98 asambleístas suplentes asumieron funciones porque sus titulares se fueron a hacer campaña. Sin embargo, poco podrán hacer hasta el 9 de febrero: los primeros 15 días se irán de receso y, al retornar a su actividades, encontrarán comisiones suspendidas.
POR: Hugo Constante
“Si estamos de vacaciones, ¿qué podemos hacer?”. Es la reflexión del asambleísta Wagner Mariño, uno de los 98 legisladores principalizados que actuarán hasta el 9 de febrero, en reemplazo de los legisladores titulares, a quienes se les dio licencia —en algunos casos de manera obligada por resolución del Pleno— para que se dediquen a la campaña por la reelección.
Los legisladores principalizados vienen actuando desde ayer en las sesiones de la Asamblea, por lo que la mayoría son caras nuevas, casi desconocidas, que han actuado muy poco como titulares.
Se les nota nerviosos al momento de emitir sus criterios a la prensa. Para hacerlo, ven de reojo a sus asesores como pidiendo ayuda, inclusive como pidiendo permiso; en otros casos solicitan que se les espere unos minutos hasta empaparse de los temas a ser consultados; otros en cambio prometen regresar a dar declaraciones luego de terminar alguna gestión, pero sólo queda en eso, en ofrecimiento. O cuando cumplen, sus argumentos no pasan de generalidades: “hay que cumplir la Ley”, “esperamos reunirnos para tomar una decisión”, “nadie está por encima de la normativa”, se les ha escuchado decir.
“Esto es nuevo para nosotros, esto es otro mundo; yo vengo de procesos populares donde la dinámica es diferente”, asegura el legislador principalizado Leonardo Obando.
Expectativa vs. realidad
En todos los casos la expectativa y la ilusión por realizar una buena gestión hasta el 9 de febrero, en que estarán principalizados, son grandes: “En este proceso transitorio, quienes asumimos esta responsabilidad, tenemos que hacer todo lo posible por que se cumplan las leyes, vamos a legislar y fiscalizar en beneficio de los ecuatorianos”, dijo Obando, casi de memoria.
Esas buenas intenciones chocan frente a la realidad. Primero, porque desde mañana la Asamblea entra en receso hasta el 22 de enero, es decir 15 días sin actividad. Mientras que los siguientes 18 días que les restaría de funciones, su margen de acción se verá reducido al mínimo.
Este segundo aspecto debido a que en la resolución que el Pleno aprobó el 4 de enero, con la que se obligó a tomar licencia a todos los asambleístas que optan por la reelección, la mayoría de legisladores (principales) incluyó una especie de “candado” con el que suspende los plazos de los trámites, así como las sesiones de las comisiones permanentes y ocasionales en las que el presidente y vicepresidente sean candidatos a la reelección.
De las 15 comisiones permanentes que tiene la Asamblea, en nueve de ellas sus autoridades están en campaña, por lo que el trabajo de esas mesas prácticamente quedó “congelado” hasta que regresen los titulares. Entre estás constan algunas comisiones claves, como la de Justicia, la de Fiscalización, la de Desarrollo Económico y la de Régimen Económico.
En la misma resolución se dispuso que se suspendan las funciones del Consejo de Administración Legislativa (CAL), ya que seis de los siete miembros que lo conforman constan de candidatos en las elecciones del 9 de febrero. Hasta entonces las funciones del CAL se delegan al Pleno de la Asamblea y Esther Cuesta (correísta) estará como presidenta encargada de esta Función del Estado.
Con estos plazos y “candados” Mariño reconoce que este mes que actuará como principal quedará más bien como una anécdota importante para contarle a sus hijos o nietos, y para la foto como constancia de haber pasado por el Parlamento. “Será un recuerdo para cualquier momento”, manifestó.
“Se sacan los cueros al sol”
La principalización de los 98 legisladores sacó también a flote las discrepancias que pueden darse entre titulares y alternos, sobre todo cuando las listas de candidatos se arman mediante alianzas entre dos o más organizaciones políticas. Sus “cuadros”, a pesar de estar en la misma lista, no necesariamente tienen los mismos intereses o comparten la misma tendencia partidista.
El caso más evidente es el de Fernando Jaramillo (principal) y Ana Cifuentes (alterna). Los dos formaron parte de las listas de Construye en representación de Imbabura. Sin embargo, Jaramillo terminó por cambiarse de movimiento y optar por la reelección con el oficialismo, a cuya bancada se sumó a mitad de este período. Cifuentes, quien se define como independiente, no duda en calificar de traidor a Jaramillo, uno de los que se resistía a pedir licencia para ir por la reelección.
Por su parte, Obando es alterno de Jadira Bayas, los dos por el Movimiento Amigo. Sin embargo, ahora Bayas se postuló a la reelección en las listas del oficialismo y Obando no tiene claro qué postura asumirá en estos días.
En cambio, Mariño es alterno de Cecilia Baltazar. Los dos se han mantenido en Pachakutik y, según el asambleísta principalizado, se llevan bien, pero aclara que en las decisiones que tome en este mes, prevalecerá su criterio personal.
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