Quito será testigo del ‘Quito Classic Show’, un auténtico museo rodante que recorrerá sus calles y ‘acampará’ varios días en el Bicentenario, para quienes gusten de los autos antiguos y las motos clásicas.
Quito ya no es la misma ciudad que hace 50 años. Tal vez es más moderna, con más ruido, gente y contaminación. Sin embargo, gracias a los coleccionistas o amantes de lo antiguo, podemos regresar e imaginarnos cómo vestían, qué leían e incluso en qué se transportaban los quiteños en esas épocas.
Sólo por estos días, en el patio del Centro de Arte Contemporáneo de Quito, parece que nos llevaron a los años 50, cuando en las calles de la ciudad no había tráfico. Bajo el cielo cálido y hasta con un poco de sol, hay autos coloridos, con un gran tamaño. También son altos, sus llantas gruesas. Al encenderlos el sonido del motor es un poco rústico, parece que con el pasar de los años se volvieron más broncos.
Sus dueños sacaron a pasear aquellos que estas personas llaman sus “bebés”. Todos sin excepción, rechinan de lo limpio que estaban, lucen brillantes, tanto que el rostro de quien lo ve se reflejaba en su chasis.
Ocho autos, llaman la atención de quienes sólo visitan el museo “un ratito” y, coincidencialmente, se toparon con estas reliquias, que sirvieron para dar a conocer a la prensa y generadores de contenido, cómo se va a desarrollar el evento denominado ‘Classic Show’, que tendrá a más de un quiteño expectante en las veredas de la ciudad.
Capaces de todo
Juan José Ríos sacó su auto clásico Chevy 62, de color vino. El amor por los autos clásicos va más allá de una simple palabra, dice que es indescriptible lo que siente por sus tres “bebés” (nombre que le puso a sus autos).
“Es como tener un hijo, es la paciencia y el detalle que le dedica, porque esto no se hace de la noche a la mañana. A veces se pensaría que existen los repuestos, pero no es así, ni siquiera hay a nivel mundial. Entonces nos toca buscar, igual que cuando un hijo se enferma y no hay medicamento. Pero cuando, de tanto que has buscado, lo encuentras al final del día no tiene precio, porque amamos esto, nos gusta, nos llena, es básicamente una pasión”, dice Ríos.
Para este aficionado su pasión y gusto por los autos llegó cuando era muy pequeño. Cuenta que antes de decir cualquier otra palabra se sabía la marca de los autos. Él asocia que este cariño por los autos nació de su bisabuelo, que era taxista en Ambato. Dice que veía en las fotos a su abuelo mantener sus autos, tenerlos impecables, acompañado siempre con una franela roja y los productos de limpieza de los vehículos.
“El amor y la pasión nace mucho antes de que aprendiera hablar. En mi caso mi bisabuelo, era taxista y fundador de una compañía, es historia y eso es lo que me motiva siempre a mantenerlos así”, cuenta Ríos.
Este aficionado dice que si su esposa lee está nota, se enterará de que ya tiene tres autos clásicos y están guardados en distintos puntos de Quito, porque no alcanzan todos en el parqueadero de su edificio.
“Sin que mi esposa se entere, tengo tres autos clásicos. Una Chevy 57, un Chevrolet 62 y un Mercedes del 70. Lo loco de esto es que no se pueden quedar en mi casa. Están por todo Quito, porque toca guardarlos en un ambiente adecuado, tienen que estar muy protegidos. No pueden estar en el tráfico, porque no fueron diseñados para eso, tampoco pueden darles el sol, porque la lata que tiene tanta historia se daña”, asegura Ríos.
El amante de lo clásico dice que hay etapas que son duras. Por ejemplo, cuando ya tiene que venderlos para adquirir otro clásico, dice que las latas tienen mucho que contar.
“Dejarlos ir también es como que arrancan algo de su vida, pues muchas veces la historia que trae en cada lata, en cada asiento, se queda en nosotros. Nos imaginamos qué pasó ahí, nos transporta a esa época y soñamos, hacemos lo que de grande muchas veces no está permitido”, enfatiza Ríos.
Sobre el evento
Es que, el 24 de agosto 150 autos clásicos y 60 motocicletas antiguas con sus dueños, saldrán desde la Tribuna del Sur, a las 09:30; pasarán por la tradicional Plaza Foch, tomarán la Av. 10 de agosto y, finalmente, llegarán a las 11:00 de la mañana al Parque Bicentenario. Ahí se estacionarán y recibirán a todo aquel que sea amante de lo clásico, de los autos, de las motos o simplemente también estarán ahí de pasada. Ahí se quedarán hasta las 19:00 del último sábado de agosto.
La entrada al bicentenario no tiene costo y está organizado por el club ‘Quito Muscle Car’, en el que todos los miembros son amantes de los autos que tienen más de 35 años de vida, o más conocidos como clásicos. El evento además está respaldado por la Secretaría de Cultura del Municipio de Quito. Este proyecto tiene como objetivo transportar a los quiteños en el tiempo.
“Es un evento familiar porque detrás de esto hay mucha cultura y arte. Ese día habrá artistas, comida y un show. Desde el primer auto que salga del sur de la ciudad hasta el último, todos verán pasar a mucho arte”, dijo Cristian Larrea, organizador del evento.
La idea, según contó el concejal Darío Cahueñas, nació luego de una visita a un taller de autos antiguos. “Ver el trabajo que hacen con los autos es asociarlo con el arte y, por eso, esto es una buena opción para incentivar el turismo local. No hay turismo sin una oferta cultural y esto es una muestra clara de lo que buscamos en el Municipio”, aseguró Cahueñas, quien también es parte de la Comisión de Turismo y Fiestas del Municipio de Quito.
Este desfile, que espera reunir a cientos de ciudadanos, es parte de los 60 eventos culturales que ha venido organizando la Secretaría de Cultura del Municipio. “Esto va a ser una muestra clara de cómo la ciudad ha ido cambiando, es un museo rodante y así queremos que lo vean todos, Quito se está empoderando más y más y estos eventos ayudan también a la economía”, enfatizó Jorge Cisneros, secretario de la entidad.
Los organizadores del evento aseguraron que ese día el auto más antiguo se llevará un premio. También los expertos medirán el cilindraje y habrá un premio. El mejor club de motos y autos será reconocido y, por supuesto, el auto más lindo también se condecorará. Sí alguien tiene una reliquia de estás y está interesado en participar, aún quedan cupos disponibles y la inscripción del auto cuesta $15.
Un evento con propósito
Todo el dinero de las inscripciones de los autos será recaudado para entregárselo a la oenegé Aldeas Infantiles SOS, de Ecuador. La directora, Pilar Merizalde, en conversación con Ecuador Chequea enfatizó que todos los fondos recaudados en el ‘Classic Show’, serán empleados en sus servicio de acogimiento. Además, servirá para la vivienda y manutención de los niños y adolescentes que son parte del ‘programa especializado de acogimiento’, que es un servicio de cuidado alternativo que está implementado con el apoyo de otras instituciones. Este servicio tiene como fin garantizar el derecho de niños y adolescentes a vivir en familia.
“Tenemos a niños, niñas y adolescentes que fueron separados de sus familias por orden judicial de casos de extrema, extrema violencia. En este garantizamos un entorno protector seguro, mediante el acompañamiento, orientación y apoyo similar o igual al de una familia. El recurso también es invertido en la prevención en la separación familiar, cuando las familias no tienen competencias para la crianza positiva de los niños y presentan negligencias en el cuidado. Por ejemplo en las comunidades pasa mucho esto y lo que hacemos es encaminarles, crear espacios seguros y todo lo que debe tener un hogar seguro”, comunicó Merizalde.