Por: Arutam Antunish Cárdenas
Eran las 06:30 de la mañana y la alarma sonó por tercera vez. Tenía que monitorear contenidos desinformativos. Abrí Facebook, eché un ojo a algunas cuentas que a diario comparten ese tipo de información. No encontré nada. Me distraje, empecé a navegar sin rumbo en esa red social, me divertía leyendo memes. En una foto, vi al luchador ecuatoriano Marlon ‘Chito’ Vera, sonreí, porque unos días antes había ganado su combate frente a Dominick Cruz en el torneo de artes marciales mixtas UFC. Luego, miré hacia la parte inferior de la imagen: “De última hora”, se leía, en letras blancas y enormes.
¿De qué se trataba? ¿Qué había pasado? La intriga invadió mi mente, y debía leer el texto de la publicación para sacarme las dudas. Ahí, el creador del post explicaba, con mucha seriedad, que el peleador había sido penalizado después de que se conocieran los resultados de las pruebas antidopaje. ¡¿Qué?! Debo admitir que la desilusión se adueñó de mí. Pero, el texto no había acabado. Los resultados del ‘Chito’ —explicaba el escrito— determinaban que había consumido diversas sustancias no permitidas por la mismísima Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
¿Qué sustancias había consumido el ‘Chito’? Viche, encebollado, caldo de manguera, guatita, caldo de 31, yahuarlocro, fritada, caldo de pata, habas con queso y chicharón en abundancia. Ajá, sí, es en serio. Así, sin más, la desinformación vino a mí.
En este punto, sabía que se trataba de humor, ¿o no?
Decidí googlear esta información. Descubrí que, efectivamente, se trataba de un contenido satírico. Pero, también encontré que este post no era nuevo. Y, pese a que se trataba de humor, según Diario Extra, muchas personas llamaron a la redacción de ese medio en el 2020, después de haber leído el mismo texto en una cadena de WhatsApp; todos querían saber si la información era cierta. Esa duda la compartieron las más de 500 personas que comentaron el post y admitieron haber tenido un “susto” al leer el texto de la publicación.
No importa si finalmente descubrí que el contenido era satírico, como muchas otras personas, yo ya había consumido desinformación, y algunos miles lo habían compartido en sus perfiles. En este caso, el ermitaño que hizo el post se basó en un hecho —verdadero— para crear desinformación. ¿Su objetivo? No lo conozco, y no tiene relevancia, él cumplió con su cometido.
La desinformación, como si de un microorganismo se tratara, es así, se transforma, se adapta, se actualiza, se camufla.
Así lucho yo, día a día, contra la desinformación.