POR: Esteban Cárdenas Verdesoto
Las voces resonaron fuerte, acompañadas por música e instrumentos. Fueron más de 30 cuadras de recorrido; todas repletas de grandes grupos de personas, con carteles y pancartas, que se convocaron esta mañana en Cuenca para levantarse en una sola lucha por el agua y la prohibición de actividades mineras en Quimsacocha.
Fueron varios kilómetros de consignas, todos parte de una movilización que empezó a las 09:30 y que se extendió hasta más de las 14:00, con cada vez más caras nuevas y carteles ingeniosos que caminaban intentando llegar al Centro Histórico de la ciudad.
La convocatoria realizada para hoy, de lo que se denominó como la Gran Marcha por el Agua, cumplió con los objetivos que ya habían sido expresados por representantes como Yaku Pérez, político, activista y uno de los impulsores de la movilización.
Entre estos se esperaba que miles de personas salieran a las calles de la capital azuaya para expresar su apoyo a la defensa del agua; y fue así. Tomas realizadas desde balcones o desde drones que sobrevolaron la ciudad mostraron cómo la acogida fue innegable.
Cuadras y cuadras llenas de lo que en redes sociales y en el discurso de autoridades se llamó “el desbordamiento del quinto río de Cuenca”, un afluente construido principalmente por los rostros de quienes habitan estos espacios.
La jornada empezó en horas de la mañana, en la plazoleta de San Roque, donde se realizó una ceremonia andina de agradecimiento a la Pachamama, guiada por los yachaks —palabra kichwa que en español significa sabios— de Azuay.
Y también fue desde allí que varios grupos empezaron a formarse para salir con rumbo al Centro Histórico de la ciudad y, posteriormente, a la Plaza San Francisco, donde se tenía previsto organizar un evento central y encuentro cultural. Sin embargo, no todos los grupos partieron de este lugar.
Mientras esto se realizaba, otras agrupaciones y asociaciones ya se congregaban en la plaza central de la ciudad, con pancartas, paraguas y ponchos de agua que les permitió enfrentar la lluvia que recibió a Cuenca por la mañana. Allí llegaron recicladores y otras agrupaciones sociales, con carteles en los que se podía leer mensajes como: “Kimsakocha no se toca. El verdadero oro de Cuenca es el agua que la hace vivir”.
Así, poco a poco quienes caminaron desde la plazoleta de San Roque comenzaron a avanzar y en pocos minutos, el cruce del puente del río Tomebamba comenzó a mostrar la gran marea de personas que se juntaba para alzar su voz una vez más. Así comenzó la jornada, que, además, se dio poco después de que el presidente, Daniel Noboa, firmara un Decreto en el que se instauraba un Estado de Excepción en varias provincias del país, entre estas Azuay, estableciendo una prohibición a la aglomeración de personas por 60 días. Pero no, eso no frenó la protesta.
Más sobre la jornada
A la movilización llegaron familias enteras, juntas de agua, empresas privadas, recicladores, gremios, universidades, adultos mayores, artistas, habitantes de Girón y de otras ciudades y provincias del país. Todos se congregaron llevando una consigna en favor del páramo de Quimsacocha. Además, participaron personajes como el alcalde de Cuenca, Cristian Zamora, o el prefecto del Azuay, Juan Lloret. Esto se dio, mientras edificios como la Gobernación de la provincia fue sellada completamente por policías y militares, quienes vallaron los alrededores del espacio.
Organizaciones estimaron que alrededor de 100 mil personas formaron parte de la movilización, que culminó en la Plaza San Francisco, donde se dieron palabras por parte de autoridades y miembros de la iglesia, como el Cardenal Luis Cabrera, quien brindó una misa en nombre de la lucha tras la finalización de la jornada.
Toda la movilización se desarrolló de forma pacífica a lo largo del trayecto. De hecho, a través de una de las transmisiones en vivo que se realizaron como parte de la cobertura de la jornada se escuchó a una mujer decir claramente: “Soy una ciudadana cuencana, amo a Cuenca más que a mi vida. Soy una mujer de 87 años y, si me permiten mis pies caminar hasta los 90, caminaré protestando por mi Cuenca. Por la salud de los niños, por el futuro. No permitiremos que vengan a querernos estafar (…) Caminaré hasta los últimos días de mi vida defendiendo a mi Cuenca”.
Además, en pleno parque central de la ciudad se ubicaron varios puntos donde se levantaron stands para recibir firmas para la revocatoria simbólica de mandato de cuatro asambleístas representantes de Azuay, lugares donde las personas hicieron largas filas con tal de expresar los desacuerdos con las decisiones y opiniones emitidas en el Legislativo.
Estefanía González, una de las cuencanas que marcó su rúbrica en estos documentos, aseguró que “el principal motivo es el futuro, tanto nuestro como de nuestros hijos o nietos. Si nosotros no cuidamos Azuay, nadie lo va a cuidar. Es importante tener en cuenta que quien nos representa debería estar a nuestro favor, no en nuestra contra. Todos deberíamos hacer esto para conseguir no sólo un Azuay mejor, sino un Ecuador mejor”. Este testimonio fue recogido por Nicol Torres, de Camaleón Medio y Amandla Medio durante la jornada.
Un mensaje unísono
Como parte de las consignas llevadas por organizaciones y colectivos a la movilización, se dejó expresos pedidos al Gobierno, como el respeto a la voluntad popular; haciendo referencia a dos consultas populares realizadas, una en el Girón y otra en Cuenca, en las que la población decidió no explotar ni permitir minería en Quimsacocha, con más del 80% de los votos en las dos ocasiones. Además, se solicitó asumir las responsabilidades detrás del haber permitido el avance del proyecto Loma Larga en Quimsacocha, y no arrojarla a las autoridades locales, que se han manifestado a través de informes y movilizaciones en contra de esta actividad. Esto, haciendo referencia a las declaraciones de Noboa, en las que se aseguraba que serán estos los encargados de justificar el cese del proyecto a través de informes técnicos.
Asimismo, quienes participaron en la marcha exigieron que se garantice una protección ambiental real en Quimsacocha y que, una vez más, vele por la prohibición de las actividades extractivas mineras.
Por otro lado, Cristian Zamora, alcalde de Cuenca, aseguró que esta “impresionante convocatoria” da cuenta de la gran preocupación que tiene la ciudad por el páramo que está en riesgo hoy. “Hoy la ciudad ha dado un mensaje claro y contundente, no nos esperábamos esta multitudinaria marcha. Cuenca ha hablado claro y ha hablado contundente. Este proyecto, no se va a hacer, no puede hacerse”, dijo.
Además, se refirió al Gobierno, tras las últimas declaraciones presidenciales: “Creo que es positivo que el Gobierno haya abierto una puerta para escuchar a Cuenca. Si tenía una duda, que hoy no le quede duda alguna de lo que Cuenca busca y quiere. Estamos para demostrar cómo los estudios ambientales de la minera mintieron y llevaron al error al Ministerio. Tiene que revisarse la licencia ambiental, para proteger lo que es Cuenca. (…) Esta es una marcha histórica. Nunca Cuenca ha salido de esta forma para pronunciarse y decir las cosas que quiere”, expresó, entre gritos y la aclamación de los asistentes.
Así, Cuenca terminó la gran movilización que llevó a personas de diferentes sectores y ciudades a exigir la nulidad completa de las tres concesiones mineras que conforman el proyecto Loma Larga; pero también la declaratoria de toda el área de Quimsacocha como zona de recarga hídrica para garantizar la máxima protección del espacio.
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