En 1998 circuló un mito que aseguraba que las vacunas para el sarampión, rubeola y paperas causaban, como efecto secundario, el autismo en los niños que la recibían.
A través de internet se han conocido varios mitos alrededor de las vacunas. Incluso una publicación en Twitter hizo mención a un mito que señala que las vacunas ocasionan autismo. Esta información es falsa.
La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud aseguran que no existe evidencia de relación entre ninguna vacuna y el autismo o trastornos autistas. Y que, además, no existe asociación entre la vacuna contra el sarampión, la rubeola y las paperas con el autismo. Apuntan que un estudio que señala este supuesto efecto de autismo con estas vacunas fue mal diseñado.
La BBC reportó que el 26 de febrero de 1998 fue el día en que se generó desconfianza internacional sobre las vacunas y los efectos que ocasionaban. El médico Andrew Wakefield, en Londres, presentó una investigación preliminar, que decía que doce niños vacunados habían desarrollado comportamientos autistas. En Estados Unidos, un componente antibacterial, denominado timerosal, que se encuentra en algunas vacunas, se asoció al autismo. Pero en 2004, el Instituto de la Medicina de EE.UU. concluyó que no había pruebas de que el autismo estuviera relacionado con el timerosal.
La clínica Mayo señala que el trastorno del espectro autista “es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. El trastorno también comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos”.
Este organismo señala que los trastornos del espectro autista no tienen una única causa conocida y que, debido a la gravedad, probablemente haya muchas causas. Además, enfatiza que ningún estudio confiable ha demostrado que exista ningún vínculo entre las vacunas y el trastorno del espectro autista. Se conoce que el primer estudio que comenzó el debate fue retirado debido a un diseño deficiente y métodos de investigación cuestionables. La clínica Mayo enfatiza que no vacunar a los niños los puede poner en riesgo de contagio y transmisión de enfermedades graves.