La justificación de que los cortes en 8 provincias no responden a la situación en las centrales hidroeléctricas no es suficiente ante la cantidad de mantenimientos pendientes en toda la red nacional, advierten especialistas.
Mientras en países con gran desarrollo tecnológico ya se realizan pruebas de vehículos voladores autónomos, en Ecuador persisten las interrogantes sobre la capacidad del Estado para abordar eficazmente la crisis energética y garantizar un suministro eléctrico estable y confiable para todos los ciudadanos.
Después de la primera serie de racionamientos, que comenzó en octubre y se extendió de manera intermitente hasta diciembre de 2023, y de la segunda serie, que comenzó a mediados de abril, también de manera intermitente, el Gobierno aún no ha logrado implementar soluciones, a pesar de los diagnósticos detallados sobre el déficit de producción y las propuestas técnicas presentadas por gremios profesionales, universidades y cámaras de producción.
Contrariamente a lo prometido la semana pasada, el Gobierno anunció que los apagonesl se reanudarían hoy en ocho provincias: Guayas, Los Ríos, El Oro, Esmeraldas, Santa Elena, Santo Domingo de los Tsáchilas, Bolívar y Sucumbíos.
La Corporación Nacional de Electricidad (CNEL EP) informó en su cuenta de X que las interrupciones serán programadas, con una duración de tres horas, y se llevarán a cabo en diferentes horarios para «asegurar el óptimo desempeño de las distintas Unidades de Negocio, como parte de la planificación institucional».
La institución descarta que estos cortes obedezcan a la situación en las centrales hidroeléctricas, sino a trabajos programados en distintas redes e infraestructuras de las provincias afectadas.
Hasta el cierre de esta nota, el Ministerio de Energía no había respondido a una consulta sobre la posibilidad de que, después del 26 de mayo, los racionamientos que actualmente afectan a ocho provincias se reinicien en el resto del país.
Hasta la fecha mencionada, la entidad ha mantenido su compromiso de no realizar cortes. Cualquier cambio será anunciado mediante una conferencia de prensa por el ministro interino, Roberto Luque, según informó el Ministerio.
Sin embargo, esta explicación no resulta suficiente para los miles de usuarios en las ocho provincias afectadas, cuyos planes de trabajo para esta semana se han visto trastocados, lo que desencadenó un aumento en los costos de producción y nuevas y cuantiosas pérdidas por cada hora de suspensión del servicio eléctrico.
En consecuencia, en medio de una nueva serie de afectaciones a la economía y las actividades de una gran parte del país, cabe preguntarse: ¿cuál es la situación actual del sector eléctrico?
La primera respuesta, automática, nos lleva a dirigir la mirada hacia la cuenca del río Paute, que se extiende desde el sur del país hasta la Amazonía. Este río alimenta con sus aguas a las centrales hidroeléctricas más grandes, las cuales son responsables de producir gran parte de la electricidad consumida en Ecuador.
Esta gran dependencia, que no se ha logrado superar en años recientes, ha puesto en situación de vulnerabilidad y de riesgo a la producción nacional de electricidad cada vez que hay sequías que ocasionan la disminución en los caudales del río Paute. Si a esto se suma la falta de nuevas alternativas, que tampoco se ha logrado superar en más de una década, tenemos como resultado los nuevos apagones.
Dos especialistas en planificación energética consultados por Ecuador Chequea señalaron que los cortes por trabajos programados no sólo responden a la actual crisis energética, en la que se ha evidenciado un desplome de la capacidad de producción energética y una falta de mantenimientos programados de las líneas de transmisión y de las propias infraestructuras de producción, que debían haberse realizado hace varios años y que en los primeros seis meses del Gobierno tampoco se han realizado.
Como ejemplos de este descuido, señalaron que el 6 de abril ya debió ingresar a mantenimiento programado la central hidroeléctrica Mazar. Además, añadieron que, a pesar de que la central térmica Termogas tiene una infraestructura instalada de 200 megavatios, produce menos de 40.
El especialista en Energía y Potencia Electrónica Víctor Herrera, catedrático del Colegio de Ciencias e Ingenierías de la Universidad San Francisco de Quito, recuerda que, “por mucho tiempo, se dejó abandonada la generación, la transmisión y distribución. Entonces, surgieron las alarmas, que incluso, si se llegaran a recuperar los niveles de los embalses para sentirnos medianamente seguros, el sistema eléctrico no sólo es la producción. Y tiene que darse mantenimientos que no estaban programados pero que son de emergencia, para mejorar la infraestructura como tal”.
Son inevitables los racionamientos por los cortes programados que se aplican desde hoy en 8 provincias, agregó Herrera, luego de señalar que aún hay más tareas pendientes para mantenimientos en líneas de transmisión, a centrales de distribución o infraestructuras de generación. “Resulta molesto, para la población, para la parte industrial, pero es la única forma de evitar problemas mayores si el día de mañana se recuperan los niveles de los embalses pero si el sistema no está preparado vamos a tener los mismos problemas”.
Luego de recordar que hay nuevos proyectos de generación postergados por años, el presidente del Colegio de Ingenieros del Ecuador, Marco Acuña, volvió a insistir en la recomendación de medidas técnicas urgentes formuladas por el gremio profesional ante la actual crisis: campañas nacionales de ahorro de energía, mantenimientos emergentes de la infraestructura e incorporaciones emergentes de centrales térmicas a la red nacional.
FUTURO Y LARGO PLAZO
Tras varios capítulos históricos de racionamientos a consecuencia del desplome de la producción de las centrales hidroeléctricas por sequías cíclicas en la cuenca del río Paute, es necesario insistir en la implementación de una política de Estado a largo plazo para diversificar las fuentes de generación y cubrir el déficit de aproximadamente mil megavatios que enfrenta el país en los momentos de «demanda máxima», indicaron los expertos consultados
Por ahora, recordaron, la actual suspensión parcial de los apagones que empezaron a mediados de abril se debe más bien a las recientes lluvias en la cuenca del río Paute y al restablecimiento de la compra de energía a Colombia.
“Debe ser una prioridad nacional el contar con un plan estratégico a nivel estatal que continúe de manera independiente de las líneas políticas de los gobiernos porque siempre vamos a tener problemas con las condiciones climáticas que afectan a la producción hidroeléctrica, que es un gran porcentaje, pero se debe diversificar con otro tipo de energía, que no va a cubrir el 100% pero sí para cubrir desbalances”, indicó Herrera
Acuña también indicó que no se han desarrollado nuevos productos de generación previstos desde hace años: “Cuando estamos en tope de la demanda máxima de 5.000 megavatios, se ha calculado en mil megavatios el déficit de potencia que tenemos. En otros momentos del día esto se ve solventado porque la demanda baja de 5.000 a 3.200, 3.600”.
Para cubrir esta diferencia es indispensable implementar sistemas de reservas que podrían provenir de energías renovables, complementados, a su vez, con centrales con combustibles fósiles como las centrales térmicas.
¿Y cómo están las centrales hidroeléctricas este rato?
Mazar:
- Enero: 71.386,4 MWh
- Febrero: 60.306, 96 MWh
- Marzo: 40.509, 74 MWh
- Abril: 50.509,74 MWh
Molino:
- Enero: 444.126, 87 MWh
- Febrero: 395.165,69 MWh
- Marzo: 349.731,79 MWh
- Abril: 261.968,84 MWh
Sopladora:
- Enero 196.600,17 MWh
- Febrero: 182.542, 84 MWh
- Marzo: 164.843,19 MWh
- Abril; 147.652,52 MWh
MINAS SAN FRANCISCO
- Enero: 123.068,49 MWh
- Febrero: 87.675,64 MWh
- Marzo: 46.829.49 MWh
- Abril: 103.933,48 MWh
CELEC-SUR
- Enero:834.181, 98 MWh
- Febrero: 735.691,13 MWh
- Marzo: 601.914,2 MWh
- Abril 421.379,56 MWh
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