En su corta historia electoral, por el movimiento Amigo —nacido del sentenciado exasambleísta Daniel Mendoza— han pasado como candidatos de tipos e ideologías tan diversos como María José Carrión, Pedro Freile, Bolívar Armijos; y ahora Cristina Reyes y Yaku Pérez. ¿Qué muestra este ejemplo sobre la política nacional?
POR: Hugo Constante
Con el proceso electoral en marcha, las organizaciones políticas han presentado a sus candidatos a diferentes dignidades, ya sea cuadros propios o invitados a formar parte de las listas. Generalmente, los “invitados” son políticos que tienen tendencia política similar al grupo que les abre sus puertas. Es una regla que tiene su excepción y la Izquierda Democrática es una muestra de ello. Su precandidato presidencial es Carlos Rabascall, muy cercano al correísmo; Andrea González, que antes fue candidata vicepresidencial por Construye ahora es la precandidata presidencial por Sociedad Patriótica.
Sin embargo, uno de los movimientos que sorprendió con la variedad de tendencias que representan sus candidatos es Amigo. Como precandidato presidencial cuenta con Juan Iván Cueva, quien dice no encasillarse en alguna tendencia política; su precandidata vicepresidencial es Cristina Reyes, salida del Partido Social Cristiano que aglutina a sectores de derecha. Y, encabezando la lista de asambleístas nacionales, está Yaku Pérez, del movimiento indígena, ex-Pachakutik.
Los actuales precandidatos de Amigo están conscientes de esta variedad de tendencias y aseguran que son el movimiento que realmente ha logrado formar alianzas. “Dejamos de lado los dogmas, las tendencias y empezamos a desarrollar un solo pensamiento político para lograr la productividad que Ecuador no tiene”, dijo Gerson Almeida, candidato a asambleísta por esa agrupación. Por su parte, Víctor Bravo, director de Amigo, manifestó que su agrupación ha logrado reunir una diversidad de pensamientos a través de consensos y puntos comunes, que les permiten aunar esfuerzos para sacar adelante al país.
Variedad, como en botica
La variedad de tendencias en Amigo no es sólo en estas elecciones. A lo largo de su participación política electoral ha recurrido a diferentes cuadros. En el 2021 su candidato presidencial fue el derechista Pedro Freile, hoy candidato a asambleísta por SUMA; en las seccionales de 2023 presentó a la excorreísta María José Carrión como su candidata a la Alcaldía de Quito; y en el 2023, en las elecciones anticipadas, su carta presidencial fue Bolívar Armijos, expresidente de las Juntas Parroquiales Rurales, también cercano al correísmo. En ninguno de estos casos fueron candidatos salidos de la organización.
El sociólogo Pablo Contero considera que la situación de Amigo refleja la realidad de muchas otras organizaciones políticas. “Los partidos políticos no han funcionado como tal, no tienen procesos internos de formación, de capacitación, por lo que, al presentar candidatos, optan por personajes que tienen cierta capacidad de movilizar personas y les ponen primeros en las listas para que jelen votos hacia el resto de candidatos”, manifestó.
En esa dinámica, asegura Contero, algunas organizaciones sólo se prestan como un vínculo para que dos o tres personas que tienen cierta aceptación ciudadana participen como candidatos, obtengan votos para toda la lista y, con esto, los partidos logran mantenerse en el registro de organizaciones políticas reconocidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con lo que se acaba la ideología. Entre las causales para perder la personería jurídica de un movimiento o partido político de ámbito nacional consta el no haber obtenido el 4% de votos en dos elecciones pluripersonales distintas y consecutivas a nivel nacional.
El analista Cristian Castro dice que en ciencia política esas características responden a los partidos o movimientos llamados “atrapatodo” o “partidos barrederas”, ya que ceden su posición ideológica y seleccionan líderes sólo con fines electorales. “Su fin máximo es cooptar espacios de poder”, indicó Carpio.
Bravo asegura que Amigo siempre se ha mantenido políticamente del centro hacia la izquierda, con principios claros, como el respeto a la libertad, a la vida, comercio sin injerencia estatal, entre los principales. “Ya lo han dicho nuestros candidatos: Yaku, Cristina, Juan Iván. Está no es una coalición de ideologías; este momento lo que el país requiere es que se depongan posturas partidistas y avancemos hacia objetivos comunes”, defiende Bravo. Asegura que sí tienen candidatos propios, con los directores provinciales de la organización. “Esos comentarios siempre van a surgir de gente resentida que no reúne las credenciales para estar dentro de una lista o para ser candidato”, dice.
El origen
Amigo nació como un movimiento local de Manabí, con el nombre Mejor. Fue fundado por el entonces asambleísta Daniel Mendoza. Con el tiempo, Mendoza fue sentenciado por delincuencia organizada, junto al entonces también asambleísta Eliseo Azuero, por irregularidades en la adjudicación y construcción del hospital de Pedernales.
En la Asamblea integraba la Comisión de Fiscalización por la bancada PAIS – aliados. El 31 de enero de 2020, cuando se resolvía el informe que recomendaba el juicio político a la presidenta del CNE, Diana Atamaint, el legislador no apareció por la Comisión.
Su alterna, Pinuccia Colamarco, llegó bien tarde y, para sorpresa de todos, votó en contra del informe, lo que no estaba en el acuerdo que entonces mantenían CREO y PAIS, por lo que Atamaint se salvó del juicio político.
El 3 de febrero de 2020, el Pleno del CNE aprobó la inscripción del Movimiento Amigo. Atamaint, en diferentes espacios y comparecencias de ese entonces, siempre negó que se haya tratado de “pago de favores”.
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