Lasso aseguró que “Ecuador no necesita más elecciones”
El Presidente hizo mención a la tensa relación del Ejecutivo con el Legislativo en su primer Informe a la Nación.
Ecuador estuvo pendiente ayer del primer Informe a la Nación del presidente, Guillermo Lasso. En el marco de este discurso, la cuenta de Facebook Plus Noticias publicó que otra vez Lasso descartó la muerte cruzada. La información es cierta.
En el punto 14 del discurso, el Presidente se refirió a lo que llamó unidad democrática y esto les dijo a los asambleístas:
“Finalmente, señores asambleístas:
No sería apropiado de mi parte culminar este informe sin referirme a un tema sobre el que mucho se rumoró este año. Durante los últimos meses planeó sobre la opinión pública la idea de aplicar el artículo de nuestra Constitución que faculta al Presidente de la República a disolver esta Asamblea Nacional.
Efectivamente, soy el primero en reconocer que este año la relación entre Ejecutivo y Legislativo no fue la mejor. Y, aunque aquella facultad siempre seguirá sobre la mesa, quiero que ustedes escuchen de mi voz mis reflexiones sobre el tema. No porque les deba una explicación, sino porque toda crisis es una oportunidad para entendernos mejor. Y la verdad a la que he llegado es que, en este punto de la historia, el Ecuador no necesita más elecciones. Lo que el Ecuador necesita es ser gobernado”.
Lasso volvió a dejar por fuera, así, la propuesta de la muerte cruzada, facultad que está plasmada en el artículo 148 de la Constitución y que fue puesta en escena por el primer mandatario varias veces en el tablero del juego político.
Según criterio del Ejecutivo, la Asamblea Nacional no dio celeridad a la aprobación de leyes urgentes para el país.
El 28 de marzo, el entonces vocero de la Presidencia de la República, Carlos Jijón, declaró que “la muerte cruzada es una herramienta constitucional de última instancia, cuando haya una grave crisis política que amenace la institucionalidad. El Gobierno considera que no se ha llegado a ese momento y que tiene herramientas suficientes para seguir gobernando y luchar contra la corrupción».
Fue un primer paso para declinar lo que en su momento fue la primera advertencia del Ejecutivo al Legislativo.