Esta es una protesta porque desde el 2003, las gasolineras pueden ganar $0,16 por galón vendido. Este es un margen de utilidad que ha permanecido congelado por 21 años. Las demás provincias determinarán si se unen a la medida, luego de un plantón que realizarán el próximo jueves.
Hoy, las gasolineras de Manabí anunciaron que no comprarán combustible por un día. Esta es una medida de protesta por el margen de ganancia que ha estado congelado por 21 años. La decisión está respaldada por la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados del Petróleo del Ecuador (CAMDDEPE), el gremio de gasolineras. A pesar de que la entidad agrupa a un sector privado, esta fue declarada como un servicio público porque vende un producto estatal; el combustible. “No podemos paralizarnos a riesgo de ir presos”, expresó Ivo Rosero, presidente de las gasolineras. “Pero existen provincias en una situación tan desesperada que están dispuestos a hacerlo porque no es justo cómo están viviendo”.
Por el momento, sólo las gasolineras de Manabí han anunciado su protesta. El resto de provincias anunciarán su acompañamiento o no en el plantón que realizarán el próximo jueves 25 frente al Palacio de Carondelet, como se anunció en una rueda de prensa.
Este es el segundo plantón del mes, el primero fue el 8 de julio. Después de este, se acordó una reunión con Valeria Arroyo, viceministra de Hidrocarburos y Ana Cristina Áviles, viceministra de Economía. Sin embargo, en la convocatoria de hoy, Rosero denunció que la Áviles se retiró de la reunión por una llamada del ministro de Economía, antes de llegar a un acuerdo sobre su margen de ganancias congelado. Este Ministerio es el que puede eliminar o cambiar la medida.
En el 2003, se decidió que las estaciones de servicio de combustible pueden ganar $0,16 por galón vendido. “Pero obviamente en 21 años ha habido una inflación del más de 65% acumulado”, explicó Ivo Rosero, quien además recordó que entonces el salario básico era de $129 y hoy es de $460.
El presidente de las gasolineras compara la situación con países vecinos como Colombia y Perú, donde el margen de ganancia es de entre $0,33 a $0,35 y $0,28; respectivamente. “Tenemos la mitad de ingresos y el doble de gastos”.
Lo que más le preocupa a la entidad son las situaciones de las distribuidoras, lejos de las grandes ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca, las cuales están cerca de terminales de distribución.
Larysa Gaponchuk, vicepresidenta de CAMDDEPE en Napo, cuenta que antes podía costear una cena navideña para sus empleados y sus familias, pero ahora sólo puede pagarles el seguro social, su sueldo y los gastos indispensables del negocio.
“Estoy bastante preocupada, todos los días tenemos que pensar de qué manera pagar los gastos que tenemos”, contó Gaponchuk, quien además es la gerente de la estación de servicio Archidona. Al estar alejada, debe adquirir el combustible en Ambato, lo que implica un gasto adicional en el transporte que se demora 10 horas entre ida y regreso. “Estamos al borde, no sé de donde sacar dinero”, enfatizó.
El analista económico, Jorge Calderón, considera que sí se debería eliminar el margen de ganancia congelado, pues la ‘mano invisible del mercado’ es la encargada de regular este tipo de situaciones. “Hay que dejar que la oferta y demanda se autorregulen. En ese sentido, creo que los márgenes controlados deberían desaparecer”, dijo.
Calderón también resaltó que, actualmente el Ecuador está en un ambiente preelectoral, por lo que “hay decisiones de inversión que se ralentizan hasta tener mayor claridad”. Además, la inseguridad y la recesión de ingresos han hecho al negocio menos atractivo, por lo que se requiere un ajuste al contexto del mercado.
A pesar de que los negocios se vuelven menos atractivos en épocas preelectorales, la desinformación se vuelve más viable. Algunos de los temas que más se publican son los que pueden cambiar el discurso interno de los usuarios, una de las vías para lograrlo es la economía. Puedes conocer cómo evitar caer en las notas desinformativas que circulan en esta época con la guía actualizada para reconocer la desinformación de Ecuador Chequea.
El expresidente de la Cámara de Comercio de Quito, Patricio Alarcón, concordó en que es complicado que un negocio se sustente con un margen congelado. “Necesita flexibilidad. En el tiempo puede subir el costo del producto, de la materia prima, la mano de obra, entre otros”. Alarcón advirtió que si el negocio no se “reinventa”, puede perder su atractivo. “No poder ajustar el margen te quita competitividad y la gente invierte menos”. Sin dichas inversiones, se pierde la oportunidad de hacer que las estaciones tengan una mejor infraestructura con la que atraer a más consumidores.
Carlos Salazar, presidente del CAMDDEPE de Azuay, recuerda que, en el 2019, el entonces presidente Lenín Moreno estableció compensar a la entidad con $0,5 más cuando decretó la eliminación del subsidio a las gasolinas extra y diésel con el Decreto Ejecutivo 883. “Desgraciadamente, las revueltas sociales hicieron que el presidente Moreno de un pie atrás en la decisión”.
El 13 de octubre del 2019, Moreno se reunió en una mesa de diálogo con los movimientos indígenas, quienes, junto a otros grupos sociales, protagonizaron un paro nacional del 2 al 13 de octubre como protesta a la eliminación del subsidio a los combustibles. En esta reunión, se derogó el Decreto Ejecutivo 883.
A pesar de las opiniones de los economistas, el exdirigente sindical petrolero, Diego Cano, no cree en la gravedad de la situación que denuncia el gremio de las gasolineras. “Nadie trabaja a perdida y peor tantos años, de ser así ya hubieran cerrado”.
Sin embargo, Salazar cuenta que el margen de utilidad de estaciones de servicio más alejadas de las terminales “se licúa con el costo del transporte”. Esta semana, el presidente del CAMDDEPE en Azuay recibió un oficio de una estación de servicio en Oña, una ciudad entre Cuenca y Loja, a 150 km del terminal de despacho. “Es una estación de servicio que tiene un costo de más de 70.000 de combustible al año y eso pulveriza completamente toda la rentabilidad que ha obtenido por las ventas. Está a punto de cerrar la actividad porque ya no le da más la economía”, advirtió.
Ivo Rosero explicó que tienen “el punto de equilibrio más alto del mundo, lo cual no es bueno, todo lo contrario”. De acuerdo con el dirigente, en Estados Unidos, una gasolinera llega a su punto de equilibrio con 130.000 galones vendidos al mes. En Colombia se logra con 80.000 galones. En Ecuador, el punto de equilibrio está en 130.000 galones con lo cual “estamos con el agua en el cuello”. Empieza a ser rentable con 200.000 galones, pero eso es algo que solo venden las grandes ciudades. Los de carretera, en su mayoría, están vendiendo entre 120.000 y 130.000 galones”.
La entidad resolvió enviar una carta solicitando una audiencia a Juan Carlos Vega, ministro de Economía y Finanzas y a Antonio Goncalves Savinovich, ministro de Energía y Minas. Las autoridades de las gasolineras también piden a los funcionarios incluir el costo de transporte en la factura del consumidor, costo que para las estaciones más alejadas representa entre 60.000 y 150.000 al año. “Esto no es un desplome para el consumidor”, aclaró Rosero. En promedio, una persona tanquea su vehículo con 10 galones, si usa las gasolinas extra o ecopaís pagaría $27,50. A las distribuidoras les cuesta, por lo general, $0,04 por galón el transporte. La entidad propone que se agregue este precio, lo que, en el ejemplo, sumaría un total de $27,90. “¿Es un desplome para el consumidor pagar esta diferencia?. Definitivamente no es, pero para el distribuidor que está alejado es la diferencia entre la vida y la muerte”.
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