Según el informe de English Proficiency Index (EF EPI) 2023, Ecuador se encuentra en el lugar 80 de 113 países del mundo y en la posición 18 entre 20 países de América Latina. ¿Qué estamos haciendo mal y cómo podemos hacerlo mejor?
En las aulas de escuelas, colegios e incluso en las universidades, los maestros usan el discurso de que “hablar inglés abre un mundo de oportunidades”. El propósito es motivar a los estudiantes a reforzar el idioma.
Pese a esos esfuerzos, un reciente informe de Education First (EF), una empresa especializada, publicó su índice anual de conocimiento en lengua inglesa, en el que analiza y evalúa el nivel de inglés de 113 países del mundo.
Ecuador está ubicado en el puesto 80, con la etiqueta ‘dominio muy bajo’ y en América Latina, el país ocupa la posición 18 de 20 países. Para llegar a estos datos, la encuesta fue respondida por 2,2 millones de participantes, de los cuales las mujeres integraban el 55%.
La edad promedio de los participantes va en torno a los 26 años, aunque el rango de edad total va de los 19 a los 60 años. EF resalta una alarmante caída en los niveles de inglés de los jóvenes de entre 18 y 20 años por debajo del nivel moderado, en comparación con los demás grupos de edad, cuyo dominio en esta lengua se ha mantenido estable.
Gráfica tomada de EF.
Los números son alarmantes, tanto que al hacer una comparación entre el 2022 y en el, en el examen calificado sobre 700, Ecuador ha subido apenas un punto, pasando de 466 a 467, según la data de EF.
Gráfica tomada de EF.
Quito se ubica como la primera ciudad que habla inglés, con un puntaje de 513 sobre 700; le siguen Guayaquil, con 465 y Cuenca con 462 puntos. Santo Domingo está en el último puesto, con 366.
Gráfico tomado de EF.
Entonces, ¿cuál es la razón por la que Ecuador ocupa esa posición? Katy Yanza, maestra de inglés quien trabajó durante un tiempo en una institución pública en Quito, considera que todo empieza por la motivación y asegura que en la educación pública no hay un incentivo para que los estudiantes sientan motivación hacia el idioma. “Los chicos entran a clases asustados, sin ganas de aprender porque no se les enseña ni se hace entender las grandes oportunidades que se pueden abrir sólo por saber inglés, estudies lo que estudies”, asegura.
Para Yanza, la reducción de las horas de inglés es otro problema, pues como es un idioma nuevo, necesita más horas de concentración.
“Por ejemplo, yo estaba enseñando tercero de Bachillerato y sólo tenían 4 horas a la semana. Es muy poco, yo no estaba contenta, sentía que era tanto papel para llenar y enseñar como se pueda para cumplir esa planificación escolar”, enfatiza.
Agrega que los estudiantes arrastran malentendidos durante toda su vida escolar y, “cuando hay huecos de aprendizaje, se frustran y lo dejan ahí”.
Por último, asegura que el inglés debe ser aplicado en otras áreas. “Sería una buena idea llevar el lenguaje a otras materias, como Sociales, Arte, Música, etc. He visto que aplican este método de aprendizaje en colegios privados, pero sería aún mejor si también lo hicieran en las escuelas públicas, para que más personas puedan aprender”, mencionó Yanza.
La desigualdad también está presente
Para la docente del Instituto EF Ecuador Camila Pérez, la mayor parte de las personas no puede acceder a un refuerzo del idioma, ya que en sus escuelas y colegios, adquieren los conocimientos básicos. Entonces, reforzarlo, es invertir en un centro privado y no todos pueden hacerlo.
“Aquí podemos ver la desigualdad, porque los estudiantes que llegan al centro presentan deficiencias en el acceso a la educación, pero lo refuerzan estando aquí. Pero, no sucede con todos, esto hace que se multiplique la desigualdad, puede existir interés, pero tal vez los tutores no tengan lo suficiente para reforzar y la carencia de inglés se va heredando de una a otra generación”, aseguró.
Por otro lado, Pérez, asegura que el tiempo es un factor importantísimo. “Hay estudiantes, que tienen dinero, tienen su trabajo, pero no tienen tiempo o tienen hijos; entonces, las prioridades van cambiando y reforzar el idioma termina siendo la última opción”.
La docente asegura que los idiomas son como cualquier otra habilidad, necesitan tener una constante práctica y que, aunque se decida estudiar empíricamente, no será suficiente. “Los idiomas son algo que necesita una inversión de tiempo. Si uno práctica 20 minutos al día, no avanza y es necesario que tengas un tutor, porque esto es como cualquier habilidad, digamos tenis, o fútbol, tienes un maestro que te guía”.
La educación privada y el inglés
Andrea Alvarado es docente de inglés en una institución privada de la capital. Ella asegura, que en las instituciones privadas es diferente y lo que juega son las ganas de aprender más.
“Muchas instituciones privadas tienen el discurso de ser instituciones bilingües; entonces, desde pequeños se les enseña y se les habla en inglés. Entonces, los niños son como esponjas, entre más les enseñes más absorben”, dice Alvarado.
La docente aclara que es más complicado cuando un estudiante viene desde otra institución no privada. “La adaptación de estos estudiantes es más complicada, porque viene con un retraso, mientras que un niño avanza en temas que en una institución pública se ven en el colegio, aquí un niño de 10 años lo puede dominar”.
¿Qué dicen los padres?
Ecuador Chequea habló con tres madres y las tres concuerdan que en el país no hay suficiente motivación desde el hogar, luego las instituciones y el Gobierno.
“En el colegio de mi hija, desde la escuela enseñan el verbo to be y pasan los años y siguen en ese tema. No hay algo que les motive y por eso los chicos sólo estudian lo aprenden para el momento”, asegura Ximena Mendoza, madre de una adolescente de catorce años que estudia en un colegio fiscal.
“En las escuelas privadas siento que quieren abarcarlo todo de golpe, están avanzados, pero no se sabe qué tanto están aprendiendo y todas las profesoras son buenas”, dice Janeth Chicaiza, madre de dos estudiantes de una institución privada.
Por último, Rosa Caza, madre de un universitario, cuenta que su hijo no entiende inglés y para la universidad paga a alguien que le haga sus tareas. “Es complicado porque viene de un colegio fiscal, no aprendió tan bien, entonces ahora, para no perder la materia de inglés en la universidad, pagamos a alguien que sepa y le resuelva sus cuestionarios o deberes. Está mal, pero, si no entiende, se buscan otras opciones”.
Las recomendaciones
Las tres expertas consultadas, aseguran que la gran mayoría de ciudadanos son conscientes de las ventajas de dominar el inglés. Sin embargo, no todo el mundo sabe qué hacer con el problema.
En el informe de EF se recomienda:
- Enseñar a los niños a leer y escribir primero en su idioma nativo.
- Evaluar las habilidades de inglés de todos los servidores públicos y proporcionarles capacitación.
- Proporcionar enseñanza del idioma inglés en centros de trabajo y en programas de reducción del desempleo.
- Brindar el acceso a los adultos a programas de aprendizaje que incluya el inglés.
- El Gobierno deberá garantizar que los cursos de idiomas para adultos financiados por el Estado duren el tiempo suficiente y sean suficientemente intensivos.
- Permitir que la televisión y las películas sean en el idioma original, con subtítulos en vez de doblaje.
- En las instituciones se debería impartir el inglés mediante metodologías basadas en la comunicación.
- Fomentar la participación de los estudiantes fuera del horario de clase mediante medios audiovisuales en inglés.
- Ver la televisión, leer o escuchar la radio en inglés.
- Estudiar en sesiones de 1 hora como máximo y descansar cuando la atención decaiga.
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