La Policía Nacional investiga el robo en un rastrillo en Guayaquil. Se hurtaron 150 pistolas calibre 9 milímetros. El Ministro del Interior la ausencia de controles y de una adecuada supervisión. Tres policías están a órdenes de la Justicia y sigue la investigación.
En las provincias con niveles de mayor violencia: Esmeraldas, Manabí y Guayas, rige un Estado de Excepción decretado por el presidente, Guillermo Lasso, para combatir la inseguridad. Pese al decreto, la noche del domingo, la Policía Nacional emitió un comunicado en el que informó sobre el hurto de armas de fuego que se encontraban en el rastrillo de una unidad policial en Guayaquil.
La institución señaló que las unidades especializadas están a cargo de investigar el hecho y encontrar a los responsables. Además, recalcó que la Policía brindará toda la información a las autoridades para esclarecer los detalles del caso.
A través de una rueda de prensa, las autoridades de la Policía Nacional informaron que ayer en el Cuartel Modelo, de la zona 8, se constató la ausencia de 150 armas de fuego, pistolas calibre 9 milímetros. El comandante general, Fausto Salinas, señaló que una vez que se conoció el faltante de este armamento habilitaron las unidades y se inició una investigación que busca responsabilidades.
“Estas armas fueron entregadas a la Policía Nacional en el año 1991, ante este hecho la Policía Nacional actuará con absoluta transparencia. Hemos dispuesto que el inspector general se traslade hoy a Guayaquil, para dirigir las investigaciones administrativas y se dará toda la información que requieran los administradores de justicia”, mencionó Salinas.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, se refirió al tema a través de su cuenta de Twitter. Dijo que tres servidores policiales se encuentran sometidos a la administración de justicia y que en lo administrativo se determinará la cadena total de responsabilidades.
“Las armas se encontraban en proceso de destrucción e inhabilitadas para el uso policial. La alerta se genera por este mecanismo, lo que hace presumir ausencia de controles y un hurto sistemático por un periodo de tiempo sin adecuada supervisión”, explicó el ministro.
¿Es la primera vez que esto ocurre?
El 5 de agosto del 2021, El Comercio reportó que un militar fue entregado a la justicia y señalaron al uniformado por estar presuntamente vinculado a los delitos de asalto y robo de armamento militar.
El Universo informó que ese robo fue denunciado por la Comandancia de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) y que se robaron dos fusiles M4-A2, dos alimentadoras, cuarenta municiones calibre 5,56 y pertenencias personales de los custodios del material bélico en el cerro El Anegado, de Jipijapa.
Ernesto González, excomandante de las Fuerzas Armadas, explicó que las instituciones son las encargadas de tomar todas las medidas preventivas y las medidas que impidan que este armamento caiga en manos no deseadas.
“Las armas están en lo que se denominan los rastrillos, en bodegas especiales, para guardar ese armamento cuando no se está utilizando. Tengo entendido que cuando el personal policial va a realizar operativos o va a realizar patrullajes va y retira su armamento del respectivo rastrillo y, de igual manera, cuando terminan el mismo, lo entregan, con base en una constatación física, números de serie”, afirma el excomandante.
Asimismo, señala que estas bodegas tienen medidas especiales de protección y que están dentro de un recinto militar o policial.
“(Que estas armas hayan sido hurtadas) sí que es un riesgo, porque ese es armamento que puede tener un uso indebido. Lógicamente, hay personas responsables, los bodegueros, encargados de armamento, los mismos comandantes de unidad que normalmente tienen que estar supervisando que se estén cumpliendo las medidas de seguridad, porque no es la primera vez que roban o se pierden armamento de los rastrillos, especialmente en unidades policiales o militares que están en línea de frontera, donde el riesgo es o era mayor”, dijo González.
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