
Rocío Carpio
Opinión
Radio Gaviota de Machala fue la primera en dar la primicia. Rafael Correa volvería al Ecuador ayer 4 de enero, aunque posteriormente se aclaró que lo haría la madrugada de hoy. La información se difundió a través de varios medios y redes sociales, aunque fue recibida con poca sorpresa y prácticamente eclipsada por la noticia del cese de funciones de Jorge Glas como vicepresidente. No obstante, dentro de la narrativa de batalla que se ha construido, su presencia mediática como uno de los actores de la campaña por la Consulta es ineludible.
Aunque entre el 2 y 3 de enero la mayoría de diarios publicaba una nota sobre tal suceso, de cinco diarios consultados ayer, 4 de enero, sólo uno publicaba una actualización. Se trata de El Comercio, que en su titular aclaraba la fecha correcta de arribo del exmandatario. Esta nota da detalles sobre la llegada de Correa al Ecuador y las actividades que realizará. No obstante, no se ubicó entre los destacados del día y más bien se desplegó en su website como una noticia secundaria, lo cual denota una intención de mermar interés.
Los medios que se revisaron fueron El Universo, El Comercio, Expreso, La República y El Telégrafo y resulta interesante hacer un ejercicio de cómo trataron tal noticia cada uno de ellos. Empecemos por los titulares; todos, salvo La República y Expreso, los redactan mencionando que Correa regresará para hacer campaña por el No, aunque este último lo menciona en el subtítulo. Esto ubica directamente al personaje mediático Correa como antagonista de la campaña por la Consulta y lo hace de forma que el titular sea suficiente para transmitir el mensaje.
No obstante, al leer el contenido se despliegan otros bemoles. Resulta que, según declaraciones más detalladas, el expresidente impulsará el No para tres preguntas: reelección indefinida, reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y derogación de la Ley de Plusvalía. Quien lea solo los titulares sobreentenderá que es un “siete veces No”, aunque no se aclara si ese No es solamente para las tres preguntas o simplemente les pone énfasis, pues se citan también partes en que el antecesor de Lenín Moreno declara a la Consulta como inconstitucional. Por otro lado, La República comete una errata (¿o error de contenido?) al mencionar como parte de esas tres preguntas a la del tema minería y deja de lado a la de la plusvalía. Cabe aclarar que dicha nota procede de la agencia de noticias EFE.
En todas las publicaciones la fuente principal son las declaraciones de Correa en Radio Gaviota, aunque varios citan también declaraciones de su cuenta de Twitter y, en el caso de La República y El Comercio, a Virgilio Hernández y al excanciller Ricardo Patiño, por ahora, el mayor vocero de la campaña por el No y quien más espacio en los medios. Ello demuestra una despreocupación por las fuentes, pues no hay contrastación y básicamente son citas de los dichos del exmandatario. Dichos que han sido seleccionados para dar énfasis a tal o cual idea. Por ejemplo, en su artículo del 2 de enero, Expreso resalta por sobre los contenidos relativos a la Consulta las declaraciones sobre la traición, y menciona que Correa se declara opositor de Moreno, algo que no se leyó en ninguna otra de las notas analizadas.
Y aunque la imagen utilizada en este diario muestra a un Correa tarimero, cantando y aparentemente feliz, el hecho de usar una camisa verde de AP, iconográficamente envía un mensaje similar al del texto que la acompaña: el expresidente regresa para pelear lo que cree que le pertenece. La pugna interna de AP es lo que sale a flote.
Diario El Telégrafo, por su parte, parecería acogerse a una cierta sobriedad y corrección política en su publicación del 3 de enero, no obstante, un simple análisis de la imagen que acompaña el texto, revela una carga discursiva: la foto escogida luce tonos fríos (azulados), Correa está solo con un micrófono y su gesto es desolador. Una imagen que invita a pensar en declive, pérdida de fuerza. El texto, por su parte, se centra casi exclusivamente en las preguntas que promoverá el expresidente para el voto negativo y recoge un matiz apegado quizás a la corrección política que persigue: «Denunció además que existe un blindaje mediático» y “un solo discurso” promovido por las cámaras de producción, partidocracia, medios, bancos y el Gobierno para impulsar el Sí en las 7 preguntas.
Diario El Universo recogió similares declaraciones, pese a ser uno de los que menos espacio le ha dado al regreso del exmandatario. La nota publicada es bastante escueta y nuevamente invita a ponerle atención a la foto que la acompaña: un Correa algo molesto, con un gesto duro, que lo ubica como ese personaje incómodo que aunque no se quiera, está inmerso en la trama. Casi un “no podemos deshacernos de él”.
El caso de La República es una especie de minimización de su imagen. Mientras los demás escogieron una foto de un primer plano de Correa, dicho diario puso un plano general del arribo al país del expresidente, el pasado 25 de noviembre. Esto, sumado al sucinto titular “Correa confirma retorno a Ecuador”, deja entrever una intención de limitar su protagonismo y acortar su figura.
La conclusión de este breve análisis es evidente, Correa resulta una figura conflictiva mediáticamente hablando: por un lado hay un recelo en otorgarle protagonismo, y por otro, es inevitable y necesaria su presencia antagónica en todo el proceso de la campaña por la Consulta. Solo resta ver si en los próximos días su presencia mediática cobra fuerza o se extingue.



