El pasado 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia a la COVID-19. Cinco días después, el 16, el Gobierno de Lenín Moreno anunció el estado de excepción con la firma del Decreto Ejecutivo 1017. A escala mundial, la cuarentena ha provocado que las redes sociales y el Internet sean el refugio de una parte de la población. Esto también determina el brote de infodemia: difusión masiva de contenidos falsos.
El tratamiento del nuevo coronavirus con remedios caseros es uno de los temas más frecuentes y virales. Las listas de consejos se comparten en los grupos de WhatsApp y generan dudas entre la población. Entre las más frecuentes están: “las gárgaras con agua y sal matan el virus”, “las infusiones de eucalipto son el remedio”, “con ponerse mentol en la nariz basta”. Además, resultan peligrosas porque generan una sensación de seguridad falsa, instan a no quedarse en casa y con ello ponen en riesgo la vida.
Los remedios caseros pueden tener efecto en resfriados u otras afecciones respiratorias menores, pero no curan las infecciones que provoca la COVID-19. Lo que se sabe del comportamiento de esta enfermedad aún es poco. La OMS insiste en que hasta abril de 2020 no existe una cura o vacuna, ni siquiera un tratamiento avalado en contra del nuevo coronavirus: todo está en fase de prueba.
En Ecuador, la enfermedad -dependiendo de su gravedad- se trata con una variedad de antimaláricos (medicamentos para prevenir o curar la malaria, como la cloroquina y la hidroxicloroquina), antibióticos, anticuerpos monoclonales, antivirales y, finalmente, una inyección de suero para quienes están por recibir el alta. Sin embargo, este protocolo se revisa constantemente en función de las nuevas evidencias científicas encontradas.
Según la OMS una cura probada aún tardará un año en realizar, mientras, no le pedimos que no tome medicina natural, sino que ponga en práctica la única medida probada para reducir el contagio: el aislamiento social. A continuación una visualización sobre los consejos más viralizados que “curan la COVID-19” y no lo hacen: