Tras meses de sequía que provocaron cortes de energía de hasta 14 horas diarias, Ecuador enfrenta ahora lluvias intensas que han desbordado ríos y bloqueado vías. 11 ríos han superado sus límites y otros 21 muestran una preocupante tendencia al alza, generando inundaciones en varias provincias.
POR: Juan Camilo Escobar
En menos de dos meses, Ecuador pasó de la sequía al exceso de lluvias, dos extremos climáticos que han trastocado la vida cotidiana de millones.
A mediados de septiembre, empezó una ausencia de lluvias en las cuencas del sur y de la Amazonía, que secó embalses y redujo la generación de energía en las centrales hidroeléctricas, forzando cortes de electricidad de hasta 14 horas diarias, que se extendieron hasta fines de diciembre anterior.
A inicios de este mes, las lluvias que empezaron como un alivio, se intensificaron en varias provincias, ocasionando desbordamientos de ríos y deslizamientos que han bloqueado carreteras.
El más reciente informe de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), actualizado hasta ayer, reporta que 7.441 personas han sido afectadas por las lluvias registradas en distintas zonas del país desde inicios de año. La cifra representa un incremento del 32,3% respecto a las 5.624 personas contabilizadas en el informe del lunes.
El número de viviendas afectadas también aumentó a 1.698, de las cuales 33 fueron declaradas destruidas, 10 más que en el conteo anterior. Según la SNGR, se han registrado 810 eventos adversos en el territorio nacional, con más afectaciones en Guayas, Manabí, Chimborazo, Los Ríos, Cotopaxi y Esmeraldas.
CONSECUENCIAS
Al menos 11 ríos se han desbordado en el país, mientras que otros 21 presentan una tendencia al aumento de nivel, según el reporte emitido la mañana de este jueves 20 de febrero por la Secretaría.
Las provincias más afectadas son Los Ríos y Manabí, donde varios ríos han superado sus límites, generando inundaciones en comunidades como Babahoyo, Montalvo y Portoviejo. Entre los ríos desbordados se encuentran el Catarama, Pita, Babahoyo y Chilintomo, según el informe oficial.
En Guayas, Esmeraldas y Chimborazo, los ríos muestran una tendencia al alza, lo que podría derivar en nuevas emergencias. La SNGR ha instado a la población en zonas de riesgo a mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de las autoridades.
El reporte indica que equipos de emergencia monitorean la evolución de la situación y no se descartan evacuaciones en caso de que las condiciones empeoren.
Los reportes del Instituto Nacional de Hidrología y Meteorología (Inamhi) indican que en sólo 24 horas Portoviejo recibió casi la totalidad de las lluvias esperadas para todo febrero. Ayer se registraron 90 milímetros de lluvia por metro cuadrado, una cifra notablemente alta en comparación con el promedio histórico mensual de 100 milímetros.
Además, el río San Pablo, en Los Ríos, experimentó un aumento significativo en su nivel, pasando de 3 a casi 6 metros.
En su reporte, la SNGR ofrece que evaluará la situación para determinar medidas de emergencia en las zonas más vulnerables; y también destaca la recomendación del Inamhi de que se realice un “monitoreo continuo” de los niveles de agua y llama a la población a mantenerse alerta ante posibles deslizamientos de tierra e inundaciones.
Por su parte, el Inamhi recordó que el 5 de febrero, semanas antes de las lluvias que causaron inundaciones en varias áreas del litoral, emitió una alerta meteorológica advirtiendo que las precipitaciones serían más frecuentes e intensas durante este mes. “Estamos viendo que se está cumpliendo esta alerta, que se anticipó para que la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos pueda prever una respuesta rápida en el territorio”, manifestó Vladimir Arreaga, director de pronósticos del Inamhi.
LO QUE VIENE
El Inamhi emitió hoy un nuevo aviso hidrológico ante el incremento del nivel de varios ríos en las regiones Costa y Sierra, lo que podría derivar en posibles desbordamientos e inundaciones en algunas zonas. Según el informe, el río San Pablo, en Los Ríos, ha superado el umbral de peligro, afectando a cantones como Babahoyo, Guayaquil y Samborondón.
En Manabí, el río Chone también presenta un ascenso significativo, generando alerta en Chone y San Antonio. Mientras tanto, en la Sierra, el río Mira, en Carchi, experimenta fluctuaciones por encima del umbral de alarma, lo que podría impactar a comunidades como Mira, Ibarra y San Lorenzo.
El río Carrizal, en Bolívar, también ha registrado un crecimiento progresivo, manteniéndose por encima del umbral de alarma. Las autoridades advierten que estos incrementos podrían intensificarse si persisten las lluvias en las cuencas afectadas.
FENÓMENOS ADVERSOS CADA VEZ MÁS FRECUENTES
Los estudios y análisis del Inamhi indican que este reciente incremento de lluvias se debe, no sólo a tres factores climáticos históricos —el ingreso de masas húmedas desde la Amazonía de Brasil, la convergencia de vientos desde los hemisferios norte y sur, y el calentamiento temporal e inusual de las aguas del océano Pacífico frente a las costas ecuatorianas—, sino también, con creciente influencia, al cambio climático.
“Es importante destacar el cambio drástico en el comportamiento de las lluvias. En febrero, hemos experimentado precipitaciones consecutivas en gran parte del territorio nacional, con episodios de alta intensidad en algunas provincias de la costa ecuatoriana”, señaló Arreaga.
También advirtió que los “eventos climáticos adversos” como los de la sequía histórica del 2024 y el incremento inusual de precipitaciones de este mes de febrero, no sólo están ocurriendo con mayor frecuencia, sino también con mayor intensidad. Según Arreaga, Ecuador debe reconocer que el cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una realidad con la que el país debe adaptarse.
“Pasamos de un 2024 marcado por una sequía histórica, con caudales extremadamente bajos, a enfrentar, en pocos meses, condiciones opuestas: lluvias intensas y acumulaciones significativas de precipitación. Estos eventos extremos se están intensificando como resultado directo de la variabilidad climática y el cambio climático”, explicó Arreaga.
El director del Inamhi también indicó que el calentamiento global está alterando la composición atmosférica, lo que provoca estos cambios drásticos en los patrones climáticos: “es fundamental que la población se prepare para un escenario en el que los días de precipitaciones intensas alternan con períodos de temperaturas extremas y escasez de lluvias. Mantenerse informado es crucial para enfrentar estos nuevos desafíos”.
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