Los apagones siguen golpeando fuerte a pequeños negocios y grandes industrias. Comerciantes temen perder su sustento y sienten que los llevan al abismo, mientras empresarios exigen al Gobierno suspender los cortes de hasta 10 horas a industrias. 

POR: Juan Camilo Escobar

La productividad de Ecuador, ya afectada desde el 18 de septiembre, cuando se reiniciaron los apagones —la tercera tanda desde octubre de 2023—, enfrenta una nueva amenaza tras la reciente orden gubernamental que impone un racionamiento energético sin precedentes. La nueva medida impone cortes de electricidad de 10 horas diarias para el sector industrial, durante un periodo de 15 días. 

El Gobierno ordenó esta medida a las industrias tras cuatro días de haberles solicitado que utilizaran sus propios generadores de energía al menos entre las 06:00 y las 18:00 y, si les era posible, las 24 horas del día, para reducir la demanda del sistema eléctrico nacional.

Así fue como, en un oficio fechado el 5 de octubre de 2024 y firmado por Javier Guevara, director ejecutivo del Operador Nacional de Electricidad (Cenace), se informó a las principales empresas de distribución eléctrica que su consumo de energía se vería reducido hasta el 100% entre las 08:00 y las 18:00, durante al menos 15 días.

Esta orden, radical y urgente, ha desatado una ola de indignación entre los gremios productivos del país, que ven en ella una amenaza directa a su supervivencia y a la estabilidad económica de Ecuador. 

Dirigentes de las principales cámaras de producción se reunieron hoy en Quito para emitir un pronunciamiento conjunto exigiendo al Gobierno de Daniel Noboa la suspensión urgente de los cortes de electricidad de 10 horas diarias durante 15 días en el sector industrial.

María Paz Jervis, presidenta del Comité Empresarial Ecuatoriano, advirtió que la medida de racionamiento energético podría provocar una escasez de productos, especialmente en vísperas de la temporada navideña, y propuso la creación de un comité de crisis, como en la pandemia, con la participación de los sectores afectados.

Una de las medidas urgentes que se pidieron desde el interior de este Comité es la de que se transparente la situación del sector eléctrico y las medidas a tomar con las industrias.

Jervis también estimó que la industria láctea, por ejemplo, sufriría una reducción de entre el 20% y el 30% en su producción, lo que se traduciría en la imposibilidad de procesar 500.000 litros de leche al día.

Acompañada por representantes de otros 153 gremios empresariales e industriales, Jervis alertó sobre las consecuencias devastadoras que el racionamiento energético podría tener para la economía del país. «Hemos aportado a la generación en nuestra máxima capacidad. Es fundamental que, antes de tomar estas decisiones, se consulte a los actores involucrados», señaló.

La dirigente criticó la falta de diálogo, calificando de «incomprensible e inaplicable» la decisión inconsulta que, según dijo, conocieron el sábado 5 de octubre a través de redes sociales. «Nos enteramos de que el sector industrial del país se paralizaría por 15 días consecutivos, durante 10 horas diarias», agregó.

Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), señaló que la reciente medida del Gobierno pone en riesgo sectores clave de la economía, como la producción y las exportaciones, así como las divisas que ingresan al país, el empleo y el abastecimiento de bienes de primera necesidad. Ribadeneira también enfatizó la necesidad de una planificación mínima de tres meses para enfrentar los efectos del racionamiento energético y evitar una mayor crisis en la cadena productiva.

En la víspera, la Cámara de Comercio de Quito también expresó su preocupación por el impacto del racionamiento en la economía nacional. «Entendemos la gravedad de la crisis energética y la necesidad de tomar medidas urgentes», señaló la Cámara. «Sin embargo, estas acciones no deben implementarse sin considerar el impacto devastador en la producción, el empleo y la economía».

El gremio anticipó que las empresas podrían enfrentar dificultades para mantener los empleos bajo estas condiciones. «Las empresas comerciales e industriales no podrán sostener empleos. Es esencial que, además de enfrentar la emergencia, se proteja el motor productivo del país», agregó la Cámara.

Estos pronunciamientos de los gremios empresariales constituyen uno de los más fuertes llamados de atención sobre las consecuencias de estas medidas sobre la economía nacional y en el empleo. La magnitud de esta alerta se evidenció con la convocatoria a una reunión urgente, para las 16:00 de hoy, en el Palacio de Carondelet, entre autoridades del Gobierno de Daniel Noboa y directivos de los gremios empresariales e industriales.

Al margen de esta reunión, muy lejos de las posibles decisiones que acuerden funcionarios y líderes empresariales, pequeños comerciantes y emprendedores consultados por Ecuador Chequea declaran que la crisis energética que continúa sacudiendo al país con una cuarta semana de apagones, representa un “estrangulamiento económico” que podría amenazar sus sueños de prosperidad. La incertidumbre que rodea a sus negocios se intensifica a medida que se avecina un período de cortes de electricidad que podría desmoronar lo que les ha costado construir.

Marta Andrango, dueña de una pequeña panadería en Cotocollao, observa con preocupación el impacto de los racionamientos en su negocio. «Dependemos de la electricidad para todo, desde el funcionamiento de los hornos hasta la refrigeración de los ingredientes», dice, con tono de preocupación. «Si no puedo producir, no puedo vender. Y si no vendo, no hay forma de pagar a mis empleados ni mis gastos». 

Para Andrango, el racionamiento de energía no es sólo una molestia, es una amenaza real. Ella calcula que, con los actuales horarios de cortes de electricidad, su producción podría reducirse a la mitad, poniendo en peligro no solo su negocio, sino también los empleos de sus dos trabajadores, uno de ellos familiar. 

«No sé cómo vamos a sobrevivir. Los medianos o grandes, que pueden comprar plantas (generadoras de electricidad) podrán seguir produciendo, nosotros no; pero nosotros también somos parte de la economía», se lamenta.

Las voces de otros comerciantes resuenan en la misma dirección. Carla Méndez, propietaria de una tienda de ropa y calzado deportivo en la misma zona comercial de Cotocollao, comparte su inquietud. «La situación ya era complicada antes de los apagones. 

Ahora, con esta nueva restricción, es como si nos estuvieran empujando al abismo», asegura. «Si no puedo atender bien en las horas clave, mis ventas se desplomarán. Tengo deudas que pagar y familias que dependen de mí», señala. 

Las graves consecuencias de los apagones en Ecuador no sólo afectan a la economía de pequeñas y grandes empresas, sino también a sectores como la educación y la salud, advirtieron a Ecuador Chequea Víctor Álvarez, expresidente del Colegio de Médicos de Pichincha, y Sindy Altamirano, representante de la Fundación Mujeres Sin Límites.

Altamirano señaló que, aunque no existen estadísticas oficiales, se estima que durante los cortes de electricidad se ha registrado un aumento en los casos de violencia intrafamiliar, un patrón similar al observado durante la pandemia de Covid-19. 

«Lo preocupante es que estos hechos de violencia no se pueden denunciar ni solicitar auxilio de inmediato, debido a la interrupción de la señal telefónica durante los apagones», explicó. «El retraso en activar botones de pánico por extorsiones, amenazas y violencia intrafamiliar, no sólo por temas de género, es alarmante. Casi siempre las víctimas son mujeres».

Los apagones también están ocasionado un gran deterioro del acceso a la educación de una gran cantidad de la población ubicada en zonas rurales y urbano marginales, que previo a los apagones no contaba con un acceso regular y estable al servicio eléctrico y tampoco tenían las suficientes cantidades de computadoras, teléfonos o tablets conectadas a internet.

Ante esta grave perjuicio al derecho a la educación, que aún no se cuantifica de manera oficial, agregó, la entidad a la que pertenece está gestionando la recolección y donación masiva de libros y lápices para, de alguna manera, enfrentar la falta de acceso a la educación por no contar con herramientas digitales, luz ni internet.

“En la educación de nuestros niños. No tienen acceso a internet por falta de energía y su rutina académica decae al igual que a nivel pedagógico con los profesores al no preparar sus clases”, dijo Altamirano

Víctor Álvarez alertó sobre el impacto de los apagones en el sistema de salud, especialmente en los hospitales públicos y en los hogares de miles de pacientes. Álvarez explicó que, durante los cortes de electricidad, no sólo disminuye la cantidad de atenciones, sino también la calidad de los servicios médicos en consultas externas y terapias, que dependen del funcionamiento continuo de equipos eléctricos.

«Hay pacientes con enfermedades crónicas, como fibrosis pulmonar o problemas respiratorios, que dependen de máquinas de oxígeno en sus hogares», señaló Álvarez. «Durante la noche, cuando duermen, necesitan más oxígeno. Si no tienen acceso a estas máquinas, pueden sufrir crisis respiratorias graves. Este es un impacto significativo que no podemos ignorar».

Álvarez también comentó que la situación es igualmente crítica para los pacientes que requieren tratamientos de diálisis, los cuales dependen de máquinas especializadas para su supervivencia.

Además, destacó que los apagones están afectando la salud mental de la población, especialmente entre los emprendedores y pequeños comerciantes, quienes experimentan altos niveles de ansiedad ante la imposibilidad de generar ingresos debido a la paralización de la producción y las ventas. «Vivir constantemente preocupado de que los equipos no se dañen, de no poder producir y de no saber qué hacer cuando se va la luz, genera un aumento del estrés para el emprendedor y su familia, y esto repercute gravemente en su salud mental», enfatizó Álvarez.

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