El replicar o revivir desinformación que ya se ha viralizado en redes puede ser una estrategia común para dar credibilidad o fuerza a la desinformación. ¿Qué hacer para no caer en la trampa?
Una fotografía borrosa muestra el rostro de la fiscal, Diana Salazar, en medio de una sala detrás del nombre: “Ecuador”. La imagen rectangular está bordeada por fondos negros en los que se lee un texto que, en grande, anuncia: “ONU declara a Diana Salazar como la mejor fiscal del mundo”.
Esta publicación, hecha video, circuló con fuerza en los últimos días en redes sociales como X (antes Twitter), aprovechando la coyuntura del caso ‘Metástasis’ y su avance, en el que la fiscal ha tenido un papel relevante.
La imagen y esta desinformación, sin embargo, no son nuevas. En junio del 2021, la misma composición se viralizó en redes sociales como Facebook, cuando diferentes páginas compartieron el supuesto reconocimiento a la Fiscal.
En ese entonces, Ecuador Chequea realizó una verificación en la que se corroboró que la información difundida era falsa. En primer lugar, el análisis arrojó que la fotografía de Salazar que se usa en la publicación corresponde a su intervención en la Asamblea General de la ONU, el 24 de julio del 2019. Además, el coordinador residente de las Naciones Unidas en Ecuador, Arnaud Peral, ratificó que ese organismo no otorga galardones ni reconocimiento alguno a funcionarios, a manera de mejores del mundo. Esta verificación, sin embargo, no impidió que la desinformación vuelva a viralizarse en estos tiempos, tomando en cuenta la coyuntura y el papel de la Fiscalía en la política nacional.
Pero esto no sólo ocurre con este tipo de publicaciones. En redes sociales, en los últimos meses, también se han viralización clips de video sacados de contexto de entrevistas de Daniel Noboa durante la campaña, en las que habla sobre el aumento de impuestos o cambios en el IESS, intentando posicionar estas opiniones en el contexto actual en el que el entonces candidato ya llegó a Carondelet. Esta misma estrategia se repite con publicaciones de desinformación recicladas acerca de la deuda de Bananera Noboa con el Servicio de Rentas Internas, por ejemplo.
De este modo, se puede detectar que esta se ha convertido en una estrategia para difundir desinformación en redes sociales, con las que los desinformadores buscan posicionar ideas, generalmente políticas, que ya se han discutido previamente.
Reciclar desinformación
Para Rodrigo Jordán, experto en comunicación e investigador sobre temas de desinformación, esta estrategia se hace común en espacios como las redes sociales, pues esto le brinda un aspecto de “atemporalidad” a la información.
“En redes sociales las publicaciones circulan sin necesidad de que exista una temporalidad o coyuntura. Esto quiere decir que pueden volver a viralizarse publicaciones que estaban ya posteadas, sea porque hay personas que las comparten o las vuelven a subir a sus propias páginas o porque vuelven a cobrar relevancia”, dice.
El experto detalla que, además, esto puede ser dañino en temas de desinformación, porque los temas que surgen no pierden vigencia y, en general, se enfocan en política. “Entonces, el ataque a los políticos llega en diferentes coyunturas, por lo que pueden volver a cobrar fuerza”.
Asimismo, esta estrategia puede ser utilizada por desinformadores porque la viralización de contenidos previamente, en otros contextos, puede ser un indicio de que la misma desinformación puede volver a surgir y “puede volver a pegar”.
Según Chequeado, medio de comunicación especializado en fact checking, entre las estrategias de la desinformación también está el uso de información descontextualizada de forma atemporal para poder traer conversaciones pasadas al discurso público actual. De este modo, las personas pueden caer en declaraciones antiguas haciéndolas pasar como actuales.
Afectación a la opinión pública
Este tipo de desinformación, como otras que se generan en estos espacios, según Jordan, puede llegar a ser muy dañino para la opinión pública. Esto, más aún, tomando en cuenta que la mayor parte de desinformación que circula en estos espacios es de tinte político.
“Actualmente, las campañas políticas tienen como parte de sus paquetes la generación de desinformación, aunque no se quiera hablar de esto. Por esto, es cada vez más fuerte este tipo de estrategias que terminan afectando la imagen de personas y a la opinión pública sobre personas”, dice.
Para él, esto puede llegar a ser muy dañino también para los sistemas democráticos, pues se deja de tener confianza en autoridades e instituciones de todo tipo.
Asimismo, el experto explica que es muy importante que las personas que consumen este tipo de información en redes sociales estén alertas ante posibles posts que generen emociones fuertes al leerlos o consumirlos, puesto que esta es la principal estrategia que utilizan los desinformadores.
“La desinformación tiende a generar emociones como el odio, la ira, la tristeza o intriga en las personas para que lo que se consuma sea más fácil de creer o pueda generar pasiones en las personas. Por eso, cuando uno lee o ve algo así se debe procurar buscar la información en otras fuentes”, dice.
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