Los expertos señalaron que el error más grande del Gobierno fue pensar que con la vacunación el virus se iba a contener. Lo que proporcionó una falsa esperanza y relajación a la ciudadanía.
Una de las ofertas de campaña del presidente, Guillermo Lasso, fue vacunar a 9 millones de ecuatorianos en sus 100 días de Gobierno. Para lograrlo convocó al sector privado, al público y a organizaciones internacionales. Según el vacunómetro del Ministerio de Salud, hasta el 05 de septiembre, se ha vacunado a 10’699.102 con primera dosis y a 9’323.600 personas con segunda dosis. El mandatario confirmó que se destinaron alrededor de 320 millones de dólares para la adquisición de las vacunas: Pfizer, Astrazeneca, Cansino y Sinovac. Para el plan se instalaron 520 centros de vacunación. Más de 3000 empresas privadas aportaron a la vacunación masiva. Para la semana del 6 al 10 se tenía previsto vacunar a rezagados y primeras dosis de Astrazeneca y Cansino.
En el programa Contra la COVID: Combatiendo la desinfodemia, se analizó el programa de vacunación del Gobierno y las acciones a tomar después de cumplirlo. El epidemiólogo Alberto Narváez y el microbiólogo David Acosta puntualizaron la necesidad de medidas sanitarias anexas a la vacunación.
Narváez señaló que se dudaba mucho de que el Plan 9/100 se cumpliera. Dijo que, si el Gobierno no negociaba con las farmacéuticas, era imposible llegar a esas coberturas. Narváez dijo que Sinovac es la vacuna que más se ha usado en Ecuador.
La inmunización de los 9 millones representa el 52% de la población total. Para Acosta dijo que este porcentaje no es suficiente, ya que las vacunas no evitan la transmisibilidad del virus. Señaló que la inmunización es importante para otros sectores de la población. Y seguir con las medidas de bioseguridad.
¿Inmunidad de rebaño?
La OMS propone la inmunidad de rebaño a través de la vacunación. Varios expertos han comentado que para llegar a una inmunidad de rebaño contra la COVID-19 se necesita al 70% de la población vacunada. Sin embargo, las variantes pueden influir en este porcentaje. El médico epidemiólogo comenta que las vacunas son eficaces para evitar las muertes y casos graves. Pero: “para evitar la transmisión, la efectividad no es muy buena”. Bajo esa premisa, para Narváez solo con las vacunas es difícil que se llegue a lograr dicha inmunidad. Puntualizó que el descenso de hospitalizaciones es gracias a la vacunación y también al clima. Por ejemplo, en la humedad el virus circula más rápido.
El microbiólogo Acosta dijo que definir un porcentaje específico para que Ecuador llegue a una inmunidad de rebaño es difícil. El experto dice que es un error pensar que para controlar el virus la vacuna es la única solución. Comenta: “estamos tan apegados a la inmunidad de rebaño, y hay un artículo de Nature que define que la inmunidad de rebaño en COVID es imposible”. Y dice que hay cinco razones: transmisión, rol de las vacunas en grupos prioritarios, problemas en distribución y almacenamiento, características intrínsecas de cada región respecto a las vacunas y que la inmunidad no dura para siempre.
Narvaéz señaló que, una vez vacunados 9 millones, otra medida a tomar es mejorar el testeo masivo y el rastreo de contactos. Detalló que es necesario que se identifiquen los casos de variantes. Dijo: “Este Gobierno se centró mucho en la vacunación y descuido el testeo. Por ejemplo, en Inglaterra tienen vacunados con segunda dosis a más del 60%. Y hacen muchísimas pruebas. Y el índice de positividad que en el caso de Inglaterra es de 3,5 al 4%”. Dijo que Ecuador hace diez veces menos testeo que Inglaterra. Sin embargo, el país británico no ha podido controlar la pandemia. También comentó que se puede pensar en cuarentenas focalizadas.
Varios países han dejado la mascarilla como medida de protección justificando su alta cobertura de vacunación. Acosta señala que hay una consecuencia de esta medida. Puesto que, los casos han despuntando en aquellos lugares que han cometido errores no sustentados en la evidencia. Acosta señala que la mascarilla es la que contiene el virus. Añadió: “Hasta que no tengamos una medida eficiente que demuestre detener la transmisión, es algo ilógico retirarla”.
De esta forma, los expertos coinciden en que el Plan 9/100 se cumplió y fue eficaz. Sin embargo, las vacunas no son la única forma de contener el virus. Ya que la crisis sanitaria es multifacética y se requiere de un esfuerzo integral.
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