El debate está abierto: actualmente, cada escuela decide, pero el Ministerio de Educación analiza prohibiciones. Entre expertos y padres hay criterios divididos. ¿Es el celular una distracción en las aulas? ¿Pueden ser un arma contra la inseguridad? 

POR: Karen Mantilla Ulloa

De lunes a viernes, Angelina Vera, de casi quince años, se despierta a las 05:40. Su rutina está establecida desde que era muy pequeña, cuando empezó su formación educativa. 

Su uniforme está muy bien planchado: hoy usa leva verde, falda gris y sus medias nylon recién sacadas de su caja. La mochila está lista, la preparó el domingo por la noche. Dentro están sus cuadernos, apenas con las carátulas y una que otra hoja llena. Así empieza su segunda semana de primero de Bachillerato. 

Antes de que salga de casa, también toma su celular. Es táctil e inteligente, lo guarda en el bolsillo de su blusa. Su madre, Ximena Mendoza, le desea un “hermoso día”. También le advierte que se cuide y que cuide sus pertenencias, pues “con la inseguridad del país, nada se sabe”, asegura.  

Al preguntarle, por qué deja que su hija lleve su celular al colegio, ella asegura que es necesario, no para que lo use en las clases, sino por seguridad. 

“Lo lleva desde que está en décimo, porque empezó a ser más independiente. Actualmente, es necesario, porque estamos comunicadas, no en la hora de clases, si no cuando llega, cuando sale y en el receso. La seguridad es básicamente la principal motivación. Además, también se ayuda cuando no alcanzan a copiar algo”. 

Angelina jura que ella no saca el celular en clases, porque es un distractor; además, que en su colegio está prohibido su uso en las horas de clase. Además, dice, todos sus compañeros tienen celular; de hecho, hasta tienen un grupo en WhatsApp para preguntar los deberes y hasta molestarse. 

“Yo lo llevo casi todos los días. Sólo cuando me olvido de cargar, ahí no lo hago. Todos en mi curso tenemos un celular, porque nuestros papás nos preguntan cómo estamos, si llegamos bien o no. También yo tomo las fotos de los deberes, cuando no alcanza el tiempo para copiar. Obvio, con mis amigas en el recreo lo usamos para ver redes sociales. Pero nada en las clases porque nos pueden quitar y ahí es un llamado de atención”, comenta Vera.  

Angelina Vera sostiene su celular que lleva todos los días a su colegio. Fotografía: Karen Mantilla U.  

Al preguntar a la madre, sobre la propuesta que planteó la ministra de Educación, Alegría Crespo, sobre la restricción de celulares, Mendoza asegura que está de acuerdo, pero no es viable, menos en la época en la que está el país.   

“Claro que estoy de acuerdo, pero no es tan fácil, no se puede quitar esta herramienta. En las aulas sí está prohibido y eso está bien, muy bien. Pero no dejarles llevar es muy ilógico, estamos en una era tecnológica y, sumada la inseguridad, es complicado. Y, si les pasa algo, o algún criminal entra a las instituciones, como ya se ha visto en otras provincias, nadie nos va a informar. Tiene que analizarse bien el tema, para poder aplicarlo”, dijo Mendoza.  

Materiales de Angelina, su celular casi siempre la acompaña. (Fotografía Karen Mantilla U) 

En contexto

Para entender el tema, hay que recordar que el 28 de agosto la ministra de Educación, Alegría Crespo, se refirió en una entrevista en Radio Católica Nacional a la posibilidad de prohibir el uso de dispositivos móviles dentro de los espacios educativos. 

“La inseguridad también entra por los celulares”, dijo y aseguró que ya están trabajando en una política específica para regular el uso de estos dispositivos. 

El 30 de agosto, volvió a referirse al tema en una entrevista con Teleamazonas. Allí dijo que es un tema sensible. “Estamos siendo muy responsables. Somos una administración que hace muchas métricas y encuestas y es la manera de proceder asertivamente para encontrar la mejor solución al uso de los celulares durante la jornada escolar”, enfatizó Crespo. 

La Ministra reconoció que los celulares sirven para mantener la comunicación con los padres, pero, según ella, en el interior de las instituciones educativas no son necesarios “porque son espacios seguros y su utilización como mecanismos de apoyo educativo pueden ser reemplazados con tablets”.  

Niños en su salón de clases. Fotografía: Ministerio de Educación. 

¿Qué tan viable es aplicar esta medida?  

La exministra de Educación Monserrat Creamer considera que es una medida necesaria, porque los aparatos tecnológicos interrumpen el desarrollo del cerebro. Pero, hay varias aristas que deben analizarse antes de su aplicación y el tema central, coincide, es la seguridad.

 

“Yo considero que en los colegios no debería haber celular, o normar el uso del celular. Solamente los estudiantes deben poseerlo en casos de emergencia, para que en esa situación se deba llamar a un contacto específico”, enfatiza Creamer.  

La experta agrega que hay casos específicos en donde sí es necesario que se use el celular. 

“En el caso de Bachillerato, yo sí considero que el celular puede servir como herramienta de trabajo. Porque se puede complementar la educación que imparte el docente. Pero, eso sí, todo debe ser de manera responsable”, agrega Creamer.  

La exministra enfatiza que los estudios e investigaciones científicas, han concluido que dar un aparato electrónico dependerá mucho de la edad. 

“Hay autores que aseguran que una persona no debe usar un celular hasta que cumpla 14 años y no redes sociales antes de los 16. Esto, porque el cerebro tiene todo un proceso de desarrollo y el celular y los juegos no son necesariamente beneficiosos para esa maduración real. Más bien su uso afecta la concentración y por ende el aprendizaje”, dijo la experta. 

Creamer considera que cuando los niños acceden muy temprano a estas redes, puede causar una sobrecarga de dopamina. “El exceso de su uso, de me gusta o no me gusta, esto a veces puede causar depresión en el sentido de sentirse o no aceptados. En este punto también encontramos el ciberacoso y ciberseguridad, que es un tema más extenso y que está presente, por eso los padres e instituciones deben crear redes de apoyo y ser responsables”. 

Otro criterio técnico

El debate está sobre la mesa, pero al consultar a Milton Luna Tamayo, también exministro de Educación, dice que lo que más le preocupa es cómo lo harán porque, aunque también considera que es una medida necesaria, se vive en una era tecnológica donde los celulares y tabletas son parte del día a día de la mayoría de ciudadanos. 

También considera que se debe hacer una clasificación, por ejemplo, en los más pequeños, es decir la escuela, se debería prohibir por completo, pero, en el colegio no. 

 “En un principio, está muy bien. La medida debe aplicarse y estaría muy bien en los más pequeños. Pero hay que discutir ¿cómo hacerlo? No es tan simple como ‘yo lo decreto y ya se hace’ La aplicación va a ser difícil: ¿cómo se va a controlar que los estudiantes no lleven sus celulares? Actualmente, hay un gran grupo de padres que, lamentablemente, hacen uso del celular con los más pequeños y ya vienen con ese chip. Con los más grandes hay un tipo de control, pero con los pequeños, no”, enfatiza Luna.

Asegura que, si esta medida se hace oficial, se debería buscar la cooperación consciente con los padres, porque el uso de esta tecnología no es algo que esté motivado de las escuelas, pues a su criterio viene directo de los hogares. 

“Se necesita un alto nivel de conciencia, tiene que existir ya un claro aviso. El tema de la adicción al celular está en todo el mundo y lo experimentamos todos los días. Si se decide, el mayor problema siempre será la aplicación y ahí entra un largo y profundo estudio”. 

‘Los niños no deben llevar el celular porque se aíslan y se distraen’ 

Janeth Chicaiza es madre de dos estudiantes: Francisco está en 7mo de Básica y Sebastián cursa segundo de Bachillerato. Ambos son supervisados por su madre siempre que usan los aparatos tecnológicos. Porque dice que “como ayudan, también pueden ser usados para cosas malas”. 

Francisco y Sebastián llegan de su institución educativa a las 14:00, se sacan su uniforme y se preparan para almorzar. Mientras eso sucede, ambos se hacen bromas, Sebas, de 15 años, toma su celular y se actualiza. Su mamá no le deja llevarlo a clases todos los días. El más pequeño tiene 10 años, pero no posee un celular, su mamá asegura que aún es pequeño. 

Sebastián Celi- actualizándose de lo que sucedió en el día. 

“Estoy de acuerdo en que prohíban el uso de celulares, porque en las aulas los estudiantes van a aprender, a adquirir nuevos conocimientos. El tener el celular es un elemento distractor, pero también para que se aíslen entre compañeros. De hecho, en la hora de recreo yo he podido ver que se sientan los amigos y todos están en el celular, no hablan ni se regresan a ver”, asegura Chicaiza. 

Francisco cuenta que en su clase hay compañeros que sí tienen celular, pero no lo llevan porque, si lo hacen, es un llamado a Inspectoría con el representante. Tampoco tiene redes sociales y dice que, si le pasa algo, él puede ir con el DECE, ellos se encargan de comunicarse con su mamá. 

Para Sebastián el tema es otro. Él dice que sí prefiere llevar todos los días el celular, y ya tiene redes sociales, pero también le gustan los juegos en línea. 

“Mi mamá no me deja llevar siempre mi celular, no le gusta. Pero, a veces necesitamos consultar cosas y ahí sí lo llevo, además que tengo que ser responsable porque, si no, ya no tendré nunca más la opción de tener esta tecnología. El anterior año sí me quitaron el celular y mi mamá tuvo que ir a hablar. Cuando lo llevo, en los recreos sí juego, en clases no lo saco porque ahí sí me quitan y me sancionan”, cuenta. 

Escritorio para Sebastián y Francisco.

Cinthya Chanatasi, una madre consultada por Ecuador Chequea, dice que este posible cambio le parece una buena alternativa. 

“De esa manera, los estudiantes podrían concentrarse más, pues, al momento de ellos estar con el teléfono en clases se distraen y esto repercute negativamente en su aprendizaje y educación. En mi caso, yo superviso el teléfono de mis hijos, ya que debe ser utilizado para algo adecuado y beneficioso”, cuenta. 

Miguel, Samuel, Camila- hijos de Cinthya. 

“Estar con nuestros hijos, dejarlos en la escuela y, del mismo modo, retirarlos es lo mejor, desde mi punto de vista. Además de que los maestros llaman en caso de alguna emergencia. Mis niños no llevan celular a la escuela, lo utilizan en casa, sí, pero ya dentro de la institución mismo se roban entre compañeros los teléfonos y créame que no les dan solución, sólo queda impune”, comenta. 

Hay una norma vigente sobre el uso de celulares 

Actualmente, existe el Acuerdo Ministerial N° 007014. En este establece que el uso de celulares dentro de las aulas dependerá de cada institución educativa, sean fiscales, particulares o fiscomisionales. Además, se aclara que los teléfonos celulares, al igual que otros recursos tecnológicos de información y comunicación, pueden ser empleados como instrumentos opcionales generadores de aprendizajes dentro y fuera del aula.

Además, se especifica que los teléfonos celulares no son recursos obligatorios ni deben ser considerados por estudiantes o padres de familia como útiles escolares.

“La necesidad de proveer teléfonos celulares al estudiante debe ser evaluada por el respectivo padre, madre de familia o representante legal, quien debe acordar con aquel sus reglas de uso. Las reglas que se fijen deben enmarcarse en la esfera de su convivencia, de un consumo crítico de la tecnología y en vinculación con las responsabilidades de los niños, niñas o adolescentes en sus hogares y en las instituciones educativas”, se lee en el documento. 

¿Qué opinan los docentes? 

La maestra Tatiana Reyes aseguró que actualmente en la mayoría de instituciones, por no decir todas, los estudiantes saben que no deben utilizar el celular en horas de clases, porque pueden llegar a ser sancionados.  

Y cree que es suficiente con las reglas que ya existen, pues hay estudiantes que sí usan el celular para fines pedagógicos. Además, la mayoría de padres de familia que ella ha consultado aseguran que les dieron un celular para estar en comunicación. Enfatiza que los lineamientos están muy bien establecidos, que ya la mayoría de estudiantes conoce, por lo que las reglas no son incumplidas. 

Tomada de UNESCO.

“Lo que hacemos en esta institución es aclarar a los padres de familia y a los estudiantes que la utilización de teléfonos celulares en el aula, en horas de clases, será sancionada. Se les puede quitar el celular y para que lo recupere tendrá que acercarse el representante. Ahora, lo que sí está permitido es para fines pedagógicos, siempre y cuando el docente autorice sacar el teléfono en clases”, dijo Reyes.  

La psicóloga educativa Daniela Fernández responde que quitar el celular o prohibir su uso en las instituciones no es viable ni tampoco es lo óptimo. Además, asegura que prohibirlo es retroceder, porque las tecnologías ayudan a crecer el ámbito educativo. 

Enfatiza que no se puede asegurar que exista una supervisión directa de esta prohibición, porque tal vez se regule en las aulas, pero en las casas, no. 

“Hay que entender que los cambios y nuevas normas que se quieran implementar, deberán tomar su tiempo oportuno, no puede ser de golpe, hay que hacerlo de manera gradual y antes debería existir una socialización. Sin embargo, considero que quitar el celular es retroceder el avance educativo que tenemos. Primero se debe generar una concientización, para saber usar los aparatos tecnológicos. La mayoría tiene un celular y decir ‘se le quita’, sin socializar, es básicamente retroceder. Lo que se puede hacer es dar otras alternativas de su uso, porque el uso del celular ya es normal. Por qué no crear consciencia, primero, de cómo es el uso correcto de las tecnologías. Considero que sería más fácil crear medidas y hacer la educación más llamativa para que no tengan la necesidad de quitarlo”, enfatiza Fernández. 

Agrega que “el celular no es el problema, sino la falta de normas en las clases para el buen uso, pues con un fin pedagógico, siempre será un plus en la educación”. 

Países que prohibieron el uso de celulares 

• Nueva Zelanda 

Según reportan notas periodísticas, desde noviembre de 2023, los celulares están prohibidos en las escuelas de Nueva Zelanda. Fue un anuncio que dio el primer ministro conservador Christopher Luxon. Se asegura, que, con la prohibición de estos aparatos tecnológicos se busca ayudar a que los estudiantes se enfoquen en las clases. 

«Vamos a prohibir los teléfonos en las escuelas en toda Nueva Zelanda. Queremos que nuestros niños aprendan y que nuestros maestros enseñen», aseguró Luxon.  

• Alemania 

El estado de Bavaria tiene una ley que prohíbe el uso de celulares, aunque el 2022 flexibilizó la medida para la educación secundaria, donde permitió llevarlo al colegio, y cada escuela determina cuándo puede usarse en la sala de clases y cuándo en las demás dependencias del establecimiento escolar. En la educación primaria, la prohibición sigue siendo absoluta. 

• Italia 

La normativa no prohíbe por completo la presencia de celulares en las escuelas, sino que sólo prohíbe su uso durante las horas de clases. Excepcionalmente, se permite su uso en la sala de clases, cuando sea para fines educativos, bajo la supervisión de un docente. 

Otros datos 

Un informe de la Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de la Unesco sobre educación y tecnología, publicado en 2023, señaló: “Los datos de evaluaciones internacionales a gran escala, como los proporcionados por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), sugieren una relación negativa entre el uso excesivo de la tecnología y el rendimiento de los estudiantes”.

En este análisis, se asegura que las instituciones educativas deben garantizar siempre que los intereses de los alumnos se sitúen en el centro y recomienda que las tecnologías digitales se utilicen para apoyar “una educación basada en la interacción humana en lugar de pretender sustituirla”. 

Además, se recomienda evitar su uso en las escuelas, pues el uso de las redes sociales y las notificaciones desconcentran a los estudiantes, que pueden tardar hasta 20 minutos en volver a centrarse en el aprendizaje. 

“Un poco de tecnología puede servir de apoyo al aprendizaje en algunos contextos, pero no cuando se utiliza en exceso o de forma inadecuada”, mencionan los expertos. 

En otro informe, la Unesco ve a los móviles como «una distracción» para los alumnos y recomendó que se excluyan los teléfonos inteligentes en las escuelas de todo el mundo, salvo que fueran imprescindibles para el aprendizaje.  La entidad, asegura que los teléfonos distraen a los alumnos y tienen un impacto negativo en los resultados del aprendizaje. 

Según el último informe de la Unesco, que analiza la educación en el mundo, uno de cada cuatro países ha aprobado leyes que prohíben el uso del móvil en las aulas.

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