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viernes, diciembre 5, 2025
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5 ‘tips’ para no caer en estafas con criptomonedas

Casos como aquellos en los que se han visto salpicados los presidentes Javier Millei y Donald Trump podrían estar más cerca de lo que parece. Sólo en 2024, América Latina recibió 415.000 millones de dólares en criptomonedas, un 42% más que en 2023, lo que la posicionó como la segunda región en crecimiento de esta economía. En 2023, Ecuador recibió 7.000 millones, cifra que supera incluso al valor de las remesas. Las memecoins han entrado a jugar un papel adicional y la recomendación de un personaje famoso puede ser un disparador para algo no tan seguro. ¿Qué hay que hacer? Cuidar tus propias finanzas y tus inversiones. Si te ofrecen mucho dinero fácil y en poco tiempo, duda, podría ser ‘demasiado lindo para ser verdad’.

POR: Esteban Cárdenas Verdesoto

Sólo unos pocos caracteres causaron el caos. Un mensaje cambió el rumbo de la vida de más de 40.000 personas. Perdieron su dinero, sus ahorros, sus inversiones. ¿Quién pensaría que una publicación realizada en X podría causar tantos daños? 

El presidente argentino, Javier Milei, publicó el 14 de este mes un mensaje en su cuenta de esa red social. Este se hizo viral, portando un texto que decía: “¡La Argentina Liberal crece! Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos. El mundo quiere invertir en Argentina. $LIBRA”.  

Con estas palabras, Milei promocionó una criptomoneda que apenas se había lanzado al mercado. El mensaje incluyó un enlace a una página llamada ‘Viva la Libertad Project’, donde se ofrecía oficialmente la criptomoneda para su compra y venta. Y allí fue donde aquello que muchos llamaron estafa inició. 

La criptomoneda se lanzó a un precio de unos cuantos centavos de dólar. Sin embargo, la viralización del tuit de Milei hizo que cada vez más personas se volcaran a comprar la moneda y el precio fue disipándose. Algo más tarde, la criptomoneda llegó a valer alrededor de $4.000 por unidad, un incremento exponencial causado por la alta demanda de la moneda criptográfica. 

Sin embargo, en apenas unas horas todo ese valor que se había ganado se desplomó repentinamente. La moneda, que había alcanzado a costar miles de dólares, volvió a ser insignificante luego de que un grupo de personas, que poseían alrededor del 80% de la moneda, vendieran las criptomoneda y retiraran cerca de $90 millones. 

La supuesta estafa se había consumado y, lo que inició vendiéndose como una ganancia inminente para los usuarios, terminó valiendo nuevamente apenas unos centavos. 

“Hace unas horas publiqué un tuit, como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que, obviamente, no tengo vinculación alguna. No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y, luego de haberme interiorizado, decidí no seguir dándole difusión (por eso he borrado el tuit)», publicó Milei en sus cuentas luego de que en redes sociales y en medios argentinos se viralizó también la presunta estafa que ya había ocasionado denuncias públicas y legales contra el Presidente, alegando que fue protagonista. 

Según informes de la BBC, alrededor de 40 mil personas perdieron su dinero con esta moneda. Pues, al invertir, esperando que el precio se elevara, la moneda terminó devaluándose repentinamente, algo que afectó directamente a sus posibles ganancias y a su inversión inicial. 

El presidente argentino se distanció de la criptomoneda y aseguró que no conocía los pormenores; que su recomendación era como una propuesta de quien invita a un casino, con el mismo riesgo de perder el dinero. Pero las críticas no cesaron. Hoy, Milei enfrenta demandas penales y una investigación de la comisión anticorrupción de Argentina por este hecho, algo que aún deberá decidirse aunque  el dinero no volverá. 

Pero este no es el único caso que ha tenido las mismas características en los últimos meses. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, también protagonizó un escándalo similar con una criptomoneda que llevaba su nombre ‘$TRUMP’. 

Esta nació en enero de este año con un valor de 16 centavos, mismo que fue aumentando exponencialmente mientras más usuarios se volcaban a adquirirla. Sin embargo, en pocas semanas se devaluó a casi su valor inicial, luego de haber superado los $14.500 millones, un valor que se fue perdiendo cuando los compradores vendieron su moneda masivamente, algo que ha ocasionado que muchas personas pierdan su dinero, una vez más. 

En medio de todo el ‘boom’ de las criptomonedas, es necesario saber qué son, cómo funcionan y cómo evitar caer en las estafas que estás pueden protagonizar de forma directa, afectando a los bolsillos de las personas. Y aquí te lo explicamos. 

¿Qué son las criptomonedas y cuáles son sus riesgos? 

Imagina que todas las transacciones podrían realizarse sin depender de un banco o una entidad central. Y que cada intercambio de dinero se pueda registrar en un libro digital y público, al que cualquier persona puede acceder para revisar el origen y destino de las transacciones. Esta es la base de las criptomonedas. 

Para entender esto, es necesario comprender que las criptomonedas no existen en el espacio físico, sino que son objetos abstractos que se compran y venden por valores monetarios reales, como dólares o cualquier otra moneda, y que, una vez es adquirida, su movimiento se registra en un sistema de red descentralizada (que se almacena en vario servidores en el mundo, los mismos que validan el valor de la moneda y registran su movimiento) llamado blockchain. Así lo explica Pablo Álvarez, economista estudioso del sistema criptográfico. 

“La tecnología blockchain permite que estas transacciones sean casi inmutables, lo que añade un nivel extra de confianza, aunque también abre la puerta a prácticas de especulación desmedida”, dice el experto. 

Así es como funcionan monedas ampliamente conocidas, como Bitcoin o Ethereum, que buscan su democratización para alcanzar estabilidad en sus valores y precios, de modo que puedan mantenerse en el tiempo. Y son justamente estas las que más éxito han tenido en los últimos años. 

Sin embargo, en este vasto universo digital ha surgido también un tipo de criptomonedas llamadas ‘memecoins’, o monedas meme. A diferencia de las criptomonedas tradicionales, que buscan resolver problemas concretos u ofrecer mejoras en términos de velocidad, seguridad o escalabilidad en las transacciones, las ‘memecoins’ se basan principalmente en la viralidad y en la fuerza de un meme o símbolo popular en internet. Su valor no se sostiene en un uso real o en una tecnología revolucionaria, sino en la euforia colectiva, el respaldo de comunidades en línea y, en ocasiones, en la influencia de figuras públicas.

Y esto justamente es a lo que apelaron Trump, Milei e incluso Elon Musk, quien hace unos años también promovió su propia criptomoneda meme llamada Doge Coin, la que tuvo el mismo desenlace que las dos antes mencionadas. 

Álvarez explica que el atractivo de estas memecoins radica en la posibilidad de obtener ganancias espectaculares en muy poco tiempo. Una persona que, por ejemplo, compró $1.000 en la criptomoneda de Trump cuando valía apenas 18 centavos, podría haber visto sus fondos multiplicarse a cifras impresionantes en cuestión de horas. Sin embargo, “esta dinámica asimétrica es similar a lo que sucede en esquemas piramidales: los primeros en entrar se benefician, mientras que los que llegan después se encuentran con una moneda que se desploma hasta valer de nuevo casi nada”. 

Además, el fenómeno se agrava cuando se utilizan plataformas de comunicación masiva y figuras públicas para impulsar estos lanzamientos. La influencia de líderes políticos y personalidades mediáticas potencia la viralización, y también genera un ambiente propicio para que los compradores sean cada vez más. 

“El punto es que cuando yo lanzo una criptomoneda de este tipo, su valor está determinado por la inversión inicial, que suele ser muy baja. Sin embargo, lo que hacen los creadores es comprar gran cantidad de criptomonedas para que estas, con una menor cantidad disponible y con una demanda que crece de forma exponencial, lleguen a tener precios descomunales e incalculables. Cuando una persona pública lo promociona, más personas buscan comprar la criptomoneda, ampliando aún más la demanda, lo que hace que los precios se disparen. Pero cuando alcanza su tope, que suelen ser valores absurdos; los creadores y los que primero compraron la moneda, que sinceramente suelen contar con información privilegiada de los propios creadores, venden las criptomonedas de modo que ese dinero, acumulado de todos los que compraron después, va a sus billeteras. Y esto causa que el precio de las criptomonedas vuelva a caer, porque hay menos dinero real disponible que las sostenga y hay mayor oferta. Solo este pequeño acto, que se puede hacer incluso en pocas horas, puede hacer perder miles de dólares a personas y hacer que otras ganen millones. Es ahí donde está la estafa”, dice. 

En mercados financieros regulados, operar basándose en información privilegiada es un delito que puede acarrear multas millonarias y sanciones penales. Sin embargo, en el ámbito de las criptomonedas, donde la regulación aún es poca, este tipo de prácticas se han vuelto más comunes, permitiendo que amigos, familiares o aliados cercanos se beneficien a expensas de la mayoría. “Esto es lo que pasa con Libra y con Trump”. 

Implicaciones de estos casos

Para Gabriela Vacas, analista económica, la utilización de memecoins con fines políticos y populistas, como ocurrió con Milei y Trump, tiene consecuencias que van mucho más allá del ámbito financiero. 

“Estos casos muestran una peligrosa tendencia hacia el uso de activos digitales sin valor intrínseco para redistribuir la riqueza de manera arbitraria. Es decir, se genera una especie de ‘dinero ficticio’ que se mueve entre unos pocos privilegiados, mientras que la gran masa de inversores, motivados por la promesa de riqueza instantánea, termina perdiendo su dinero”, dice.

Esta situación tiene dos efectos colaterales importantes. Por un lado, desvía la inversión de sectores productivos y empresas que realmente generan valor para la sociedad. Por otro, contribuye a una fragmentación social y política, donde ciertos grupos (en este caso, seguidores y votantes de determinadas figuras políticas) reciben un “beneficio” artificial, mientras que el resto queda excluido. 

Por otro lado, la capacidad de manipular los mercados a través de simples tuits o cambios en avatares en redes sociales, como lo ha demostrado Elon Musk en múltiples ocasiones (por ejemplo con Dogecoin), refuerza la idea de que en la era digital la influencia y la información son herramientas que pueden cambiar el panorama del mercado. Estos movimientos pueden transformar una inversión de unos pocos dólares en una fortuna millonaria en cuestión de horas, o, por el contrario, arruinar a quienes se dejan llevar por el fervor del momento.

¿Cómo no caer en estafas?

Latinoamérica no se ha quedado atrás del boom generado por las criptomonedas. Según un informe emitido por Chainalysis, entidad internacional encargada del análisis del movimiento y dinámica de las criptomonedas, entre julio del 2023 y junio del 2024, América Latina recibió aproximadamente 415.000 millones de dólares en criptomonedas; dato que representó el 9,1% del volumen global durante ese periodo. 

Estos datos reflejaron un aumento del 42,5% del volumen de transacciones con criptomonedas en comparación con el año anterior, lo que la posicionó también como la segunda región con más crecimiento a escala global. 

Ecuador no se queda fuera. En 2023, último dato disponible, el país recibió alrededor de 7.000 millones de dólares en criptomonedas, lo que a su vez equivale a alrededor del 5% del Producto Interno Bruto y, también, sobrepasa la llegada de dinero por motivo de remesas, monto que ronda los 5.000 millones. Estos datos han posicionado al país en la octava nación de las 31, en términos de recepción de criptomonedas. 

Por esto, el economista Patricio Alarcón asegura que la realidad de las criptomonedas es algo que está cada vez más cerca de lo que parece. “No es algo externo o algo de lo que no debamos preocuparnos. Además, algunas puertas se están abriendo en este sentido”. 

“Invertir en estos espacios representa un riesgo, como todo, pero se debe saber cómo hacerlo de forma segura”, dice. 

En este panorama de volatilidad extrema y manipulación pública, es fundamental que los potenciales inversores adopten medidas de cautela.

Aquí te dejamos algunas recomendaciones para proteger tus finanzas:

  • Investiga a fondo: antes de invertir, verifica la legitimidad del proyecto. Revisa quiénes son los creadores, qué objetivos persiguen y si cuentan con el respaldo de instituciones reconocidas.
  • Desconfía de recomendaciones de figuras públicas: el hecho de que un político o una celebridad promueva una inversión no garantiza su solidez. Recuerda que la promoción puede responder a intereses personales o estratégicos.
  • Infórmate sobre los riesgos: las criptomonedas y, en especial, las memecoins son altamente volátiles. Lee estudios y análisis de expertos financieros para comprender mejor el mercado y sus fluctuaciones.
  • Consulta fuentes confiables: utiliza medios especializados y reguladores del sector para obtener información responsable. La educación financiera es tu mejor herramienta para evitar fraudes.
  • Sé crítico con las promesas de ganancias rápidas: si algo suena ‘demasiado bueno para ser verdad’, probablemente sea demasiado bueno para ser verdad. La rentabilidad extrema en muy poco tiempo suele ser señal de especulación y posible manipulación.

Álvarez, con esto en mente, asegura que para que el ecosistema de las criptomonedas evolucione de forma segura y justa, es imprescindible que las autoridades regulatorias intervengan. “Una regulación adecuada no sólo protegería a los inversores, sino que también garantizaría que la distribución de riqueza se base en la productividad y el mérito, evitando que unos pocos se enriquezcan a costa de la incertidumbre y la falta de transparencia”. 

Por último, el experto detalla que la revolución de las criptomonedas y las memecoins debería servir para empoderar a las personas y democratizar el acceso a nuevas formas de inversión. Sin embargo, “cuando se utilizan como instrumentos de manipulación política y económica, se corre el riesgo de que el sueño de libertad financiera se convierta en una pesadilla para miles de ciudadanos”. Por ello, es elemental fomentar una cultura de educación financiera, promover una regulación justa y mantener siempre una actitud crítica ante las promesas de ganancias fáciles.

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Pablo Terán
Pablo Terán
Webmaster en Ecuador Chequea. Profesional en Comunicación Social, experiencia-26 años. He trabajado en diferentes medios de comunicación, entre ellos Diario La Hora, por 18 años. Fui Editor de Sociedad, Quito e Interculturalidad. Tengo, además, una maestría en Psicología Holística.

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