Los plazos están corriendo. Pachakutik ya se anticipó en contra de la propuesta y el Presidente anuncia que usará toda la “presión democrática”. 

La Ley Orgánica para la Atracción de Inversiones llegó a la Asamblea en un momento en que ese poder del Estado atraviesa una aguda crisis política, merced a la cual el Ejecutivo no logra consolidar una mayoría que viabilice sus proyectos, con mayorías móviles y con bloques políticos profundamente divididos ante la gestión del Gobierno.  

A pesar de este panorama, el asambleísta de CREO Francisco Jiménez apuesta por el optimismo y confía en que las fuerzas políticas aprueben el proyecto, para que no se repita lo que pasó con la Ley tributaria, que entró en vigencia por el Ministerio de la Ley, debido a una Asamblea que no alcanzó los votos para aprobarla, ni para negarla.

“La anterior Ley (tributaria) nos dejó algunas enseñanzas de lo que se debe hacer y de lo que no se debe hacer. Este proyecto de Inversiones puede traer capital fresco al país, por lo que todos los que estamos en la Asamblea debemos hacer un esfuerzo por tratarla, por consensuar y por aprobar en lo que corresponda”, dijo el legislador oficialista.

Sin que se haya analizado aún a profundidad la propuesta de Ley, los primeros cuestionamientos ya se dan en la Asamblea y provienen de los dos sectores de Pachakutik. Dina Farinango y Mario Ruiz, de ese Movimiento, aseguraron que el proyecto busca privatizar los sectores estratégicos, por lo que se opondrán a la aprobación tal como lo ha enviado el Ejecutivo.

“No permitiremos que se privatice el agua, que es fundamental para nuestros pueblos y nacionalidades, que somos quienes cuidamos nuestros páramos”, dijo Farinango. 

El contenido 

Según el Gobierno, el proyecto busca atraer inversión para generar empleo de calidad. Eduardo Bonilla, secretario de Comunicación de la Presidencia, asegura que será el instrumento normativo para cumplir con la meta de generar dos millones de empleos en los cuatro años de mandato de Guillermo Lasso.

El proyecto de Ley plantea una nueva normativa para asociaciones público privadas; incentivar zonas francas y zonas especiales de desarrollo económico; reformar el mercado de valores y otros cuerpos legales que dificultan o desalientan la transformación digital y los mercados tecnológicos. Contiene 260 artículos, 16 disposiciones generales, 12 transitorias, una disposición derogatoria y una disposición final. 

Con relación a las alianzas público privadas establece el marco institucional para la participación del sector privado en proyectos públicos relacionados con los sectores estratégicos y servicios públicos.

Se entiende como sectores estratégicos la energía en todas sus formas, las telecomunicaciones, los recursos naturales no renovables, el transporte y la refinación de hidrocarburos, la biodiversidad y el patrimonio genético, el espectro radioeléctrico y el agua.

Con el articulado referente a la transformación digital se busca fortalecer el uso efectivo y eficiente de las plataformas, las tecnologías digitales, las redes y servicios digitales con el propósito de atraer inversiones en esa área. 

En cuanto a las zonas francas, el Gobierno busca establecer espacios delimitados dentro del país donde se podrán asentar empresas de servicios, industriales y de logística para realizar procesos productivos y de exportaciones. 

Comienza el debate

La asambleísta Wilma Andrade (ID) aseguró que el proyecto fue socializado previamente por el Gobierno y resaltó el establecimiento de zonas francas. Cree que, si se les da un buen marco normativo, son una buena alternativa para la generación de empleo.

“La experiencia del Ecuador en cuanto a zonas francas ha sido un fracaso. En un momento dado inclusive Yachay fue considerada zona franca, pero ¿qué beneficios le ha dado al país? Casi ninguno”, aseguró.

Para el analista económico Diego Olmedo las zonas francas son una motivación para las nuevas inversiones, ya que las condiciones que ofrece el Gobierno son inmejorables.

Por las características de las zonas francas, las empresas tendrán exoneraciones tributarias, como la del pago del Impuesto a la Renta durante los primeros 10 años. Para Olmedo, eso implica que el Estado dejará de recibir recursos, y representará una grave pérdida económica a cambio de la posibilidad de generación de empleo.     

El presidente de la República, Guillermo Lasso, confirmó que son empresas que estarán libres de impuestos, ya que el interés no es generar dinero para el Gobierno, sino recursos para las familias ecuatorianas a través de la generación de fuentes de trabajo.

Agregó que con las zonas francas grandes empresas se instalarán en Ecuador para de aquí exportar al mundo. Según Lasso, el proyecto generará 30.000 millones de dólares en inversión.  

El tratamiento 

El proyecto fue remitido por el Ejecutivo, con el carácter de urgente en materia económica, por lo que la Asamblea tiene 30 días para tramitarlo, plazo que empezó a correr desde ayer, cuando ingresó el documento a la Legislatura.

Tras un informe de la Unidad Técnica, el proyecto debe ser calificado por el Consejo de Administración Legislativa (CAL) y remitido a una de las comisiones especializadas. Son dos las que abordan esos temas: la de Régimen Económico y la de Desarrollo Económico. 

La Comisión que tramite el proyecto tendrá 10 días para presentar sus informes para primer debate con las observaciones que juzguen necesarias introducir. 

Si el proyecto es aprobado en los plazos establecidos por la Ley, se remitirá el proyecto al Ejecutivo para que lo sancione o lo vete. 

Lasso espera que la Asamblea no niegue el proyecto de Ley y repitió una vieja fórmula suya: que eso sería darle la espalda a 7 de cada 10 ecuatorianos que no tienen empleo.

“Vamos a poner toda la presión democrática para que la Ley sea aprobada”, dijo. Aseguró que la pelea entre políticos no aporta en nada y le reprochó a la Asamblea que no haya dado trámite a otros proyectos de Ley que ha presentado.

“Parece que las urgencias que ustedes tienen en la vida no son las urgencias que tienen los políticos en la Asamblea”, le dijo a un grupo de obreros durante un conversatorio. 

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