La desinformación está cada vez más presente en la vida política: eso es un hecho. Tanto, que ha llegado a ser un actor más durante la campaña. Pero, ¿cuáles son las cuentas desde las que se expande la mentira? En esta nota te contamos cómo trabajan los ‘difusores’ de desinformación y te presentamos una lista de cuentas de las que te debes cuidar.
POR: Karen Mantilla Ulloa
En Ecuador el 2025 no sólo empezó cargado de cambios, sino que también los ciudadanos se preparaban para otra temporada electoral. Los primeros meses estuvieron cargados de tensiones políticas y polarización; y la desinformación se convirtió en un actor muy activo en el escenario ecuatoriano.
Entre el 5 de enero y el 11 de abril, durante todo el proceso electoral que terminaría con la reelección de Daniel Noboa, Ecuador Chequea realizó 178 verificaciones. La mayoría (128) fueron catalogadas como falsas. Siguiendo esa línea, 28 publicaciones fueron engañosas, 7 fueron imprecisas, 3 inverificables y 3 sátiras desinformativas. Apenas 9 resultaron ciertas.
Es decir, el 87,6% de las publicaciones analizadas durante el proceso electoral en Ecuador fueron calificadas falsas o engañosas, las categorías más fuertes de desinformación.
Así lo revela un análisis realizado por Ecuador Chequea, que además identificó un aumento significativo de la desinformación durante la segunda vuelta. Mientras que en la primera vuelta se verificaron 72 publicaciones, en la segunda fueron 106 contenidos con tinte electoral verificados en diversas redes sociales.
Pero esta vez quisimos ir más allá. ¿Te has preguntado cómo operan los difusores de la desinformación?
En un análisis, que este medio de comunicación hizo durante los meses electorales, pudimos identificar que las páginas y perfiles que comparten contenidos mayormente engañosos usan casi las mismas dinámicas en la mayoría de sus publicaciones. De hecho, mayormente son en contra del Gobierno de turno: antes lo hacían contra Guillermo Lasso y desde hace un año son contenidos con una gran carga de sesgo político en contra del Gobierno del presidente reelecto, Daniel Noboa.
Es que, en medio de las redes sociales, el ecosistema digital del país ha sido terreno fértil para la manipulación informativa.
Ecuador Chequea ha monitoreado y trabajado en verificar la mayor cantidad de desinformación que se ha difundido sobre el proceso electoral y, en medio de la contienda, se identificaron las principales páginas y usuarios que difundieron publicaciones con contenido desinformativo:
- Grupo Revolución Ciudadana Oficial:
Durante la temporada electoral, esta cuenta posicionada en Facebook ha sido responsable de la difusión de más de 80 publicaciones desinformativas. El perfil fue creado el 11 de enero de 2019 y en su descripción afirma tener origen tanto en Nueva York como en Manta, un detalle que podría buscar añadir legitimidad o así obtener un alcance geográfico más amplio. Y comparte las publicaciones de otras cuentas digitales que también son generadoras de desinformación.
Lo más llamativo es su nivel de actividad reciente: sólo entre marzo y abril de este año, esta cuenta ha generado un total de 9.765 publicaciones, lo que evidencia un ritmo alto de producción de contenido, muchas veces con tintes políticos y desinformativos. Además, incluye abiertamente en nombre la frase ‘Revolución Ciudadana’, identificada con el expresidente Rafael Correa.
- Jorge Bonilla:
En la red social Threads, el usuario @periodista_del_pueblo difundió más de 34 publicaciones desinformativas durante el proceso electoral. Aunque se presenta como “periodista” y afirma en su biografía que “representa al pueblo”, su actividad en la plataforma dista del ejercicio del periodismo.
Sus publicaciones suelen estar acompañadas de videos que redirigen a su canal de YouTube, donde él mismo conduce un programa en el que, en la mayoría de los casos, no ofrece evidencia que respalde sus afirmaciones.
Además, en la descripción de cada contenido utiliza más de diez hashtags, una estrategia que busca maximizar el alcance. Uno de ellos ha llamado particularmente la atención: #ebicamacho, el cual está vinculado a otra cuenta que también ha sido identificada como difusora recurrente de contenidos desinformativos. Esta red de publicaciones coordinadas sugiere un patrón de comportamiento que va más allá de la opinión individual.
- Ebi Camacho:
También se posiciona en Facebook, se define como “activista política” y ha acumulado hasta la fecha más de 151.000 seguidores. Su cuenta está activa desde 2009 y ha sido identificada como una difusora de desinformación, especialmente durante la temporada electoral, periodo en el que compartió al menos 17 publicaciones engañosas.
Aunque no replica directamente los videos de Jorge Bonilla, ambos usuarios coinciden en el uso de una misma estrategia, incluir más de diez hashtags por publicación, entre ellos el ya conocido #ebicamacho, asociado también a otras cuentas desinformativas.
En sus publicaciones más recientes, esta usuaria ha adoptado una “táctica” particular: repostea contenidos de medios de comunicación nacionales (El Universo, Teleamazonas), pero los acompaña con descripciones manipuladas o engañosas, distorsionando así mensaje original y contribuyendo a la desinformación.
- IC-Play:
También está en Facebook una página que se presenta como medio de comunicación, pero ha sido identificada por difundir al menos 15 publicaciones desinformativas durante el periodo electoral.
La cuenta, con 125.000 seguidores suele incluir descripciones en sus publicaciones, pero no toda la información que ofrece es precisa.
De hecho, en varias ocasiones acompaña sus posts con imágenes que contienen textos cargados de opinión o sesgo, adoptando una postura. Esta combinación de elementos visuales ha sido también usada para crear y compartir desinformación dentro de esta red social.
Además, hay que también tomar en cuenta que esta página, dos días antes de las elecciones presidenciales, compartió una fotografía en su cuenta y aseguró que su cuenta al igual que otras en Facebook, son páginas que respaldan a Luisa González, excandidata presidencial del correísmo. “Si Nobita tiene a sus canales pauteros que se pagan con la plata de todos los ecuatorianos. Luisa nos tiene a las páginas que te dicen la verdad y lo hacemos gratis”, se lee.
- Ecuador Resiste
Esta página posicionada en Facebook comparte frecuentemente contenidos que imitan la identidad visual de medios de comunicación reales, incluyendo logotipos y tipografías, con el fin de crear falsas declaraciones o eventos ficticios. Tiene 38.000 seguidores y ha sido parte activa en la propagación de desinformación durante el proceso electoral.
Al igual que las páginas y usuarios antes mencionados, esta también ha contribuido a difundir el discurso de supuesto “fraude electoral”, una narrativa impulsada por la excandidata presidencial Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana, que ha terminado siendo una herramienta muy usada por las redes de la desinformación.
Una de sus principales estrategias es no ofrecer evidencia alguna que respalde las afirmaciones que difunde, apelando más bien al impacto visual y emocional de los contenidos manipulados. Este comportamiento, es ya parte de un patrón intencional que busca hacer creer a la audiencia de ciertos eventos.
- Diario La Visión:
Tiene 60.000 seguidores en Facebook. En está página la mayoría de sus contenidos son en contra del Gobierno de turno, desde el de Guillermo Lasso, continúo con el de Daniel Noboa. Los posts además de tener una gran carga de desinformación, también poseen un gran sesgo político.
‘De lado y lado’
Durante la temporada electoral el fenómeno descrito también llegó desde la otra orilla política; no es exclusivo de una bandera. Este medio de comunicación detectó que la página de Facebook denominada Apoyando a Daniel Noboa difundió desinformación en contra de la entonces candidata de la Revolución Ciudadana, Luisa González.
Aunque sus publicaciones son recientes, la página ya ha alcanzado los 46.000 seguidores. La mayoría de sus contenidos incluyen discursos falsos relacionados con la supuesta «desdolarización».
Además, luego del debate electoral de la primera y segunda vuelta electoral, se creó una página destinada exclusivamente a difundir desinformación y frases falsas sobre los candidatos que participaron en el debate. Sus contenidos engañosos buscaban favorecer al presidente reelecto, Daniel Noboa.
El nombre de esa página era Debate Ec 2025’, en Facebook, creada el 19 de enero, el propio día del debate de la primera vuelta electoral. La cuenta reportaba 313 seguidores y apenas 279 me gusta en los tres días que llevaba en línea.
Hay que aclarar que actualmente la página está cerrada y las capturas de pantalla compartidas fueron hechas el 14 de abril por Ecuador Chequea. Es decir, la cuenta y la página fue creada exclusivamente para esparcir desinformación durante la campaña.
Las estrategias
En el informe ‘Desinformación electoral en Latinoamérica y mejores prácticas para contrarrestarla’, elaborado por Chequeado, se identificaron diez patrones recurrentes de desinformación que circularon durante los procesos electorales de 2023 y 2024 en la región.
Estos casos reflejan las estrategias más comunes utilizadas para generar confusión. Entre los principales tipos de contenidos desinformativos se encuentran: acusaciones infundadas de fraude basadas en supuestas irregularidades del proceso electoral, señalamientos falsos de fraudes organizados por las autoridades, y denuncias engañosas sobre votación a nombre de personas fallecidas.
Al respecto, las páginas y usuarios antes mencionadas, además de usar la mayoría de “estrategias” antes nombradas también se han copiado entre sí. Por ejemplo, Ecuador Chequea, ha desmentido discursos sobre recortes de salarios, cortes de luz, desdolarización, privatización, jubilación, trabajo para venezolanos entre otros, que generalmente son temas sensibles para la ciudadanía, todos estos fueron compartidos con la misma tónica en diferentes páginas.
El análisis de los expertos
Ecuador Chequea conversó con Albertina Navas, consultora en comunicación estratégica y marketing digital, quien aseguró que uno de los mecanismos más comunes utilizados para la difusión de desinformación durante campañas electorales es el empleo de net centers o «granjas de trolls».
“Estas estructuras, generalmente son financiadas con recursos significativos y suelen estar integradas por equipos de entre 45 y 60 personas, aunque en algunos casos pueden ser considerablemente más amplias”, comentó Navas.
Para la experta, en su composición participan profesionales con distintas especialidades, tales como community managers, diseñadores gráficos, estrategas digitales y expertos en pauta publicitaria.
“Su labor consiste en reaccionar de manera coordinada ante publicaciones realizadas por cuentas específicas, ya sean adversarias o afines al Gobierno o a la oposición. Una vez detectada una publicación de interés, se activa un protocolo interno mediante el cual todo el equipo comienza a compartir el contenido, interactuar con él y generar conversaciones en torno al mismo”, asegura Navas.
La experta considera que el objetivo de esta dinámica es extender artificialmente el ciclo de vida de la publicación, de forma que los algoritmos de las plataformas digitales la interpreten como relevante y la difundan a una audiencia más amplia. Esta estrategia permitiría, en muchos casos, posicionar contenidos dentro de las tendencias del momento.
“Es fundamental destacar que se trata de un comportamiento no orgánico, es decir, responde a una planificación deliberada y sistemática, generalmente respaldada por elevados presupuestos económicos”, enfatiza la experta.
Además, se ha observado que los productores de desinformación emplean estrategias específicas para cada etapa de la campaña electoral, adaptando sus tácticas para maximizar el impacto en la opinión pública.
“Estas prácticas representan una amenaza significativa para la democracia, ya que buscan manipular y engañar a la ciudadanía, erosionando la confianza en las instituciones y en el proceso electoral en su conjunto”.
Con este primer análisis también concuerda Saudia Levoyer, periodista y coordinadora del doctorado en Comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar, quien aseguró que el objetivo principal de los difusores de la desinformación es generar miedo.
“Lo que se pudo ver en esta campaña electoral fue que la desinformación apela al miedo mediante la difusión de rumores exagerados o falsos sobre peligros inminentes, como la desdolarización, las crisis económicas y dar empleo a otras personas de diferentes nacionalidades”, agregó Levoyer.
La experta, además, concuerda en que la propagación de la desinformación se da mediante las plataformas digitales para propagar información manipulada que genere temor en la población.
“Este sentimiento en medio de una sociedad polarizada puede dividir aún más a la población, creando enfrentamientos entre diferentes grupos sociales o políticos. De hecho, estos trolls reciben dinero para hacer de las suyas”, comenta Levoyer.
¿Es posible evitar este tipo de dinámicas o, al menos, reducir su impacto?
Ambas expertas, consideran que es necesario establecer mecanismos de control, ya que las redes sociales no operan bajo la misma lógica que los medios de comunicación tradicionales, para así evitar su propagación.
Navas asegura que, en las redes sociales, el acceso a la información está mediado por algoritmos y sistemas de publicidad automatizados que, además, operan desde fuera del país.
Además, aseguran que, cualquier persona con los recursos suficientes puede pautar contenido, lo que dificulta la trazabilidad de su origen.
“Esto significa que no siempre es posible determinar si un anuncio o contenido promocional fue impulsado directamente por un candidato, o si proviene de un tercero que actúa a favor o en contra de una campaña electoral”, asegura Navas.
Por esta razón, el control, la supervisión y la rendición de cuentas no pueden depender exclusivamente de las plataformas tecnológicas. Deben complementarse con una ciudadanía crítica, con capacidad de análisis frente a contenidos que resultan escandalosos, llamativos o sospechosos.
Además, recomienda la alfabetización mediática y el pensamiento crítico pues sólo así se vuelven herramientas fundamentales para enfrentar los desafíos que plantea la desinformación en entornos digitales.