La CIDH no ha declarado que la cabeza de Glas tiene precio
La Comisión aceleró el trámite del caso, pero la versión del precio por la cabeza del exvicepresidente es un alegato de su defensa.
El exvicepresidente Jorge Glas cumple dos condenas ejecutoriadas por corrupción y tiene a su haber una tercera en primera instancia; fue liberado temporalmente merced a un polémico hábeas corpus, que fue revocado, y el 20 de mayo regresó a prisión. En ese contexto, se difundió que la CIDH declara urgente el tratamiento del caso de Glas porque su cabeza tiene un precio de USD 20.000. La información es engañosa, la CIDH solicitó “acelerar el caso”, pero lo del precio por la cabeza del exvicepresidente es una alegato de su defensa.
El pasado 25 de mayo, la CIDH decidió aplicar el artículo 36 de su reglamento en el caso Odebrecht, uno de los que provocaron sentencias a Glas. La declaratoria de urgencia, que según los abogados de Glas declaró la CIDH, se aplica sólo en circunstancias excepcionales, por considerarlo entre los casos “de gravedad y urgencia o cuando se considere que la vida de una persona o su integridad personal se encuentran en peligro inminente”.
Mauricio Alarcón, especialista en temas de la CIDH, informó a Ecuador Chequea que el documento donde se anuncia la emergencia declarada por la Comisión no es público, pero fue enviado a los abogados de Glas a través de un escrito. “Lo que hizo la CIDH es agilizar el trámite, una suerte de per saltum”, indicó Alarcón.
Un per saltum es un recurso que se interpone ante un tribunal superior sin que se haya pasado por instancias intermedias.
Esta decisión de la CIDH, comunicada por carta a los abogados de Glas, se produce después de que el exvicepresidente regresara a prisión tras anularse el polémico hábeas corpus concedido por un juez, en abril pasado, lo que le permitió salir en libertad hasta que ese fallo fue revocado 40 días después.
La CIDH decidió abrir el caso número 14.957 y solicitó que presentaran sus observaciones adicionales sobre el fondo, en un plazo de cuatro meses, prorrogable si fuese necesario hasta un máximo de seis meses.
Curiosamente el expresidente y prófugo de la justicia, Rafael Correa, quien fue el jefe de Jorge Glas se refirió al tema de la declaración de urgencia del tratamiento del caso por parte de la CIDH. Curiosos porque Correa fue acérrimo crítico de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la CIDH.
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