ADN y sus aliados consiguieron todos los cargos directivos de la Asamblea, en su sesión de instalación, que se terminó hace poco. Niels Olsen consiguió la presidencia, en una jornada llena de entretelones.
POR: Hugo Constante
El Movimiento oficialista ADN logró mayoría en el Consejo de Administración Legislativa (CAL), durante la sesión de instalación de la nueva Asamblea para el periodo 2025-2029. Las siete autoridades que se designaron hoy son parte de la bancada oficialista o de sus aliados.
Está operación política desconcertó a la bancada correísta, acostumbrada desde el 2009 a ocupar los espacios de poder en la Asamblea. Pero esta vez el oficialismo le ganó el pulso y le dejó fuera del reparto del «pastel» legislativo, sin una sola autoridad.
Pero el oficialismo tampoco la tuvo fácil. La máxima votación obtenida fue la de 80 legisladores, para designar a Niels Olsen como presidente de la Asamblea. Apenas tres votos más del mínimo requerido, logrados luego de un momento de tensión porque la votación se estancó a la espera de las definiciones de los independientes y, principalmente, de Pachakutik, que evidenció la división interna de este grupo de legisladores.
Olsen se desempeñó como Ministro de Turismo entre 2021 y 2024 y en las últimas elecciones ganó la curul como asambleísta nacional del oficialismo. Su nombre ya sonaba con fuerza en los últimos días para esa designación y hoy se concretó.
Mientras que, con 79 votos a favor, se designó a la también oficialista Mishel Mancheno Dávila como la primera vicepresidenta. Mancheno se ha desempeñado como Secretaria General Jurídica de la Presidencia, brindando asesoría directa al presidente, Daniel Noboa. En 2025 fue electa asambleísta por Chimborazo.
Una de las designaciones más difícil fue la de la segunda Vicepresidencia. Primero se mociono a José Nango, el legislador de Pachakutik que reconoció abiertamente su apoyo a Daniel Noboa y que había llegado a un acuerdo con el ministro de Gobierno, José De la Gasca, para sumarse a la propuesta legislativa del oficialismo. Pero sólo alcanzó 74 votos, de los 77 necesarios. De nuevo Pachakutik votó dividido.
Al haberse rechazado el nombre de José Nango, se propuso el de Carmen Tiupul para la segunda Vicepresidencia. En un primer momento, Tiupul tampoco logró el respaldo necesario para la designación, le faltó un voto.
Esto obligó a Niels a suspender la sesión para tratar de buscar acuerdos y, sobre todo, para que Pachakutik se pusiera de acuerdo internamente. Al reinstalarse la sesión, se concretó la designación de Tiupul como segunda Vicepresidenta.
Las vocalías
Para la primera vocalía del CAL se mocionó a la exministra oficislista Sade Fritschi, quien obtuvo lo justo para acceder a ese puesto, 77 votos.
La falta de acuerdos impidió que se designara la segunda y tercera vocalías en los intentos iniciales.
En la segunda vocalía el oficialismo intentó imponer, sin éxito, el nombre de Sergio Peña, de la alianza Revolución Ciudadana/Reto. Ni él mismo se imaginaba que su nombre iba a ser mocionado por el oficialismo. El correísmo rechazó está maniobra de ADN, ya que no era su cuadro escogido y dejó de resgistrarse para esa y las siguientes votaciones, aunque permanecieron en el salón plenario, pero desconcertados. Luego, cuando parecía que está vocalía iba a quedar vacante, y tras otro receso, se mocionó a Samuel Célleri, quien llegó por el Partido Social Cristiano pero se sumó informalmente al oficialismo. Célleri obtuvo finalmente la segunda vocalía.
Pero el golpe de gracia del oficialismo en contra del correísmo se dió con la tercera vocalía. La excorreísta Mónica Salazar fue designada tercera vocal del CAL, la única autoridad que faltaba por designar. Con eso, el oficialismo y sus aliados coparon todas las dignidades para esta Asamblea. En los registros, Salazar sigue constando dentro de la Revolución Ciudadana, pero es oficial su acercamiento a ADN. La moción se aprobó con 77 votos.
La cuarta vocalía fue para Steven Ordóñez, legislador que desde el anterior periodo viene actuando con la bancada oficislista.
La «viveza política»
El oficialismo y el correísmo no dudaron en recurrir a las interpretaciones de la ley en la instalación de esta sesión. Bajo la conducción inicial de Annabella Azín, del oficialismo, se nombró a cinco asambleístas de diversos sectores para que verifiquen la documentación de los 151 asambleístas. El correísmo protestó airadamente porque en esa comisión especial no fue tomado en cuenta ningún legislador de su bancada. Entre los cinco designados estuvo Mónica Salazar y Azín hizo leer la certificación de bajo qué agrupación Salazar obtuvo la curul: por el correísmo. Así cerró la discusión Azín.
El correísmo, por su parte, intentó interpretar la Ley a su manera. Presentó la propuesta de formar dos bancadas, con el objetivo de tener dos cupos en el CAL, la una netamente correísta, con 48 Legisladores, y otra liderada por Reto, con 18 legisladores. En las elecciones, el correísmo y Reto fueron en alianza y la Ley impide constituir bancadas por separado a los asambleístas que en las elecciones pertenezcan a partidos o movimientos políticos que no se hayan presentado separadamente como tales ante el electorado.
Por lo tanto, las dos únicas bancadas legalmente reconocidas son la de ADN y la de la alianza Revolución Ciudadana – Reto.
