En medio de la escasez de agua en el sur de Quito, los moradores de Nueva Aurora han encontrado en una vertiente natural la calma hasta que llegue el agua.
POR: Karen Mantilla Ulloa
“Esta vertiente con agüita nos acompaña más de treinta años, la descubrimos con los vecinos, ahí de un árbol bajaba. La querían tapar, nos opusimos porque, si está ahí, es por algo y ahora en medio de la crisis de agua que vivimos en Guamaní nos ha servido a miles de vecinos”, recuerda con nostalgia Guillermo Pilamunga, un morador del barrio Nueva Aurora, ubicado en Guamaní, en el sur de Quito.
Como Guillermo, muchos vecinos del sector acuden al sitio diariamente desde el jueves 10 de julio, cuando las llaves de agua de más de 400.000 quiteños en el sur de la ciudad dejaron de gotear.
En el parque Nueva Aurora, al ingresar y caminar por un largo pasillo, se escucha el murmullo de una vertiente natural. El agua, pura y cristalina, brota entre los pequeños adoquines de colores y que hoy permiten a los vecinos del sector llenar baldes y ollas para abastecer de agua a sus hogares en medio de la emergencia que sorprendió a los quiteños.
Cientos de vecinos de la Nueva Aurora y demás barrios de Guamaní llegan diariamente a la vertiente natural ubicada en el parque que lleva su mismo nombre. Foto: Karen Mantilla Ulloa.
Los vecinos fundadores cuentan a Ecuador Chequea que las vertientes fueron descubiertas por los propios vecinos hace más de tres décadas y aún después de su hallazgo, siguen brotando con fuerza.
“Nosotros nos dimos cuenta porque donde está el arbolito en la parte de arriba, ahí había un ojo de agua, un ojo de agua que venía y venía en cantidad”, recuerda Guillermo Pilamunga, morador del sector desde hace casi 20 años.
Durante una remodelación del parque en administraciones anteriores, el agua fue canalizada mediante tuberías hacia una piscina de recolección, permitiendo su uso por parte de la comunidad.
“Nosotros nos dimos cuenta porque donde está el arbolito en la parte de arriba, ahí había un ojo de agua, un ojo de agua que venía y venía en cantidad”. Muestra del árbol. Foto: Karen Mantilla Ulloa.
“El rato de la reconstrucción que se hizo, la modificación del parque en la época de Mauricio Rodas (exalcalde de Quito), también vertía aquí el agua. Entonces, se trajo con tuberías y está aquí para complementar el agua y aquí se hace la piscina de recolección en forma total y se otorga el agua a todos los ciudadanos”, asegura Pilamunga.
Con el paso del tiempo, la vertiente se convirtió en un recurso para el diario vivir y ahora también en épocas de crisis. “Nos sentimos saludables y orgullosos de tener una fuente de agua que ha salvado a muchos ciudadanos, no sólo de hoy, hace tiempo, hace años. En épocas de crisis aquí hemos venido. En épocas de sequía de agua acá hemos venido y aquí han venido muchos ciudadanos”, afirma Pilamunga.
A pesar de su importancia, el sitio según cuentan los moradores, no ha recibido la atención por parte de las autoridades. “Hemos querido que las autoridades tomen la batuta, nos ayuden adoquinando. Este adoquín que usted ve al azar es porque los moradores pusieron para que no se resbalen, no se caigan”, comenta.
Los adoquines fueron colocados a un costado de la vertiente para que los vecinos que caminen por ahí no se caigan. Foto: Karen Mantilla Ulloa.
Desde el primer día que se secó el servicio de agua en el sur de Quito, Julio Baquilema supo a dónde acudir. La falta de este servicio básico reactivó la memoria y la práctica de muchos vecinos de Guamaní, especialmente de aquellos que, como Julio, conocieron y usaron por años el agua de la vertiente natural.
Cuando a Julio se le pregunta desde cuándo ha venido a recoger el agua dice: “Bueno, desde el primer día que se secó”. Aunque vive “más acá abajo, justo unas cuatro cuadras”, recorre la distancia porque la conoce desde hace décadas.
Hoy, en medio de la emergencia, Julio ha optado nuevamente por esta fuente natural. “Yo no me pregunté dos veces, dije de una directo donde tenía que ir, desde la vertiente, por eso venimos hasta acá”, explica.
Ciudadanos recogiendo agua en tachos y tinas de la vertiente de Nueva Aurora Foto: Karen Mantilla Ulloa.
Aunque algunos tanqueros han pasado por la zona, él prefiere el agua que brota del parque. “Créame que los tanqueros sí han ido, pero no muchos. La verdad, yo prefiero el agua de esta vertiente que del tanquero, porque esta es aún más limpia, digamos, porque es natural”, comenta.
Baquilema recuerda que, durante años, esa agua fue la principal fuente para las actividades diarias de su familia. “La usaba para cocinar, para lavar, para todo. Ahorita en verdad, por la necesidad, toca”. Pero lejos de incomodarse, expresa confianza en su calidad.
“Hace años esta era nuestra agua, está agua la ocupábamos para todo, fue la primera agua de todo el barrio”, Julio Baquilema, morador del sector. Foto: Karen Mantilla Ulloa.
Aunque su uso fue desplazado cuando llegó el sistema de agua potable, Julio no puede olvidar de cómo se sustentó con ella hace unas décadas atrás. “Como es vertiente, nunca se perdió”.
Ciudadanos recolectando agua muy organizados. Foto: Karen Mantilla Ulloa
“El agua nunca se seca, el agua siempre se mantiene”, dice con entusiasmo Betty Tumay, moradora y líder del barrio Nueva Aurora. Así describe a la vertiente natural.
“Como ustedes ven, está disponible para el consumo, es apta”, comenta Tumay.
Ella recuerda que esta fuente de agua ha estado presente desde hace más de 30 años, cuando las tierras aún eran parte de antiguas haciendas. “Esta vertiente existe por años. Cuando recién nosotros llegamos hace unos 30 años al barrio, esta vertiente se mantuvo incluso para el consumo, y de esta agua por medio de bombeo subió a la parte sur y distribuía a las casas”.
La comunidad ha defendido este recurso con firmeza frente a intentos de enterrarla y colocar tubos. “En alguna ocasión la Empresa de Agua (Epmaps) quería entubar el agua y retirarla de acá del barrio, pero los moradores nos hemos organizado y hemos dicho que es nuestra, del parque y se queda, porque en algún momento vamos a necesitar”, cuenta.
Hoy, recuerda cómo esas palabras se hicieron realidad. “Como usted puede ver, en la actualidad está sirviendo a cuantos barrios, a miles de personas”, asegura Tumay.
“Como ustedes ven, la vertiente está disponible para el consumo porque es apta también para el consumo. Eso ha hecho que nosotros siempre cuidemos”, asegura Betty Tumay líder del barrio Nueva Aurora. Foto: Karen Mantilla Ulloa.
Plantas potabilizadoras llegan al parque donde se encuentran las vertientes
Al parque se dieron cita varios ministros de Gobierno, para constatar la instalación de nuevas plantas potabilizadoras de agua. Estas plantas, que fueron gestionadas por la Cruz Roja Ecuatoriana en coordinación con el Ministerio del Ambiente, operan utilizando el agua de un ojo de agua natural
Con la instalación de las nuevas plantas, el líquido vital podrá ser tratado adecuadamente, garantizando su potabilidad y mejorando significativamente las condiciones sanitarias de la comunidad.
Las opiniones están divididas. Mientras los moradores recolectaban el agua, también decían que “nunca les ha pasado nada al tomar esa agua” y otros agradecieron, pues, comprar los botellones de agua, estaba fuera de su presupuesto.
Pilamunga también hizo un llamado a que se retome y finalice un proyecto en el que está involucrado la vertiente y el parque, pues asegura que nadie les ha visitado en los últimos años.
“Usted observa los humedales abandonados, imagínese, quedó prácticamente una obra 85% de terminar. Entonces hoy públicamente le dije a la señora ministra, emprendamos un gran proyecto, un proyecto que sirva como cascadas, que sirva como un parque ecológico con barquitos tipo Carolina o tipo otro estilo. Entonces demos otro tratamiento, que es lo más importante”, aseguró.
La situacion de los humedales. Foto: Karen Mantilla Ulloa.
Por otro lado, Betty también expresó una tranquilidad luego de ver instalada la máquina, pues asegura que el fin de semana sintió preocupación ante las condiciones en que se estaba tomando el agua. Y agradece el apoyo técnico recibido.
“De pronto puede hacer daño. ¿Por qué? Porque usted ve, los vecinos están cogiendo con recipientes, unos que no están limpios. Puede ser que ahí sí ya contaminamos el agua, pero en otras ocasiones jamás ha pasado, nunca que yo recuerde. Todo apoyo es bienvenido, entonces aquí la gente está algo más confiada, más tranquila, que nos van a ayudar con el agua ya más pura, purificada”, asegura.
Lo que espera ahora, junto a otros vecinos, es que la atención a este espacio no sea sólo temporal.
“Quisiéramos que se mantenga esto todo el tiempo, para que los visitantes que ingresan a nuestro parque todo el tiempo tengan agua”, dice, aunque reconoce que les han informado que será “solamente hasta que se solucione la problemática que tenemos de la falta de agua”, dijo Tumay.
“Me siento más tranquila”, dice Karina Chango, vecina del sector, al recibir agua potabilizada de la vertiente del barrio. “No hemos tenido el abastecimiento suficiente de tanqueros, más cerca nos quedaba este ojo de agua”.
Karina destaca el ahorro que esto representa. “Es un gasto demasiado grande el consumir agua comprada, ahora que ya tenemos esta agua que está potabilizada, le agradecemos al Gobierno, al Municipio”. Y subraya su importancia para los más pequeños, “tenemos muchos niños y ellos requieren el consumo de agua”.
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