En la región Sierra-Amazonía, 122.501 estudiantes empezaron hoy su tercero de Bachillerato. Llegaron con una mezcla de alegría por el reencuentro; nostalgia, por ser su último año en el colegio; y nervios, por los exámenes para la ‘U’.
POR: Karen Mantilla Ulloa
El despertador sonó a las 05:30 de la mañana. María Chamorro, de 17 años, despertó y algo de frío entró en su cuerpo. Sacó su uniforme de la cómoda, planchado, sin ninguna pelusa. Aunque parecía una rutina que ya conocía, esta vez fue diferente.
Es que hoy para ella fue su último primer día en el colegio, la última vez que empezará clases en la Unidad Educativa Consejo Provincial, en Quito, ese sitio que la vio crecer, llorar, reír, tomar decisiones y conocer a sus amigas, desde que tenía 7 años.
Mientras ella se alistaba para este día, su mamá le preparó el desayuno. Ella no la pudo acompañar en esta última primera aventura, pero le deseó éxitos.
Cuando ingresó a las instalaciones de su colegio, su corazón palpitaba, sabía que ya no tendría nueva una inauguración de clases y, sobre todo, que tenía que disfrutar cada instante, porque los 200 días que estará en clases, pasarán ‘volando’.
“Todo fue distinto. Vengo asistiendo a las inauguraciones más de la mitad de mi vida, pero hoy sí se sintió diferente. La panza me sonaba, el corazón me latía muy fuerte y, cuando pasé por las puertas del colegio, quería hasta llorar. Sé que va a ser difícil, porque no sólo son clases, son pruebas de todo tipo hasta prepararse para la universidad”, aseguró Chamorro.
En la institución colocaron hojas con cada paralelo para que los estudiantes no se pierdan y hagan una fila ordenada. // Foto: Karen Mantilla U.
María quiere estudiar medicina, pero antes de pensar en la universidad, dice que el objetivo es graduarse y, en lo posible, tener gratas experiencias, porque todo aquel que ha pasado por tercero de Bachillerato siempre tiene vivencias por contar.
“Creo que soñaba con ya estar en tercero de Bachillerato, porque todos mis amigos que ya pasaron por ahí dicen que es algo único e inolvidable. Cuando esté en la universidad quiero seguir algo relacionado con la salud, pero antes de pensar en eso voy a graduarme y a tener muchos momentos felices”, aseguró.
A su lado siempre está su amiga, Brittany Granja. Ella ha sido su compañera de aventuras desde hace algunos años, tanto que no pueden separarse y, aunque cada año sortean las listas de los cursos, siempre vuelven a estar juntas. Las dos finalizarán la etapa colegial el próximo año, al igual que los 122.501 estudiantes de tercero de Bachillerato, que hoy iniciaron clases.
Ella no sabe qué sentir. A diferencia de María, no es tan efusiva, aunque asegura que, si tiene a su amiga, todo estará bien.
“Es el comienzo de todo, no sólo se va a terminar una etapa, se abre otra, pero va a ser muy duro, todos estos meses juntarlos con las clases y las experiencias es complicado, pero si escogemos a las personas correctas, todo está bien”, enfatizó Brittany.
María y Britany cursan tercero de bachillerato. // Foto: Karen Mantilla U.
Luisa Tandazo también cursará tercero de Bachillerato. Cuenta que sus papás sólo le acompañaron hasta la puerta. No se podían quedar porque trabajan, pero eso no le puso triste, estaba emocionada, quería que este día llegara. No sabe qué seguir en la universidad, por eso quiere viajar a Estados Unidos, allá tiene a su familia.
“Yo estoy feliz, aunque nos graduamos el otro año, le voy a poner todas las ganas del mundo para no quedarme en nada. Aún no sé qué seguir, todos preguntan lo mismo, pero yo no sé, la verdad quiero viajar, hacer dinero e invertir, porque aquí no sabemos qué pase. Estados Unidos es mi primera opción, allá está mi familia y sería muy lindo conocer otro país”, dijo Luisa.
Los estudiantes con su grupo de amigos. // Foto Karen Mantilla U.
En otro colegio de Quito, el Benito Juárez, Erick Guevara, contaba que él se planchó su uniforme, porque su mamá salió muy temprano a trabajar. Pero su papá lo acompañó y estuvo sentado en el graderío. Dijo que se sentía emocionado, pero también preocupado, porque cuando salga del colegio, tendrá que dar pruebas para la universidad y aún no sabe qué seguir.
“Es chévere volver, para ver a los amigos, también para jugar; pero sí es nostálgico y preocupante porque nos toca dar las pruebas para la universidad. No sé, es que son decisiones muy rápidas, no tengo idea de qué quiero seguir, pero obvio quiero seguir estudiando. Aunque no se sabe si entramos o no a la primera que dé la prueba, tengo amigos que se graduaron y no están en la universidad, pero daré lo mejor de mí”, declaró Erick.
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