El aumento de los precios es algo que se ha empezado a sentir desde antes de que se tome la decisión; y se siente el fantasma de la especulación Comerciantes y otros ciudadanos están preocupados, al hacer un primer balance. Conoce los detalles.
Un pitido estridente se filtra en el ambiente, vibrante por el movimiento de todo tipo de vehículos que circulan por la zona. En medio del vaivén de ruedas y motores, Beatriz Caizatasig, de 43 años, apura sus manos y movimientos para terminar de servir a su próximo cliente. Son dos los que esperan en una improvisada fila.
Mote, choclo, fritada, mapahuira, cuero, maduro y ensalada. Todo se sirve con detenimiento y en raciones controladas con fundas que, como guantes, posan sobre los ingredientes, esperando ser usadas.
— “¿Cuánto es, vecina?” —pregunta un hombre con profundas arrugas y cabello color nube.
—“Un dólar cincuenta, veci” —responde la mujer, mientras mete una mano en su mandil para preparar el vuelto y volver a empezar su ritual, ese que cumple de lunes a viernes en una de las calles principales de Tumbaco.
Su espacio de trabajo es un pequeño carro, como de comida rápida, en el que coloca todo lo necesario para servir a sus clientes, quienes salen de las oficinas o de los colegios. Lleva más de 6 años saliendo entre semana para cumplir con su labor, lo que le ha permitido a ella y a su hija de doce años salir adelante.
Ella es una de las personas que se ha empezado a sentir afectada desde las últimas semanas con el anuncio del aumento del IVA en Ecuador. Este, por decisión del Gobierno, pasó a ser del 15% desde el 1 de abril.
Tras la primera semana desde que el cambio entró en vigencia, cabe preguntarse cómo ha empezado a afectar este incremento a los comercios y negocios que operan todos los días en ciudades como Quito. “Ya se ha sentido el golpe desde hace más de dos semanas. Yo compro las cosas para el negocio en el mercado y desde hace unas dos semanas los precios ya comenzaron a subir”, dice Chicaiza.
Ella explica que antes compraba, por ejemplo, el maní en $1,30; pero que ahora pasó a costar más de $1,70. Lo mismo ocurre con otros productos, como el mote, que compra por quintales. Antes del anuncio del aumento del IVA este valía $70. Sin embargo, sólo hace unos pocos días empezó a encontrar este producto en $85. “He llegado a verlo hasta en los $95 o $100. Y es que a mí no me sirve comprar los más baratos porque no me sirven, así que me ha tocado gastarme más en eso”.
Entre sus ventas también incluye colas, para que sus clientes puedan acompañar el plato. Estos productos tampoco se han salvado del incremento de precios. “El paquete de colas antes me costaba $1,55. Ahora me salió en $3,55”.
Para no perder clientes, ella tomó la decisión de no subir los precios a sus platos. Sin embargo, optó por reducir las cantidades que pone en cada uno. “Pero los clientes son más vivos que uno y se fueron dando cuenta. Eso ha hecho que bajen las ventas. A veces ni se vende. Es duro y toca estar ahí, porque, si no, no sale el negocio”.
En medio de la conversación, una nueva clienta llega a su pequeño puesto. Chicaiza reanuda su rutina y cobra el mismo $1,50 con el que ha cautivado a sus compradores. Una vez terminado el ritual, continúa:
“Es difícil. Y uno tiene que sacar sí o sí porque yo soy madre soltera y en la casa también ya han subido los servicios básicos. Esta semana tuve que pagar el internet y me salió más caro de lo que era. Igual, cuando me voy a las tiendas ponen el pretexto de que ha subido el IVA y a uno le toca pagar porque se necesita. Yo sí creo que han subido de más los precios”, explica. “Ve, en pequeñas cosas ya se ve el cambio”.
Ecuador Chequea realizó un recorrido por sectores del norte y valle de la ciudad, para conversar con los comerciante de la zona y también con empleados y otros trabajadores. Sus respuestas coinciden con las de Chicaliza, sin embargo, sus problemas también son varios.
Un puntal de la crisis
Álex Santacruz, de 53 años, atiende un micromercado en la avenida Real Audiencia, en el norte de Quito. Él coincide en que los precios han comenzado a subir desde hace dos semanas, incluso antes de que subiera el IVA.
“Los proveedores ya comenzaron a subir los precios hace. Las colas y los snacks han subido bastante. Ahora, eso también nos hace subir los precios a nosotros, y eso nos afecta en el negocio”, dice.
Explica que no sólo eso, sino que a ellos también les anunciaron el aumento de valores que deben pagar en su negocio, como el arriendo. “El arriendo pagamos con factura y nos dijeron que por lo del IVA también va a subir el costo. Imagínese, aquí pagamos bastante ya de por sí, si nos suben más vamos a tener que solventar eso. Con la crisis, aquí lo que ganamos son centavos y toca estarse apretando las ganancias aún más”. Él reconoce que han pensado en cerrar el negocio o cambiarse a un lugar más barato.
En la misma zona operan taxis y otros tipos de comercios. En una de las esquinas donde se levantan cooperativas pequeñas, Daniel Guzmán, espera su próxima carrera.
Él explica que el aumento del IVA, que también ha llevado a que la gasolina suba su costo, también afecta si día a día. “Ahora me cuesta más llenar el tanque para las carreras y con lo que la gente tampoco está ocupando mucho los taxis, no me da mucho lo que sale en el día. Ahí toca trabajar más y ver cómo sale, pero sí se gana menos”, dice.
Lo mismo ocurre con otros negocios, como restaurantes. En uno de estos espacios, ubicado en Cárcelen, su dueña, Luz Dary Chazi, cuenta que el aumento, incluso en víveres y en otros productos, la ha obligado a reconsiderar sus precios para poder salir el mes.
“Claro que eso hace que la gente quiera comprar menos, pero no queda de otra. Es eso o no ganar lo que se necesita para cubrir todos los gastos”, dice.
A pesar de que su local es pequeño, todos los días llegan, a medio día, personas de las oficinas y trabajos de los alrededores para comer en su espacio. Sin embargo, los últimos meses la crisis y el aumento de precios ha hecho que los clientes se reduzcan.
“Hay personas que ya no vienen y cuando les he encontrado dicen que es más barato cocinar en la casa y llevar al trabajo. La situación está complicada”, dice.
Los efectos también recaen en la vida diaria de las personas. Por ejemplo, Fernanda Cueva, de 48 años, asegura que los precios para comprar lo necesario para su casa se han visto incrementado en gran medida.
“Yo voy a comprar víveres y todo en las bodegas, porque es más barato. Antes compraba lo necesario para todo el mes por $150. Ahora me cuesta más de $230”, dice. “Todo sube, pero el sueldo no ha subido y eso complica más las cosas”.
El consumo se condena
El aumento del IVA, como se puede leer en los movimientos en la calle, ha reducido el consumo y ha dado paso a dos factores: la especulación y a la reducción de la capacidad adquisitiva de las personas. Para Patricio Alarcón, analista económico, este era un efecto esperable.
“La economía está estancada. El PIB va a crecer el 1% según el Banco Central. Pero, más allá de eso, la natalidad crece en un 1,5%. Esto ya es un problema de la economía, porque el consumo no crece. Si el consumo no crece, las ventas no crecen. Si las ventas no crecen, las compañías se estancan”, dice.
El experto detalla que los costos suben todos los años para los negocios y las compañías, por el mismo hecho de que el salario básico unificado sube todos los años.
“Él problema es que la economía no crece, no se generan nuevas fuentes de empleo, no hay inversión, no hay reinversión. Y este es un círculo vicioso. Nada sirve y no se dinamiza la economía”, dice.
Él detalla que en el correísmo ya se intentó subir el IVA, pero esto no significó más recaudación. Aunque esta ha sido la máxima del Gobierno para su decisión, Alarcón es tajante al momento de asegurar que esto no pasará.
“No se va a recaudar más y el país se va a complicar más, porque básicamente los negocios pequeños y grandes se estancan. Si tu quieres vender más, tienes que bajar precios, ser más competitivo, eso no lo puedes hacer en el país”, dice.
Ecuador Chequea solicitó cifras al SRI sobre lo recaudado en esta primera semana de incremento del IVA, pero la respuesta de la entidad es que no habrá datos hasta fin de mes.
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