El Emblema Azul de la Unesco tiene una carga simbólica fuerte: ratifica que el Palacio de Gobierno —que ya gozaba de esta protección— no podrá ser atacado en caso de conflicto armado. Al haber un conflicto interno reconocido en el país, se busca un mayor resguardo.
El Palacio de Carondelet no sólo simboliza el poder político de Ecuador, sino que también es uno de los principales escenarios de la memoria colectiva de los ecuatorianos. Históricamente, ha sido el despacho de los presidentes en turno, ya sean de facto o elegidos democráticamente.
Sus instalaciones están protegidas por la Casa Militar Presidencial y los presidentes cuentan con la protección del Grupo de Protección Presidencial y del Grupo de Escolta Presidencial.
Sin embargo, esta protección parece ser insuficiente para el actual presidente, Daniel Noboa, quien protagonizó esta tarde un evento formal denominado ‘Emblematización del Palacio como bien patrimonial protegido en caso de conflicto armado interno o externo en el marco de la Convención de la Haya de 1954’.
Este acto se dio a pocos días de que concluya la extensión del Estado de Excepción, decretado por el presidente el 8 de enero, con el propósito de enfrentar la violencia criminal que azota al país. El día siguiente, 9 de enero, tras el asalto armado a TC Televisión, Noboa reconoció la existencia de un “conflicto armado interno” y ordenó neutralizar a 20 grupos delincuenciales catalogados como terroristas.
¿Qué implica la decisión del Gobierno de Noboa de someter el Palacio de Gobierno a la protección especial internacional acordada por 135 estados de todo el mundo?
Esta medida tiene una carga simbólica, al utilizar el mismo escudo azul que se colocó en las edificaciones del casco antiguo de Polonia, que empezaron a reconstruirse tras quedar arrasadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Además de este fuerte simbolismo, la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflicto Armado significa la posibilidad de que los bienes bajo su cobertura estén “abiertos al control internacional”. Y para ello su reglamento de aplicación prevé la colocación del “emblema distintivo”, de la manera que el estado considere más conveniente.
En la práctica, se trata de un escudo de piedra formado por triángulos de color blanco y azul que está tarde se desveló en la fachada del Palacio de Gobieerno. El evento estuvo presidido por Noboa y contó con la asistencia de representantes de la Unesco, ministros de Estado y el embajador de Estados Unidos, Michael Fitzpatrick.
Las autoridades de la Unesco destacaron que, al visibilizar este emblema, se busca generar conciencia sobre la importancia de preservar y proteger este bien cultural. En este sentido, el mensaje principal que transmite este emblema es el de que se trata de una edificación que ya no sólo pertenece a Quito y a Ecuador, sino a toda la humanidad y, por tanto, no debe ser agredido, bajo ningún concepto, incluso en medio de un conflicto armado.
Saadia Saánches, representante de la Unesco en Ecuador, dijo que la desvelación “marca un hito en la preservación de la memoria y de la cultura” de Ecuador.
El Palacio ha sido testigo de transformaciones que han forjado el carácter del país, sostuvo la funcionaria internacional. Por tanto, agregó, su protección es una muestra de apoyo y de solidaridad.
Con la colocación del Emblema Azul de la Unesco en el Palacio de Gobierno, el presidente Daniel Noboa expresó su intención de prevenir posibles ataques. Antes de desvelar este icónico símbolo, Noboa también reiteró sus declaraciones sobre el propósito de redoblar los esfuerzos del Estado para combatir la violencia criminal y recobrar la paz en el país.
“Este patrimonio lo debemos cuidar todos, todos los que estamos aquí presentes porque somos parte importante de la historia del Ecuador”, dijo, antes de anticipar que, “si es que no estamos atentos, si no luchamos con la fuerza necesaria, puede ser el fin del Estado de derecho”.
“Nunca permitiremos que el narcoterrotismo y la delincuencia organizada destruyan nuestro país, nuestra libertad y nuestra democracia”, prosiguió en su breve discurso.
NO IMPLICA PRESENCIA MILITAR EXTRANJERA
Consultada sobre este tema, la exdirectora del Instituto Metropolitano de Patrimonio, Angélica Arias, señaló que esta decisión recae más bien en lo simbólico y no implica cambios drásticos, sino más bien profundización en las medidas de protección que ya se aplican desde 1978 a las 60 hectáreas principales y más de 100 secundarias del centro histórico de Quito, comprendidas en la declaratoria de la Unesco de Patrimonio de la Humanidad. En el centro de esta ‘Zona Unesco’ se encuentran, precisamente, la Plaza de la Independencia y los palacios de Gobierno, Arzobispal y Municipal.
Los mencionados «controles internacionales», permitidos por la Convención, se refieren a misiones técnicas de la propia Unesco o de otros organismos internacionales especializados en la materia, recordó Arias. Esto lo mencionó al ser consultada sobre si esta posibilidad representa autorizar la presencia de militares de otros países, como los Marines de Estados Unidos, para proteger al Palacio de Carondelet.
Sólo en un caso extremo de agresión a bienes patrimoniales en medio de un conflicto armado, como lo que sucede en Damasco, Siria, la Convención ordena que «misiones técnicas reactivas» evalúen los daños al patrimonio, establezcan medidas de mitigación o recuperación y emitan recomendaciones a los estados.
«Es más simbólico porque la protección de la Unesco ya engloba situaciones de conflictos armados. Tal vez con esta declaración simbólica se puedan conseguir fondos específicos para precautelar sitios patrimoniales en conflictos armados, que son fondos muy específicos para eso», comentó.
La especialista también destacó que, en términos simbólicos, esta «emblematización» tiene la capacidad de llamar la atención de la comunidad internacional sobre la importancia de apoyar los esfuerzos para combatir la violencia criminal y mantener la paz en Ecuador.
Según el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, al ser el Palacio de Gobierno un bien patrimonial, es necesario señalar su valor cultural con el ‘Emblema Azul’, para su protección legal estipulada en este Convenio, como norma internacional y garantizar su preservación para las próximas generaciones.
Según los registros de este instituto, el Palacio de Gobierno cuenta con ficha de Inventario en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural del Ecuador ‘SIPCE’ (Código N° IBI-17-01-03-000-000537), como bien perteneciente al Patrimonio Cultural del Estado el 06 de diciembre de 1984 y es una de las principales edificaciones dentro de las declaradas como Patrimonio de la Humanidad, del 8 de septiembre de 1978.
SEGUNDO EMBLEMA AZUL
El ícono de piedra con un estilo de placa metálica, que este viernes se colocó en el
Palacio de gobierno, es el segundo de su tipo en Ecuador.
Uno similar se colocó en enero de este mismo año en el centro de documentación de la memoria fotográfica de Ecuador, ubicado en Guápulo, en el centro oriente de la capital.
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