En los tres primeros trimestres de 2024, las remesas sumaron 4.753,3 millones, mientras que la inversión extranjera directa apenas 217,4 millones. El tema retoma vigencia ante la arremetida antiinmigrante del gobierno de Trump. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias?
POR: Juan Camilo Escobar
Nadie en América Latina duda del impacto social y económico que los países de la región comienzan a enfrentar debido a las nuevas deportaciones masivas ordenadas por la segunda administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Tras dos semanas de vuelos adicionales de deportación, incluidos traslados de migrantes esposados en aviones militares, los países latinoamericanos con alta migración hacia Estados Unidos evalúan la magnitud del impacto en sus economías y empiezan a improvisar medidas para las consecuencias de este retorno forzado.
En el caso de Ecuador, dos especialistas consultados coincidieron en que uno de los efectos inmediatos será la reducción en el flujo de remesas enviadas por migrantes a sus familias. Sin embargo, advirtieron que aún es temprano para determinar si la caída en esos envíos podría afectar la economía ecuatoriana, que en las últimas décadas se ha sostenido, en gran medida, gracias a las remesas.
Antes de abordar las repercusiones económicas de la política antiinmigrante de Estados Unidos, Antonio Arízaga, presidente del Frente Unido de Migrantes Ecuatorianos, destacó que el principal impacto sigue siendo humano. Arízaga señaló que las deportaciones masivas recientes han generado un ambiente de creciente temor entre los migrantes ecuatorianos en varios estados de EE.UU.
«Las deportaciones adicionales a las que ya se venían realizando han intensificado el miedo entre los migrantes. Muchas personas ya no envían a sus hijos a la escuela y prefieren no ir a sus trabajos por temor a ser detenidos», dijo Arízaga. Esta situación está afectando directamente a varios sectores de la economía estadounidense, como la agricultura, lo que está provocando escasez y aumento de precios en productos agrícolas. Además, la parálisis laboral afecta áreas claves, como la construcción, la hostelería y la manufactura, lo que genera una desaceleración económica. Según Arízaga, esta situación también está reduciendo los ingresos de los migrantes ecuatorianos, lo que implica una disminución de las remesas enviadas al país.
Asimismo, resaltó la importancia de las remesas para la economía de Ecuador, describiéndolas como una inyección esencial de dinero en un país con una economía debilitada y pocas políticas públicas efectivas. Arízaga advirtió que la pérdida de estos ingresos, producto de las deportaciones, podría profundizar la pobreza y agravar los problemas de desempleo e inseguridad en Ecuador.
“Hay que recordar que los migrantes salvamos la economía de nuestra patria en el feriado bancario, la pandemia y ahora en la crisis que vive el país”, declaró.
El director de la organización 1-800 Migrante, William Murillo, señaló que aún es prematuro evaluar el impacto de las deportaciones en las remesas a nivel macroeconómico. “Aunque estimamos que, de haberlo, no superaría entre un 3% y 5% en términos generales”, explicó.
Murillo recordó que existen 31.000 ecuatorianos con órdenes de deportación y, en ese contexto, consideró que el flujo de remesas podría verse afectado. “Si tomamos en cuenta que se proyectan alrededor de 6.000 millones de dólares en remesas para 2025 (en 2023 fueron 5.447,5 millones), con 31.000 personas menos, sí caerá un poco, si es que cae. “A nivel macro sí sentiríamos impacto si nos ponen tarifas a Ecuador antes que las remesas”, indicó.
De acuerdo con estadísticas que manejan varias organizaciones de migrantes ecuatorianos en Estados Unidos, hay al menos 1’200.000 connacionales en situación irregular en Estados Unidos. “No creo que vayan a deportar a todos. Y no todos los que están en la lista de los 31.000 deportables envían dinero o no envían el mismo monto. Por tanto, el impacto no superaría del 3% al 5%”, insistió.
Según datos de la Cancillería, en 2023 fueron expulsados 18.449 ecuatorianos y en 2024 la cifra alcanzó los 13.589. “Los vuelos de deportación enviados por el Gobierno de Estados Unidos se han realizado desde el 2005, con un incremento en su frecuencia durante los últimos años, alcanzando dos o tres vuelos semanales que arriban a Guayaquil”, informó la Cancillería la semana pasada, tras el arribo de vuelos adicionales ordenados por el Gobierno de Trump.
IMPACTO ECONÓMICO
Los expertos también señalaron que las remesas representan uno de los pilares más sensibles y determinantes de la economía ecuatoriana, dado su volumen y relevancia, muy por encima de los montos de inversión extranjera directa.
Las cifras oficiales respaldan este análisis. Según informes estadísticos del Banco Central, en los tres primeros trimestres de 2024, las remesas sumaron 4.753,3 millones de dólares, mientras que la inversión extranjera directa alcanzó apenas 217,4 millones de dólares, lo que representa apenas el 4,6% del volumen de las remesas.
Este dato es crucial: la economía ecuatoriana recibe casi 22 veces más dinero de sus migrantes que de inversionistas extranjeros. En cualquier caso, esta comparación también revela una debilidad estructural en el modelo económico del país, donde la captación de inversión foránea es mínima frente a la dependencia de los ingresos enviados por ecuatorianos en el exterior.
Así, las remesas enviadas por ecuatorianos en el extranjero continuaron en ascenso y alcanzaron un nuevo récord en el tercer trimestre de 2024, con un total de 1.748,5 millones de dólares. Esta cifra representa un crecimiento del 8,5% en comparación con el segundo trimestre de ese mismo año (1.611,1 millones de dólares) y un aumento del 24,4% respecto al mismo período de 2023 (1.405,9 millones de dólares), según los datos oficiales.
El volumen de transacciones también registró un alza significativa, con 5’406.085 operaciones, un 4,3% más que en el trimestre anterior (5’182.926) y un 23,4% por encima del tercer trimestre de 2023 (4’382.352). El valor promedio por giro se situó en 323,4 dólares, un incremento del 4% respecto al trimestre previo.
ESTADOS UNIDOS, A LA CABEZA DE LAS REMESAS
Estados Unidos y España concentran casi el 90% de las remesas. Los envíos desde Estados Unidos representaron el 74,5% del total en el tercer trimestre de 2024, con 1.302,2 millones de dólares. Este flujo registró un incremento del 10,6% respecto al segundo trimestre de 2024 (1.177,8 millones de dólares) y un crecimiento del 30,1% en comparación con el mismo período del año anterior (1.000,6 millones de dólares).
España se consolidó como el segundo mayor emisor de remesas hacia Ecuador, con 266,2 millones de dólares, lo que equivale al 15,2% del total recibido. En comparación con el segundo trimestre de 2024, el flujo creció un 0,9%, mientras que el aumento interanual fue del 16% (229,5 millones de dólares en el tercer trimestre de 2023).
En conjunto, ambos países canalizaron el 89,7% de las remesas enviadas a Ecuador, lo que refuerza su papel como principales fuentes de estos recursos.
Frente a estas cifras, Murillo sostuvo: “Hemos insistido en que los migrantes representan una fuerza económica que no ha sido reconocida como tal, y que tienen un enorme potencial como herramienta de crecimiento. Las autoridades no lo ven de esa manera; sólo perciben 6.000 millones de dólares en remesas como dinero caído del cielo, sin intereses que pagar, que ayuda a la liquidez. Durante el tiempo en que el país estuvo paralizado por los apagones, el dinero que sostuvo la economía no provino de la inversión extranjera, sino de las remesas”.
Murillo también criticó la estrategia estatal ante un posible retorno masivo de ecuatorianos. “El Gobierno se está preparando para una gran oleada de retorno cuando, en realidad, debería enfocarse en evitar que más ciudadanos emigren, porque Ecuador no ofrece las condiciones necesarias”, afirmó. “Con un alto nivel de desempleo, quienes regresan quedan a la deriva, sin apoyo para su sustento, como ocurrió con el Plan Retorno del Gobierno de Rafael Correa. En ese programa, más de 97.000 ecuatorianos volvieron al país con ilusión, pero sólo 600 recibieron asistencia. Miles de ellos terminaron regresando a Estados Unidos. Hoy, es posible que ya no vuelvan, sino que opten por España u otros países de América Latina”.
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