La ministra de Gobierno, Zaida Rovira, restó importancia este jueves 16 de octubre a la magnitud de los bloqueos registrados en varias vías de la provincia de Imbabura, donde persisten protestas y cierres intermitentes a pesar del anuncio oficial de levantamiento del paro.
En declaraciones concedidas al programa Un Café con JJ, Rovira sostuvo que las manifestaciones actuales no representan a la totalidad de las comunidades indígenas ni al movimiento que lideró las jornadas de protesta de las últimas semanas. “No tenemos ninguna alerta de que haya ocurrido una situación grave anoche. Entiendo que existe un sector que reclama continuar con el paro, pero son grupos muy pequeños que buscan utilizar el dolor del pueblo con fines políticos, concretamente para hacer campaña por el ‘no’”, afirmó.
Las palabras de la funcionaria llegan un día después del primer diálogo entre representantes del Gobierno y dirigentes de organizaciones indígenas de Imbabura, celebrado en un hotel de Otavalo, donde se había anunciado el fin de la paralización que inició el 22 de septiembre, en rechazo al fin del subsidio al diésel.
Sin embargo, la noche posterior al diálogo, las bases comunitarias de varios sectores —especialmente en Otavalo, Cotacachi y Antonio Ante— manifestaron su desacuerdo con la decisión de sus dirigentes y ratificaron la continuidad de las movilizaciones. En redes sociales circularon videos y comunicados de comunidades que desconocieron el acuerdo alcanzado con el ministro del Interior, John Reimberg, al considerar que no hubo compromisos concretos sobre el precio del combustible ni sobre la situación de los detenidos durante las protestas.
Pese a ello, Rovira insistió en que la situación está bajo control y que las labores de despeje de carreteras avanzan con normalidad. “Por disposición del ministro del Interior se envió maquinaria pesada para habilitar las vías, y desde la madrugada se trabaja en la limpieza de escombros y materiales que fueron utilizados para los cierres”, señaló.
La ministra también hizo un llamado a la calma y al diálogo, subrayando que el Gobierno “no permitirá que intereses particulares o políticos afecten la paz de los ciudadanos”. “El pueblo imbabureño quiere trabajar, quiere abastecimiento, quiere circular libremente. No podemos seguir siendo rehenes de quienes buscan generar caos”, añadió.
El conflicto en Imbabura forma parte de una serie de movilizaciones sociales y protestas indígenas que se han intensificado desde finales de septiembre en rechazo a las reformas económicas del Gobierno de Daniel Noboa, en particular la eliminación del subsidio al diésel y los operativos militares en zonas rurales.
Durante las últimas semanas, la provincia fue escenario de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, con varios detenidos y un dirigente comunitario fallecido, según denunció la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
Aunque el Gobierno sostiene que el paro se desactivó tras el diálogo en Otavalo, los reportes de cierres intermitentes, concentraciones y retenes comunitarios evidencian que la tensión persiste en el norte del país, mientras el Ejecutivo intenta consolidar su posición frente al referéndum y consulta popular del próximo 16 de noviembre, un proceso que ha sido objeto de cuestionamientos por parte de las organizaciones indígenas.
Te puede interesar:
. No solo el paro, el petróleo también pesa la caída del riesgo país



