La función permite compartir ubicación en tiempo real con contactos seleccionados. Expertos advierten sobre sus riesgos en un país como Ecuador.
POR: Juan Camilo Escobar
Instagram acaba de habilitar una función que convierte la red social en algo más que una galería de imágenes: ahora también puede mostrar, en tiempo real, dónde estás y con quién estás conectado. Se trata del nuevo ‘mapa de amigos’, una herramienta que permite a los usuarios compartir su ubicación en tiempo real con contactos seleccionados. En pocas palabras, es una especie de radar social permanente.
La función está activa desde el 30 de junio en Ecuador y muestra, no sólo dónde se encuentra el usuario, sino también desde dónde interactuó por última vez: qué foto le gustó, qué video miró o dónde comentó.
En papel suena bien: mayor conexión, mayor contexto, más cercanía. Pero, en un país con altos niveles de inseguridad, esta herramienta plantea una pregunta urgente: ¿conectar o exponerse?
Así, el mapa de amigos resulta una herramienta poderosa. Pero también una que abre nuevas puertas a la ingeniería social.
Geolocalización como interfaz social
La nueva función se integra directamente en la interfaz de mensajes directos de Instagram. El acceso es simple: se toca el ícono de mapa y el usuario elige quién ve su ubicación. Las opciones: todos sus seguidores, su lista de mejores amigos o una lista personalizada. También puede optar por no compartir nada.
Meta, la empresa detrás de Instagram, asegura que esta función busca “fortalecer las relaciones significativas”. Y quizás lo logre. Pero también introduce una capa adicional de vigilancia —voluntaria—, que en ciertos casos, puede transformarse en una amenaza.
Para José Rivera Costales, doctor en comunicación y director de la consultora digital Tikinauta, esta función no es exactamente nueva —Snapchat ya lo hizo hace años—, pero el contexto sí lo es. “Snapchat ya tenía este mapa de amigos. Instagram lo que está haciendo es integrar funciones de otras plataformas para no perder vigencia frente a TikTok”, explica Rivera.
El experto considera que el problema no es la herramienta en sí, sino el entorno en el que se lanza. Las estadísticas oficiales reflejan cómo las vulnerabilidades digitales ya están siendo explotadas de forma sistemática por redes delictivas: según datos oficiales de la Fiscalía, citados hace pocos días por Expreso, entre enero de 2022 y mayo de 2025 se registraron 20.602 denuncias relacionadas con ciberdelitos asociados a estafas mediante medios electrónicos.
“Vivimos en una situación de seguridad bastante compleja. Los delincuentes pueden estudiar nuestros perfiles sociales, usar la información para perfilar a una persona y luego hacer extorsiones, secuestros o fraudes. A veces, sin darnos cuenta, les entregamos todo lo que necesitan”, advierte Rivera.
El problema con el “consentimiento”
Meta insiste en que la ubicación sólo se comparte entre personas que han dado consentimiento mutuo. Pero esa lógica —como casi todas en el diseño de producto digital— asume o da por hecho una alfabetización digital previa, y eso no siempre existe.
“Sí, la función es consensuada. Pero muchos jóvenes no dimensionan lo que están entregando. Snapchat ya hacía esto hace cinco años, y se usaba sin ninguna preocupación”, recuerda Rivera.
“Hoy algunos han madurado, pero hay un grupo importante que no ha sido educado en seguridad digital. Y ahí es donde la herramienta se vuelve riesgosa”.
¿Y cómo se apaga?
¿Cómo apagarlo antes de que sea un problema? Instagram ofrece cierto control, pero no lo promueve activamente. Para desactivar el mapa de amigos, hay que:
- Entrar a los mensajes directos (DMs).
- Tocar el icono de mapa.
- Ir al menú de configuración (arriba a la derecha).
- Seleccionar ‘No compartir la ubicación’.
Además, el usuario puede limitar el tiempo de visibilidad: 3 horas, 24 horas o indefinidamente hasta que lo vuelva a activar.
¿Quién está en Instagram en Ecuador?
Actualmente, Instagram tiene más de 7 millones de usuarios activos en Ecuador. Sin embargo, sigue detrás de TikTok, que supera los 15 millones.
“Instagram ya no es una red de adolescentes. Su núcleo está entre los 28 y los 35 años. Algunos la usan para construir reputación digital, otros sólo para compartir con amigos. Pero todos están expuestos, si no entienden qué permisos están dando”, dice Rivera.
Más allá del mapa de amigos, Rivera plantea una visión más amplia: el Ecuador digital se está construyendo ahora. Y las decisiones tecnológicas que tomemos —a nivel personal y colectivo— definirán la seguridad, el acceso y el futuro de esta sociedad conectada.
“Ecuador es un país de oportunidades. Adoptamos rápido la tecnología, pero tenemos que usarla con criterio. Como decía en mi segmento en Ecuavisa: que la tecnología siempre sirva para cosas positivas, para construir ese lugar que queremos dejar a nuestros hijos y nietos”.
Una generación que conoce el valor de su privacidad
Ecuador Chequea conversó con tres estudiantes universitarios que pertenecen a la generación más conectada de la historia, pero también a una generación que comienza a mirar con distancia las promesas de “hiperconexión” sin límites.
“Detesto que la gente sepa dónde estoy”
Para Leao Mendoza, la función simplemente no tiene cabida en su vida digital: “Yo no uso eso, porque no me gusta que nadie sepa dónde estoy. Mis amigos comparten su ubicación en FindMy o lo que sea, pero yo no. Detesto que la gente sepa dónde estoy.”
Su desconfianza no es abstracta, sino contextual. Leao señala que, en Ecuador, el entorno de inseguridad convierte cualquier exposición en un riesgo potencial. “Si tienes redes públicas y compartes ubicación dentro de esto, podría ser peligroso, principalmente por el país en el que vivimos, donde realmente la seguridad es básicamente nula. Compartir tu ubicación te puede hacer el target de alguna organización, esquema, o lo que sea”.
A esto se suman otros riesgos más silenciosos, pero igual de invasivos: los acosadores. “Además, si eres alguien medio famosito, puede afectar stalkers y esas cosas. Por lo menos yo no estoy de acuerdo”.
“Hasta poner la ubicación en una historia puede ser riesgoso”
Vanesa Espíndola también ve con preocupación el uso de la geolocalización en tiempo real. Para ella, el entorno local no ofrece garantías para que este tipo de funciones sean seguras.
“Para personas que están en otro país tal vez no habría problema que pongan su ubicación, pero para personas que están aquí es demasiado peligroso. Lo digo por experiencia, por cómo está el país”.
La exposición digital puede parecer inofensiva —como subir una historia desde un restaurante—, pero ella no lo considera así: “Pienso que, hasta cuando uno sube un estado con alguna persona en un restaurante y pone la ubicación, es demasiado peligroso”.
Como medida de precaución, Vanesa aplica un desfase estratégico: “Si saliste a un restaurante, chévere, quieres poner la ubicación, ponla, pero el día siguiente, para que no es que te estén buscando las personas”.
Aunque reconoce que la función puede resultar atractiva para influencers, mantiene una postura crítica sobre su uso masivo: “Pienso que sí se debería regular y controlar. Igual con esta tendencia de influencers que exponen más su vida, es entendible que quieran algo nuevo en Instagram, pero se me hace muy peligroso”.
“Nunca han jugado limpio con nuestros datos”
La perspectiva de Rebecca Codjia se enfoca en los aspectos más estructurales del ecosistema digital. Su crítica apunta directamente a las plataformas tecnológicas y a la opacidad con la que manejan los datos de los usuarios.
“Sabemos quiénes son las empresas que están detrás y que nunca han jugado limpio en el manejo de datos. Nunca se te da un disclaimer de qué van a hacer con tu información o quiénes nomás tienen acceso a tu información”.
Rebecca no sólo cuestiona la función de geolocalización desde lo técnico, sino desde lo político: “Hubo casos donde aplicaciones registraban datos y los vendían al gobierno, como en las primeras elecciones de Trump”.
Y advierte sobre el posible uso de la ubicación con fines de vigilancia o criminalización: “Si estás yendo a una manifestación y te coge la Policía, o si vas a abortar y te cogen, porque no es legal, todo eso es muy delicado y está intrínseco con la política”.
Así, su conclusión es clara: “No estoy a favor de que baje la geolocalización en Instagram”.
En pocas palabras, los testimonios de Leao, Vanesa y Rebecca revelan algo más que rechazo a una función puntual: reflejan una conciencia creciente sobre lo que implica vivir en red. Saben que la tecnología no es neutral. Saben que los datos no se evaporan. Y saben, sobre todo, que compartir la ubicación en tiempo real —en un país donde “la seguridad es básicamente nula”, como dijo Leao—, puede tener consecuencias tangibles.
El mapa de amigos puede ser útil para algunos. Pero para una generación digital que ya ha aprendido a moverse con cautela, el verdadero poder está en decidir cuándo, cómo y con quién compartir su información. No porque tengan algo que ocultar, sino porque saben que proteger su privacidad es también proteger su seguridad.
ADVERTENCIA OFICIAL
Desde el ámbito institucional, las advertencias también se hacen escuchar. Consultado sobre esta nueva función, el teniente coronel William Santacruz, jefe del Departamento de Ciberinteligencia del Comando de Ciberdefensa de las Fuerzas Armadas, advirtió que el uso indiscriminado del mapa de amigos puede abrir puertas a amenazas reales.
“Exponer nuestra ubicación, no tener un criterio de privacidad sobre dónde nos encontramos o qué estamos haciendo, puede permitir que personas con ciertas capacidades nos identifiquen, nos perfilen y nos conviertan en un objetivo”, afirmó el oficial.
Entre los posibles delitos que podrían derivarse de este tipo de exposición, no sólo en esta sino en otras redes sociales y plataformas digitales, Santacruz mencionó la extorsión y el secuestro, riesgos especialmente sensibles en un país que enfrenta altos niveles de inseguridad.
Pero la advertencia no se limita a adultos. Santacruz hizo énfasis en el riesgo que enfrentan niños y adolescentes, quienes muchas veces navegan redes sociales sin control, sin filtros, y sin verificar con quién están interactuando. “Poder suplantar a una persona, un joven o un adolescente, en realidad es fácil. No existe una manera de control que permita verificar muchas veces la identidad al crear una cuenta. Los delincuentes suplantan identidades para interactuar, identificar y luego vulnerar”.
El experto fue claro en señalar que el eslabón más débil no es el dispositivo, sino el usuario: “Podemos tener un sinnúmero de sistemas para buscar seguridad, pero la parte más débil en la cadena sigue siendo el hombre”.
Datos oficiales dan cuenta de la magnitud del problema. Según cifras proporcionadas a Ecuador Chequea por el Comando de Ciberdefensa de las Fuerzas Armadas, entre junio de 2023 y mayo de 2025 la entidad ejecutó 4.497 operaciones con el propósito de defender la infraestructura estratégica de las Fuerzas Armadas y servicios esenciales del Estado. El desglose incluye:
- 1.495 ciberoperaciones de defensa activa, incluyendo neutralización de amenazas internas a infraestructuras críticas.
- 2.446 operaciones de ciberexploración, enfocadas en detección temprana de amenazas emergentes y anomalías en redes públicas.
- 356 respuestas de ciberexploración reactiva, desplegadas ante incidentes confirmados.
- 200 operaciones de ciberinteligencia, dirigidas a identificar nodos hostiles, infraestructura maliciosa y patrones de comportamiento asociados a Amenazas Persistentes Avanzadas.
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Instagram crece en Ecuador mientras Facebook retrocede:
Instagram registra un crecimiento sostenido en Ecuador y se posiciona como una de las plataformas clave del entorno digital, mientras que Facebook, de su misma empresa matriz, Meta, sufre una caída significativa de usuarios. Así lo revela el informe ‘Estado digital Ecuador parte 2: redes sociales”, publicado por la firma de análisis Mentinno, en abril de 2025.
Entre septiembre de 2024 y febrero de 2025, Instagram incrementó su base de usuarios mayores de 18 años en un 4,35%, pasando de 6,9 millones a 7,2 millones de cuentas. Este crecimiento neto de 300.000 usuarios contrasta con la pérdida de 1,8 millones de usuarios en Facebook, que en el mismo periodo descendió de 8,8 millones a 7 millones, una caída del 20,45%.
El reporte destaca que el entorno Meta (que incluye Facebook, Instagram, Messenger y Audience Network) aún concentra la mayor audiencia total combinada, con 15,5 millones de usuarios alcanzables con publicidad. Sin embargo, los datos sugieren una migración de audiencias hacia plataformas visuales más dinámicas y de menor carga informativa, como Instagram y TikTok.
Desde una perspectiva demográfica, Instagram es especialmente popular entre usuarios de 18 a 34 años, segmento que representa la mayor proporción del total de usuarios en las plataformas de Meta. Según los datos recopilados por Facebook Ads Manager hasta marzo de 2025, el rango etario de 25 a 34 años representa 4,6 millones de usuarios, mientras los de 18 a 24 años suman 4 millones.
Además del crecimiento en usuarios, Instagram mantiene una fuerte presencia geográfica en las provincias más pobladas. En conjunto, Guayas y Pichincha concentran la mayoría de las audiencias digitales del país, fenómeno que, de acuerdo con Mentinno, pone en evidencia la necesidad de políticas más amplias de inclusión digital territorial.
El crecimiento de Instagram se da en un entorno de transformación del ecosistema digital ecuatoriano. Según el informe, el país cuenta con 18,2 millones de internautas, de los cuales un 74 % participa activamente en redes sociales. La dinámica digital también muestra un creciente interés por experiencias personalizadas, contenido visual y el uso de inteligencia artificial para la interacción con marcas.
“Estamos dejando atrás la etapa de expansión de la conectividad para entrar en una nueva fase de valorización de la interacción digital. Plataformas como Instagram son el reflejo de un consumidor que exige contenido visual, rápido y personalizado”, afirma Juan Pablo Del Alcázar Ponce, director del estudio y gerente general de Mentinno.
El documento también advierte que, aunque Ecuador exhibe avances en penetración de plataformas digitales, aún mantiene un bajo nivel de madurez en adopción tecnológica: solo 20 puntos sobre 100 en el índice de preparación para la inteligencia artificial, según BCG.
El informe es parte del programa ‘Estado digital Ecuador’, una iniciativa anual de Mentinno que monitorea la evolución digital del país, enfocándose en comportamiento de usuarios, publicidad en línea, comercio electrónico y gobernanza digital.
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