandemia, aun en el actual contexto de problemas estructurales del sistema de salud pública.
“Ni siquiera los países del primer mundo están preparados para un aumento repentino de cuadros respiratorios que termine colapsando los servicios de emergencia y los sistemas hospitalarios”, advirtió el epidemiólogo David Larreátegui.
Así insistió en que las medidas de prevención vigentes son, en esencia, las mismas aplicadas durante la pandemia de covid-19. “El uso de mascarilla, lavado de manos, distanciamiento social cuando estoy enfermo y la vacunación contra la influenza, que es fundamental”, reclacó,
El epidemiólogo Enrique Terán pidió a evitar el pánico y a diferenciar dos conceptos que suelen confundirse en la conversación pública: transmisibilidad y letalidad. Explicó que una variante puede propagarse con mayor facilidad sin que ello implique cuadros más graves o un mayor riesgo de muerte.
En ese sentido, señaló que la variante de influenza A(H3N2) que genera preocupación a escala internacional está asociada a mayor transmisibilidad, pero no a mayor agresividad clínica.
No obstante, advirtió que este matiz es crucial desde la perspectiva de la salud pública: muchos contagios en poco tiempo, aun con cuadros leves en la mayoría de personas, pueden tensionar los servicios de urgencias y hospitalización.
Terán también enfatizó un aspecto práctico que suele pasarse por alto: la vacuna no protege de manera inmediata. Estimó que el organismo requiere entre 10 y 12 días para generar una respuesta inmunológica efectiva, por lo que recomendó vacunarse con anticipación, especialmente antes de reuniones familiares, para reducir el riesgo de contagio a los grupos con mayor probabilidad de desarrollar enfermedad grave: niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Por su parte, el exconsultor de la OPS y la OMS, Fernando Sacoto, sostuvo que, desde una perspectiva estructural, Ecuador “no está preparado” y que, a su juicio, el país “no aprendió lo suficiente de la pandemia de covid-19”.
Indicó que el sistema de salud enfrenta limitaciones persistentes para garantizar una respuesta rápida, que debería incluir laboratorios con capacidad de diagnóstico oportuno, vigilancia epidemiológica robusta para detectar brotes y un trabajo sostenido de comunicación pública que promueva medidas de autocuidado.
Para Sacoto, el problema no es únicamente técnico, sino también político e institucional. Señaló que la inestabilidad en la conducción sanitaria impide consolidar planes y darles continuidad. Como contraste histórico, mencionó periodos de mayor estabilidad ministerial, como durante el gobierno de Rodrigo Borja, y criticó los cambios frecuentes de autoridades en la actualidad, que dificultan respuestas coherentes y sostenidas.
En su análisis, el sistema atraviesa una “crisis especialmente aguda”, de la cual la falta de medicamentos es apenas un síntoma visible dentro de una debilidad más amplia de la salud pública.
LA SITUACIÓN ACTUAL
Según el último boletín oficial de Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG), con corte a la semana epidemiológica 50 de las 52 que tiene el año, no se reporta la presencia del subclado K de influenza A(H3N2) entre los casos graves atendidos en los 19 hospitales públicos “centinela” del país.
El informe indica que Ecuador acumula 1.990 hospitalizaciones por IRAG en lo que va de 2025, es decir, entre las semanas epidemiológicas 1 y 50.
Las IRAG corresponden a infecciones respiratorias severas, como neumonías u otros cuadros similares, que requieren hospitalización.
Del total de casos graves, el virus con mayor peso no es la influenza, sino el virus sincitial respiratorio (VSR), con 829 casos (41,66%). Aunque suele causar cuadros leves similares a un resfriado, el VSR puede provocar enfermedad grave en niños pequeños y adultos mayores.
Le siguen la influenza A(H1N1), un subtipo de gripe estacional en circulación desde 2009, con 388 casos (19,50%); la influenza A(H3N2), con 322 casos (16,18%); el SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19, con 270 casos (13,57%); y otros virus respiratorios, con 177 casos (8,89%).
La mayor concentración de hospitalizaciones se registra en Pichincha (762 casos) y Guayas (543), que juntas suman 1.305 de las 1.990 hospitalizaciones (65,6%).
El mayor pico se observó en la semana epidemiológica 14 (277 casos), seguido de un repunte posterior con un máximo en la semana 46 (153 casos).
RESPUESTA
En este contexto, y en medio de la preocupación nacional e internacional por la denominada “súper gripe”, el Ministerio de Salud Pública inició el 29 de noviembre la Campaña Nacional de Vacunación contra la Influenza Estacional 2025–2026, dirigida principalmente a grupos vulnerables.
Además, esta semana el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI) informó que reforzó los análisis de secuenciación genómica en casos positivos de influenza A(H3N2), un procedimiento clave para identificar si los virus detectados pertenecen o no a subclados específicos como el K.
El 11 de diciembre, la OPS/OMS reportó que en los últimos meses la circulación del virus A(H3N2) subclado K (J.2.4.1) aumentó de forma acelerada en Europa, varios países de Asia oriental y partes de América del Norte.
El organismo recordó a los Estados Miembros que siguen vigentes las recomendaciones contenidas en su Alerta Epidemiológica sobre influenza estacional, correspondiente al cierre de la temporada 2025 del hemisferio sur y el inicio de la temporada 2025–2026 del hemisferio norte.



