Al igual que en el Legislativo disuelto, en esta ocasión los grupos políticos que llegaron tampoco tendrán mayoría absoluta (70 legisladores) por sí solos, por lo que se harán necesarias negociaciones políticas. ¿Qué temas ocuparán el debate? 

El Consejo Nacional Electoral (CNE) informó ayer que en 19 provincias había concluido al 100% el procesamiento de actas para todas las dignidades.

A nivel de la nueva Asamblea se confirma, en términos numéricos, que la primera fuerza política, con más o menos 50 curules, será la Revolución Ciudadana, un rol que ya desempeñó en la Legislatura disuelta. A diferencia de los resultados del 2021, esta vez logró posicionarse sin alianzas, mientras que en el periodo anterior se unió con Centro Democrático para formar la alianza Unión por la Esperanza (UNES), así llegó a la Asamblea y formó el bloque, aunque la mayor cuota de curules, por no decir todas, fue del correísmo. 

Mientras tanto, para esta nueva Asamblea el movimiento Construye realizará su labor como la segunda fuerza política, con alrededor de 26 legisladores, desplazando al Movimiento Pachakutik, que pasó de tener 27 asambleístas en el 2021 a menos de cinco en este periodo que está por instalarse. Un desplome del movimiento indígena que estaba anticipado desde la propia Asamblea disuelta, por sus divisiones internas, formación de minibloques, y el rompimiento, en la práctica, con la Conaie, su principal base social. Todos esos problemas le pasaron factura a Pachakutik en las elecciones del domingo. 

Mientras que el Partido Social Cristiano se mantendrá con el mismo número de legisladores, aproximadamente, que logró en el 2021, a pesar de que también sufrió varias deserciones en la Asamblea disuelta. 

El resto de agrupaciones logró pocas curules. Un movimiento o partido político con representación en la Asamblea puede formar una bancada si tiene al menos 14 legisladores. Quienes no tengan ese número  pueden unirse entre dos o más grupos hasta cumplir la base para formar la bancada. 

De esta manera, habrá al menos tres bancadas fijas: Revolución Ciudadana, Construye y Partido Social Cristiano. Habrá que ver qué pasa con los otros legisladores, si se suman a una de esas tres bancadas o si se unen y forman otra por su cuenta. 

De por medio está que para aprobar las leyes en el Pleno y nombrar autoridades se necesitan al menos 70 votos, que ninguna organización tendrá por sí sola, por lo que necesitarán llegar a acuerdos. 

La expectativa 

Alfredo Espinosa, analista político, considera que, al ser la Revolución Ciudadana el bloque mayoritario y al estar liderado a la distancia por el expresidente Rafael Correa, prófugo de la Justicia por actos de corrupción, su agenda política se centrará en promover una Asamblea Constituyente que le posibilite regresar y rearmar la estructura institucional, con miras a las elecciones del 2025, que sería el verdadero objetivo de la agrupación. 

Róger Celi, especialista en temas parlamentarios, agrega que en esa dinámica de armar el camino para el 2025 será importante el papel que desempeñen los asambleístas de minoría, llamados también independientes, que son los que terminarán por inclinar la balanza. 

La agenda parlamentaria 

Celi añade que esta nueva Asamblea será de transición, de conexión con la del 2025, donde predominará la fiscalización al Gobierno de Guillermo Lasso, sin descartar que, por la composición de esta nueva Legislatura, se intente retomar el juicio político contra el primer mandatario, que no pudo seguir su trámite por la muerte cruzada que decretó el Gobierno. En agenda podría estar también retomar otros juicios políticos que quedaron pendientes, como a los miembros del CNE. «Son temas que estarán sujetos a una interpretación más política que jurídica», dijo Celi.

Espinosa concuerda con Celi en que será una Asamblea de transición que tendrá cerca de un año y medio de gestión, por lo que debería priorizar unos dos o tres temas para sacar adelante, entre ellos el de seguridad. Considera que, si los nuevos legisladores cometen los mismos errores que la Asamblea disuelta, «como buscar la ‘cabeza de Lasso’ como trofeo de guerra”, pasarán sin pena ni gloria por el Parlamento, ya que la ciudadanía espera que existan espacios de diálogo, acuerdos y consensos en un coyuntura compleja y sensible para el país. «Eso es lo que se espera de esta nueva etapa, para que la ciudadanía sienta que, en algo, valió la pena volver a las urnas. De lo contrario, sería bueno recordarles que estamos sin Asamblea y no ha habido ningún descalabro social, ninguna crisis; a los ciudadanos no les ha disgustado el que no haya Asamblea. Ha sido Lasso el incompetente para gobernar sin Asamblea», dijo Espinosa.

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