Ecuador es una sociedad en que no menos de 5 millones de mujeres sufren algún tipo de violencia. Una sociedad en la cual se reportan, en un promedio diario, 11 denuncias de agresiones sexuales. Un país sin mayores respuestas ante el femicidio…
En ese contexto, la candidata socialcristiana Cynthia Viteri presentó un nuevo plan: Botón antipánico. Y en la cita dijo lo siguiente: “Voy a plantear vía consulta popular la reforma constitucional y legal que condene a cadena perpetua a toda persona que haya quitado la vida a niños y a mujeres”.
Lo dicho también fue reiterado en su cuenta de Twitter:
4 – Violencia psicológica será tratada por especialistas. Cadena perpetua es para casos de femicidio. Lo demás es sujeto a rehabilitación.
— Cynthia Viteri (@CynthiaViteri6) 17 de enero de 2017
Para Ramiro García, presidente del Colegio de Abogados de Pichincha, anuncios como este (sumados al de la pena de muerte planteado por Iván Espinel) se inscriben en un escenario de “populismo penal en el cual se juega con los miedos esenciales de la sociedad, pero no se ataca la causa”. Por ello, al penalista le preocupa que prevalezca un discurso punitivista y se piense en la pena de muerte frente a hechos en los cuales el derecho puede incidir de otra manera y en un país que constitucionalmente defiende la vida y que es suscriptor de tratados internacionales que prohíben este tipo de acciones.
Por ello, ECUADOR CHEQUEA considera el enunciado de Viteri como insostenible.
PUNTO DE VISTA
Cristina Burneo / Docente universitaria y activista por los derechos de las mujeres
El desafío es que ya no haya crímenes y no que los crímenes sean más castigados
La propuesta de la candidata Cynthia Viteri no hace ningún cuestionamiento al orden social, a las relaciones de ese orden con la norma jurídica que tenemos. Y al no cuestionarse de la manera más elemental el régimen político del patriarcado en Ecuador, la señora Viteri no solamente aprovecha la existencia de la prisión como institución de control sino también las formas más extremas de castigo para desviar la atención sobre los núcleos de la violencia.
Al hacer un planteamiento populista como este, se manipulan las profundas emociones que existen en la sociedad, por la impotencia ante la impunidad y la inoperancia de la justicia social y por la ausencia total de justicia de género en el sistema de justicia. En este contexto, la candidata socialcristiana propone cadena perpetua. Y no solamente vamos a ser un Estado completamente represivo sino que vamos a dejar de cuestionar todo orden y fundamento de machismo, desigualdad, violencia de género. No los vamos a cuestionar.
Viteri plantea la vía de una consulta popular para una reforma constitucional que viabilice esta respuesta penal, ante la cual la candidata se muestra al menos coherente con una propuesta de extrema derecha. Pero una respuesta penal de este tipo no resuelve nada y jamás va a cuestionar la punición como único recurso para enfrentar el femicidio y eso me parece gravísimo.
La erradicación de la violencia jamás se da por la sola acción de lo penal. Este es un eslabón final que en un escenario ideal debiera desaparecer como recurso social en la medida en que se garanticen derechos y ya no se vulnere la vida de las mujeres. Todos los aspectos emocionales, afectivos, sicológicos, sociales, simbólicos y culturales de una sociedad deben incidir en un proceso que no nos lleve al extremo de la cadena perpetua, porque los femicidios no se detendrán dejando a los homicidas más años en la cárcel. Además, me temo que tesis como estas se extiendan a otros fenómenos delictivos y demás tipos del Código Penal.
El desafío es que ya no haya crímenes y no que los crímenes sean más castigados. Insistir en este último punto me parece una aberración.
ANEXO: FEMICIDIOS 2014-2015 SEGÚN LA FISCALÍA