El programa ‘She Is Astronauta’ seleccionó a 24 niñas de tres países para visitar las instalaciones de la NASA, hablar con sus científicos y motivarse aún más por seguir carreras de ciencias. Las 11 ecuatorianas provienen de comunidades amazónicas.
POR: Karen Mantilla Ulloa
11 niñas, 11 maletas, todas con distintas historias, aunque tienen algo en común: ayer viajaron al ‘Space Center Houston’ de la NASA, en Estados Unidos. Son parte del programa ‘Ella es astronauta’, en el que participaron un poco más de 700 niñas de Ecuador, Perú y Colombia.
Del total, 24 fueron escogidas; y 11 son de la Amazonía ecuatoriana. Ellas estarán de vuelta el domingo y en esta nota te contamos sus historias.
Usa overol azul, de contextura delgada, no es tan alta, su cabello es largo y negro. A diferencia de las demás, Milena Grefa lleva colgado un collar de gran tamaño. Es de mullos y tiene varios colores, entre amarillo, azul, rojo, blanco y negro. Fueron hechos a mano por su comunidad kichwa de Limoncocha, en Shushufindi.
Tiene 17 años y, con gran emoción, cuenta que cuando llegue a las oficinas de la NASA, usará esta pieza como su “amuleto”, y asegura que es parte de ella.
Según Milena, estas piezas son especiales y únicas, porque desde pequeña le han dicho que tienen el poder de absorber las ‘malas energías’ y ayudan a evitar el ‘mal de ojo’, cuidando de cada paso que dé.
Un collar de mullos, con un tigre en el centro. Milena lo usará como un amuleto, para que la cuide y, sobre todo, para recordar a su comunidad. Fotografía: Karen Mantilla U.
“Es la primera vez que viajo en avión, la primera vez que conoceré otro país y la primera vez que voy a estar tan lejos de mi casa, de mi familia. Tenía que llevarme algo que sea parte de mí, para que me cuide”, cuenta con emoción.
Milena postuló al programa ‘Ella es astronauta’, que ofrece a las niñas y adolescentes una educación con metodología Stem (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas), sin pensar que sería una de las seleccionadas. Cuando se enteró lloró de la emoción y en toda su familia se alegraron por esta noticia. Tiene cinco hermanos, ella es la tercera y se ha convertido en una motivación no sólo para su círculo familiar, sino para toda su comunidad.
“No podía creerlo, ahorita estoy en el último año de colegio. Es como un sueño todo lo que me está pasando. Esto es lo que yo quiero representar en Estados Unidos, llevar a mi comunidad conmigo, llevar la nacionalidad kichwa, en lo más alto. No por ser de esta comunidad no podemos lograr grandes cosas. Y todo lo que aprenda en la NASA, traeré para compartirlo con toda mi comunidad y, por qué no, con todos los ecuatorianos”, enfatiza.
Su sueño es ser científica y cree que esta es la primera puerta para lograrlo.
“Este programa me ha hecho soñar y creer que nada es imposible, en estos meses de preparación nos han empoderado, por eso sé que nada es imposible. Mi maleta no es tan grande, no llevo tanta ropa, pero, eso sí, los sueños son gigantes, porque sé que puedo ser una gran científica y dar mis conocimientos a mi país y, sobre todo, ayudar a mi comunidad”, agrega Milena.
Milena Grefa, toma su collar lleno de colores y mullos mostrándolo con orgullo. Fotografía: Karen Mantilla U.
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Sharith Sahona es de Lago Agrio. También tiene 17 años y la emoción a flor de piel. Cuenta que, para estar entre las seleccionadas, tuvo que pasar un poco más de 4 filtros.
“Lo que está pasando es irreal, no hay punto de comparación. Vengo de un lugar que no muchos conocen, mi colegio no es grande; al contrario, está alejado. Pero, este proyecto ha sido una ventana de oportunidades. Saber que puedo ser parte de todo lo que sueñe es increíble”.
Sharith, comenta que, en su maleta, que es de ruedas, lleva tres mudadas de ropa, pues tuvo que seguir las recomendaciones de los patrocinadores, la Fundación She is y la empresa SLB.
“Llevo ropa liviana, mi ropa favorita, porque nos contaron que no teníamos que empacar muchas cosas, en Houston nos darán sorpresas; por eso, yo hice caso. Eso sí, llevo mi celular para documentar todo y, por supuesto, mis cosas de aseo”, cuenta.
Sharith Sahona, su emoción se nota al hablar, nunca se imaginó vivir todo esto. Fotografía: Karen Mantilla U.
Dice que en su familia se sienten orgullosos, aunque al principio tenían miedo de que esto fuera mentira y no creían que estas cosas pasaran. Ahora son los más emocionados y se han ido soltando para confiar a los organizadores a su hija.
“Mis papás no podían creerlo, hasta pensaron que era mentira. Luego, con el paso del tiempo ya vieron que las pruebas eran reales y volaría a Houston, mi primera vez en otro país. Me han apoyado en absolutamente todo”, dijo Saona.
Su preparación fue larga, porque en toda esta aventura, les enseñaron a crear proyectos y cómo ejecutarlos en sus instituciones educativas y, sobre todo, aplicarlos en la vida diaria.
“Nos motivaron y explicaron qué son las carreras Stem, ahora yo sí quiero seguir una de ellas, sé que, con esfuerzo y dedicación, lo voy a lograr. He amado cada paso de la preparación, entendí que todo es posible”, comenta Sahona.
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Camila Vichicela es la más pequeña del grupo. Tiene 13 años y está en décimo de básica. No tenía idea sobre en qué estaba participando, porque sólo le dijeron que participara y sus profesores le motivaron porque creían que lo haría bien.
“Yo no sabía qué era una carrera Stem, no tenía idea de nada. Al entrar al proyecto, conocer más de la ciencia, de que estas carreras, como las ingenierías combinadas con las matemáticas, abren muchas puertas, mi vida dio un giro de 365 grados. No puedo creer que esto me esté pasando. Ahora que tengo estas nuevas ideas, yo estoy más que segura de que tengo que motivar a los demás a hacerlo”, agrega.
Camila asegura que en los cuatro meses de preparación se ha divertido y, sobretodo, aprendido porque en el proceso pudo conocerse más, porque siempre tenían que responder preguntas, que le ayudaron a entender quién era.
“Había días en los que nos decían: a ver, quiénes son, qué les inspira y eso me hizo conocerme más, saber qué quiero, qué me gusta y que anhelo en un futuro. También conocimos a tripulantes de la NASA. Eso fue un sueño porque hay mujeres que están haciendo grandes cambios y ahí yo dije ‘tengo que ser una de ellas’”.
Aunque los sueños se deben construir, ella asegura que después de este viaje, “espera cambiar la vida de muchas niñas”. “Así como me cambiaron la vida a mí, quiero ser un agente de cambio, para cambiar la vida de muchas niñas”.
Camila Vichicela- Fotografía: Karen Mantilla U.
Emily Estrada se siente muy contenta y privilegiada. Tiene 15 años, viene desde Joya de los Sachas y, cuando se enteró de que será parte de este proyecto, tuvo una mezcla de emociones. No sabía si quería llorar o reír, así que hizo las dos. Su sueño es ayudar a más niñas.
“Cuando regrese, quiero crear cambios y proyectos para niñas, porque las niñas nos merecemos todo, las niñas de mi pueblo se merecen ser vistas. Estoy muy agradecida con todo lo que está pasando, quiero aprender mucho para aplicarlo en mi querida Joya de los Sachas”, comenta.
Emily Estrada- sueña con ayudar a las niñas de Joya de los Sachas. Fotografía: Karen Mantilla U.
Los pies en la Tierra y los sueños en las estrellas, una explicación del proyecto ‘She is astronauta’
Según Nadia Sánchez, CEO y presidenta de la Fundación She Is, la idea nació en 2019, cuando se vio la necesidad de crear un programa en Latinoamérica, en colaboración con el Space Center Houston de la NASA, con el propósito de cambiar la vida de niñas y jóvenes desde 11 hasta 17 años, quitándoles la idea de que el género o de dónde vienen son un impedimento para cumplir los sueños.
Sánchez dijo que el programa se enfoca en “empoderar, motivar e inspirar a estas jóvenes para que se conviertan en modelos a seguir a nivel nacional, a través de la educación STEM”, dijo en una rueda de prensa.
El programa, «She Is (Ella es) Astronauta”, implica una preparación académica en áreas STEAM, que les ayudó a las chicas a crear habilidades blandas y la construcción de proyectos.
“Estas jóvenes ecuatorianas están en la etapa final. Por eso tendrán una semana de inmersión académica en el Space Center Houston – NASA en Estados Unidos. En este lugar conocerán a los científicos, astronautas y todas las instalaciones, les enseñarán a aplicar sus proyectos, entre varias cosas más”, cuenta Sánchez.
Parte de las once niñas, felices y emocionadas por esta nueva aventura- Fotografía Karen Mantilla U.
En Ecuador, las niñas tienen, además, el apoyo de la empresa SLB y el último día ellas visitarán el Centro de Tecnologías de SLB en Houston, donde podrán explorar de primera mano la operación y el funcionamiento de tecnologías de vanguardia en la industria energética.
Ruth Zambrano, representante de esta empresa, asegura: “Las 11 niñas de Ecuador son de la Amazonía. Ellas son agentes positivos de cambio, que también son líderes, esperemos que estas 11 niñas se conviertan en el inicio de un cambio positivo para todas sus comunidades”, enfatiza Zambrano.
En el proceso también participó la expresidenta Rosalía Arteaga, representante de ‘Raw Foundation’, quien asegura que la educación de calidad es la base de todo. Además, dice que las niñas entendieron que son protagonistas de su propio destino
“Trabajamos en el empoderamiento de las niñas. Pero, sobre todo, queremos dejar claro que, con educación de calidad, podemos cambiar el país. El proceso es largo, nosotros nos fijamos en las niñas que quieren de verdad ser científicas y ver qué nada es imposible. Con las ganas de estudiar y ser responsables todo se logra”, comenta Arteaga.
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