El supuesto triunfo de Nicolás Maduro ha significado un “golpe bajo” para los venezolanos en Ecuador, muchos de los cuales habían comenzado a soñar con un regreso. Ahora se definen “huérfanos de país”. ¿Cuáles serán las repercusiones?
Dolor, cinco letras que se repiten una y otra vez cuando se habla de lo que vive Venezuela luego de que el informe de un proceso electoral, criticado tanto local como internacionalmente, diera como vencedor de la carrera presidencial a Nicolás Maduro. La palabra se convierte en una constante en las voces que viven tanto dentro como fuera del país. Eso sienten: dolor.
Con voz quebradiza, Zonaida Portillo, de 50 años, describe el momento que vive Venezuela como “una puñalada en el pecho”. Ella vive en Maracaibo, ciudad de la que salió hace ya seis años por la difícil situación de su país y que continúa hasta hoy. En su travesía, la que tuvo que recorrer por segmentos en bus y en otros caminando o pidiendo ayuda, terminó eligiendo a Ecuador como su hogar temporal. Aquí permaneció por cuatro años, antes de decidir regresar a Venezuela.
“La situación en Ecuador también ya se puso complicada y me quedé sin trabajo. Busqué opciones, pero como ya no soy tan joven, pues no me salió nada. Así que al final decidí regresar para vivir con mi familia y buscar opciones”, dice. “Al menos así poder estar cerca de ellos, aunque aquí también todo es muy duro”.
En medio de la conversación, de fondo se escucha la voz de una niña gritando que ya llegó el agua. Enseguida, Zonaida agradece el aviso y cuenta que en su localidad existen racionamientos de este servicio básico. Después, continúa:
“Aquí nadie pensaba que iba a ganar Maduro, aún creemos que no ganó porque yo no conozco gente que haya votado por él. En el colegio donde voté, todos estaban por Edmundo González. Lo mismo pregunté en otro colegio cerca y no había opciones de que ganara Maduro”, dice.
Ella es clara al describir lo que ocurre en Venezuela: “Estamos viviendo una dictadura y también estamos viendo sus efectos”. Ayer y hoy existieron jornadas de protesta en su ciudad, manifestaciones contra el régimen de Maduro que exigen que se respeten los resultados electorales y la decisión popular. “Unos sobrinos también salieron”, dice.
Hoy, Portillo se lamenta en varias ocasiones sobre el futuro que le espera a su país, donde actualmente se mantiene cuidando a un niño, el único trabajo que encontró a su regreso. “No sé qué nos espera y todos estamos muy preocupados. Yo tengo familia que está fuera del país y les he dicho que se queden no más allá, porque aquí ya no hay futuro y yo creo que la violencia va a aumentar”.
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Al mismo tiempo, a alrededor de 2.500 kilómetros lejos de su país, Nilsi Valecillos, de 46 años, vuelve a nombrar la palabra dolor para expresar lo que ha sentido desde que se enteró del resultado electoral. “Siento mi corazón destrozado, con mucho dolor”.
Ella llegó a Ecuador hace alrededor de seis años. Su viaje lo hizo en bus y duró tres días, con un costo de $150. La travesía no la hizo sola, sino que el recorrido fue acompañado por dos de sus cinco hijos. Con ellos vive hasta hoy en Ecuador, mientras que los demás, ya mayores de edad, migraron a otros países.
“El punto era buscar algo mejor para todos, pero aquí también ha sido complicado. Perdí un trabajo en el que era costurera por un accidente que tuve, que me incapacitó por tres meses. Y después de la recuperación, porque me rompí el tobillo, no pude conseguir nada por algún tiempo. Hace cuatro meses estoy trabajando como cocinera en un restaurante, lo que me da para vivir o para sobrevivir”, dice.
Parte de su sueldo, que es menos del básico, lo envía a Venezuela para ayudar a su madre y sus hermanas. “Mi mamá está enferma y necesita el dinero de las medicinas, entonces yo les mando para que se ayuden; pero no me queda mucho”.
Con el sobrante se acomoda para vivir en un apartamento compartido, desde donde recibió los resultados electorales que dieron la victoria a Maduro; un hecho que mató algunas de sus esperanzas.
“Cuando vi que podían hacerse elecciones no entrampadas en Venezuela me emocioné, porque extraño a mi familia y yo huí de allá por el régimen. Entonces esta era mi oportunidad para volver, porque yo quiero volver con mi hijo. Pero ahora, ni pensar en volver. ¿Cómo me regreso a un país que está hundiéndose, donde no sé si voy a morir de hambre o si voy a tener un futuro”, dice.
Hoy, le preocupa su madre, su familia, su situación y que está condenada a vivir en un país que no es el suyo, lejos de sus seres queridos. Y su mismo sentimiento es compartido por otros migrantes, que hoy viven un nuevo “luto” por su país.
Daniel Regalado, quien es migrante pero también coordina una organización que apoya a venezolanos en Ecuador, invoca nuevamente el dolor de la perpetuación de Maduro en el poder. “Lo que sentimos es un dolor enorme, nosotros, como venezolanos en el extranjero, lo recibimos con un dolor muy fuerte, una decepción, una impotencia que no podemos controlar”, dice.
“No es justo que tengamos ahora un presidente de la República de Venezuela, llamado Edmundo González, a quien el Régimen no quiere reconocer. Un golpe de Estado ha sucedido en Venezuela y es nuestra realidad”, dice. Regalado ve en lo ocurrido ayer una explicación para el resto del mundo sobre por qué la migración venezolana.
“No existen los derechos constitucionales en Venezuela, no existe libertad, no existen poderes autónomos que gesten un alivio democrácito. No somos soberanos, lamentándolo mucho, Venezuela no es soberana, está secuestrada por los dictadores. Y cuando digo los, es porque los que le rodean a Maduro son los que realmente son más peligrosos”, su voz se tinta en ira e indignación con cada palabra. Y continúa: “Hoy somos huérfanos de país”.
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Los resultados también fueron recibidos con rabia e indignación en Quito, donde hoy se convocaron grupos de migrantes venezolanos en las afueras del consulado de Venezuela en Ecuador para manifestarse en contra de lo ocurrido en su país. Allí, con una chompa roja y con el asta de una bandera de su país en la mano, estaba Elvis Ragas, de 22 años.
Él recibió las noticias de que Maduro se queda en el poder con rabia, “porque sabemos que nos robaron, que nos hicieron un fraude tan descarado”. El joven de ojos claros y rasgos marcados, cuenta que lleva dos años viviendo en Ecuador solo, pues sus hermanos migraron a otros países y su madre sigue en Venezuela.
“Me duele. Mi mamá está enferma en este momento y yo estoy aquí solo. Me quiebro de sólo pensar que estoy solo”, dice. “Yo ya quiero estar en mi país, yo quiero estar en Venezuela y estudiar. Yo cumplo 23 años el mes que viene y yo quiero estudiar, no quiero quedarme sólo con mi bachillerato”.
Su sueño es dedicarse a la política, lo que también lo llevó a salir a las calles, aunque sea en un país ajeno. “Quiero ser un profesional y sacar a Venezuela de donde está y no quiero ser un simple activista de calle. Ya no podemos seguir así. Venezuela debe seguir adelante”.
La proclamación de Maduro nuevamente como Presidente de Venezuela también afectó sus anhelos de volver a su país. “Nosotros sabíamos que habíamos triunfado y ya me planteé en enero estar en mi país para empezar a estudiar en la Universidad de Zulia. Yo quiero estudiar, quiero ir a mi país para estar con mi familia, pero el Régimen no lo permite”.
Impacto en la migración
Para Regalado, esta situación empezará a tener consecuencias en Venezuela, pero también en los países que han recibido a quienes han tenido que huir de su país. Él explica que de los siete millones de personas que salieron, “más del 60% o 70% iba a volver a Venezuela, se iba a reunificar con su familia porque quería hacerlo y estaba esperando esta oportunidad para volver. Pero hoy eso ya no es una opción”.
“Se va a incrementar la migración, de una u otra forma. Hay agotamiento emocional entre familias por no compartir, por no verse. Esta lejanía ha generado muchas cicatrices, por lo que van a intentar reunificarse, pero fuero de Venezuela”, dice. “Será difícil en un buen tiempo generar una salida para bien”, continúa mientras se disculpa por sus pausas: “tengo los sentimientos encontrados y me cuesta no hablar fuera de la rabia”.
Él, en su trato diario con casos de migrantes venezolanos, reconoce que hoy por hoy la opción que tienen quienes salieron del país es llevar a su familia consigo, porque no ven un futuro allá. En otras palabras, él predice que países como Ecuador podrían tener una llegada mayor de migrantes que ahora busquen salir de esta nueva situación.
“Dejar Venezuela es la opción más lógica para ellos, también para reunificarse o para generar nuevas soluciones. Este es un golpe muy bajo que confirma que Venezuela está muy mal”, dice.
Andrés Beltrán, estudioso de fenómenos migratorios, explica que Ecuador no se verá alejado de las repercusiones que tendrán los resultados electorales en el país. Esto, debido a que si las situaciones previas ya eran complicadas, ahora podrían verse aún más afectadas, “por lo que podemos vivir un reavivamiento del movimiento migratorio”.
Situación en Venezuela
Ayer Venezuela vivió un nuevo proceso electoral que lucía prometedor tanto para el país como para el mundo, debido a las posibilidades de ganancia de la oposición frente al régimen chavista, hoy comandado por Nicolás Maduro, que lleva más de dos décadas en el poder. La jornada electoral presentó inconsistencias y denuncias desde tempranas horas de la mañana, cuando recintos electorales retrasaron la apertura de mesas y en otros no se permitió la entrada de veedores electorales. Así lo cuenta Andrés Cañizares, periodista venezolano.
Las dudas y descontento se afianzaron en horas de la tarde, cuando cerraron las urnas, con el llamado de los líderes opositores Edmundo González y María Corina Machado a cuidar los votos y permanecer atentos. Sin embargo, en horas de la noche el Consejo Nacional Electoral de Venezuela proclamó una tendencia irreversible que daba la victoria a Maduro, con un total del 51,2% de votos a su favor, mientras que Edmundo González habría alcanzado un 44,2%.
Este anunció encendió las calles y las opiniones, tanto dentro como fuera del país; hoy, este apoyo se vio reflejado también en las calles. Los resultados electorales causaron protestas masivas en Caracas y otras ciudades del país. Según reporta CNN, en la ciudad se ha visto incluso a personas prendiendo fuego a los cárteles electorales de quien han llamado abiertamente como “dictador”.
Por otro lado, la Fiscalía de Venezuela anunció que se investigará presuntos actos de sabotaje a las elecciones presidenciales. Esto, asegurando, aunque sin pruebas, que hubo un ataque al sistema eléctrico y un ciberataque contra el sistema de transmisión de datos del Consejo Nacional Electoral. A este ataque se atribuyó la tardanza en la lectura del informe oficial de resultados ayer.
Cañizares asegura que las calles se mantienen vacías de personas y más presentes con manifestaciones en contra del régimen. Para él, “es raro que si ganó el Gobierno con mayoría no haya gente festejando, por eso aquí suenan las voces del fraude”. “Creo que el resultado es inverosímil” y eso ha levantado a las personas.
Mientras tanto, a escala internacional, países como Estados Unidos, República Dominicana, Guatemala, Panamá, Costa Rica, Ecuador, Perú, Chile, Uruguay y Argentina se han pronunciado en contra del proceso electoral. Mientras, Cuba, Bielorrusia, Nicaragua, Bolivia, Rusia, China, Catar, Siria e Irán se manifestaron en pro del Gobierno de Maduro.
El Gobierno de Venezuela pidió el retiro del personal diplomático de siete países, rompiendo relaciones. Estos son: Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, que previamente habían criticado las elecciones y pedido una reunión urgente del Consejo Permanente de la OEA.
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