Las autoridades señalan que la limpieza de unos cuatro kilómetros afectados demorará entre 5 y 6 días, mientras que tres expertos explican que podría demorar meses o años.

Hoy, las autoridades de Petroecuador finalmente se pronunciaron a través de una rueda de prensa sobre el derrame de petróleo que se ocasionó en Esmeraldas en la víspera.

Luego de ofrecer disculpas por el silencio, argumentando que la prioridad era iniciar los trabajos de limpieza del material derramado, el gerente general, Ramón Correa; el subgerente de seguridad, Armando Ruiz, y el gerente de Transporte, Rafael Armendáriz, cuantificaron el derrame en aproximadamente 1.200 barriles de crudo. 

Los directivos petroleros estimaron que la remediación demoraría cinco días y que no hay registro de afectaciones a especies marinas. 

«Se estima que se derramaron 1.200 barriles, pero no todos llegaron al mar. La mayor parte se quedó en las piscinas de contención de Petroecuador», dijo Correa. Además, señaló que se ha identificado una afectación en un área de 4 kilómetros, desde el terminal marítimo hasta la playa Las Palmas.

En cuanto al impacto ambiental, las autoridades detallaron que la remediación y limpieza han alcanzado un 90% en la zona de la playa Las Palmas; mientras que en otros sectores afectados se ha logrado un 80% de avance.

En este sentido, puntualizaron, que para la tarde de este 20 de julio, se espera que toda la zona de la playa Las Palmas esté limpia y que todas las labores de mitigación habrán terminado en 5 o 6 días. Para lograr esto, agregaron, se inició la contingencia con el cierre de válvulas y el traslado de personal hacia la playa para construir diques y barreras de contención con el fin de evitar que el derrame progrese.

Hasta el cierre de este reporte, esperábamos que el Ministerio del Ambiente nos responda a un pedido de información sobre las medidas técnicas para mitigar y controlar el impacto ambiental en este caso, las cuales deberían aplicarse.

Por ahora, Petroecuador señala que se están tomando muestras de suelo y agua para medir el impacto, con el propósito de que el Ministerio apruebe las labores de remediación llevadas a cabo.

El gerente de transporte de Petroecuador, Rafael Armendáriz, explicó que el derrame de hidrocarburos en la terminal marítima de Esmeraldas fue ocasionado por el «rebosamiento de un tanque sumidero» que no pudo ser contenido. El incidente se produjo durante el transporte de hidrocarburos a través de un ducto de la terminal, señaló.

“Este tanque tiene una capacidad de 188 barriles, que se llenó y se empezó a regar el petróleo”, dijo Armendáriz. Y mencionó que una comisión investigadora intenta establecer las causas sin excluir las hipótesis de daño mecánico, problema operativo, negligencia e incluso sabotaje.

Hasta el momento, la petrolera estatal no ha calculado el costo del derrame ni de las acciones de mitigación posteriores. Sin embargo, asegura que el derrame no ha provocado afectaciones en las exportaciones petroleras, ni ha afectado el cumplimiento de los contratos de venta de petróleo.

Impacto Ambiental 

Tres expertos consultados por Ecuador Chequea consideraron que, desde un punto de vista técnico y científico, es improbable que el derrame petrolero no haya ocasionado afectaciones a las especies marinas, a pesar de lo asegurado por las autoridades de Petroecuador de que no hay registros de este hecho y de que dichas especies huyeron ante la presencia de la amenaza.

El ingeniero mecánico y catedrático universitario de planificación energética, Rafael Soria, manifestó que, si se compara la cantidad derramada con la producción diaria, representa apenas un 0.3%. Sin embargo, advirtió que el impacto ambiental en las playas de Esmeraldas es considerable.

«Dada la coyuntura política y el incentivo a la explotación petrolera en el Yasuní, parece que están subestimando lo sucedido y el impacto. La remediación no es tan fácil como se dice», indicó Soria.

En el mismo sentido, la activista ambiental Elizabeth Bravo expresó su criterio técnico, señalando que es científicamente imposible que las especies marinas de la zona no hayan resultado afectadas, ya que muchas de ellas, como los corales, son organismos fijos que no pueden escapar del lecho marino.

«Son como plantas que no se mueven. Entonces, ¿cómo pueden escapar? Además, muchas de estas especies son fundamentales para sostener la red trófica, alimentando a organismos más grandes, y también hay sitios importantes de anidación de especies», comentó Bravo.

La experta enfatizó que las tareas de recuperación pueden llevar años y requieren un monitoreo científico permanente. Se deben realizar estudios especializados para determinar la magnitud de los daños y especies afectadas, con el fin de establecer las tecnologías ambientales más adecuadas, como el uso de fibras o filtros especiales para distintas áreas, incluso del lecho marino.

«Hay diferentes procedimientos porque el petróleo es pesado, se hunde y continúa contaminando. Lo primero es entender la problemática y luego empezar a realizar las restauraciones y limpiezas», explicó la experta.

Por su parte, la bióloga e integrante de la Fundación Circula, Vanessa Gavela, enfatizó que las tareas de remediación no sólo demoran meses, sino que son muy específicas, delicadas y costosas.

«El proceso puede tardar meses y se debe realizar un monitoreo constante, ya que el derrame de crudo también implica otros peligros, como el riesgo de incendios o la contaminación del océano y las playas, tal como se notó en este derrame. Las tareas de limpieza implican remover la arena del lugar», comentó Gavela, recordando eventos similares en años recientes.

Según los datos proporcionados por la organización a la que representa Gavela, entre 2020 y 2022, se han producido alrededor de 800 derrames de diferente magnitud en las costas del Ecuador.

«Es lamentable que estos derrames estén vinculados con el manejo de los hidrocarburos en el país. Debe ser una alarma para las autoridades de que no debemos arriesgar la biodiversidad con actividades extractivistas», señaló la experta.

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