Esta fecha conmemora el levantamiento Lgbtiq+ organizado en 1969 en Nueva York. Hoy, 54 años después, la lucha por los derechos de la comunidad sigue viva y cobra cada vez más fuerza. Ecuador aún está lejos de la igualdad.
Sarah Flores tiene 45 años, aunque vivió gran parte de su vida ‘oculta’. Su niñez y su adolescencia las vivió en otro cuerpo, uno que no era el suyo. Salió “a la luz” cuando estaba en la universidad, aunque aún después de eso, tuvo que camuflarse por miedo a ser discriminada o violentada.
Sarah es una mujer trans, quien tuvo que migrar para completar con seguridad su proceso de transición cuando era joven. Toda su vida, explica, ha tenido que luchar por sus derechos. Al hablar sobre este proceso, una anécdota viene a su mente, de cuando tuvo que dar charlas y concientizar al conjunto habitacional donde vive para evitar la discriminación y la difusión de ideas y conceptos desacertados.
“Cuando yo llegué de nuevo al país, hace ya algunos años, fui a vivir con mi mamá. Ella había dicho a las personas que vendría su hija y ellos imaginaron ver una mujer cisgénero. Cuando empecé a vivir allí fue un problema muy fuerte y fue duro para la gente. Incluso llegó a haber comentarios sobre pedofilia o de ‘cuidado con los niños’. Fue muy duro, pero yo tuve que responder a eso también. Di charlas al conjunto y generé espacios de inclusión. Hoy soy la presidenta del conjunto”, dice.
Esta experiencia le llevó a reafirmar que “la gente cuando convive con la diversidad, aprende también a respetar, convivir y hablar”. Ella, quien hoy es activista por los derechos de la comunidad trans y una de las cabezas de la Plataforma Acción Lbtiq+ en Ecuador, es una de las personas que ha encaminado y organizado actividades para conmemorar y visibilizar su lucha en fechas como el día internacional del Orgullo Lgbtiq+ (que abarca lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersesxuales, queer y otras diversidades sexogenéricas) o el mes del orgullo en el país. A ella, se suman organizaciones y miles de activistas que, en estas fechas, buscan voltear la vista de las autoridades y de la sociedad para recordar que la lucha sigue.
Detrás de la historia
Todo comenzó el 28 de junio de 1969 en Nueva York, Estados Unidos. Entonces, en gran parte de los estados de EE.UU, la homosexualidad era incluso ilegal y la dicriminación se vivía a flor de piel. En este escenario, el acceso a espacios de esparcimiento era limitado para miembros de la comunidad Lgbtiq+ y los locales que les abrían las puertas eran sistemáticamente perseguidos por el Gobierno y la Policía. Sin embargo, el bar Stonewall Inn, de Nueva York, se posicionaba como un espacio de encuentro y libertad para miembros de la comunidad.
El 24 de junio de 1969, una redada policial en este espacio empezó a causar malestar entre los clientes y asistentes del Stonewall Inn. El 28 de junio del mismo año, el departamento de lucha contra el vicio de la policía de Nueva York realizó una nueva redada en el bar. Quienes se encontraban en el lugar se resistieron a entregar sus documentos y a ser frecuentemente perseguidos por la Policía, en complicidad con el Gobierno.
Frente a esta persecución Marsha Johnson, una mujer trans, afro y bisexual, se enfrentó a los agentes policiales. Esta acción desencadenó la molestia de los asistentes, quienes organizaron una primera revuelta que duró varios días. A estas manifestaciones se las conoce como ‘los disturbios de Stonewall’. Los días siguientes, personas Lgbtiq+ empezaron a salir a las calles para exigir que se cumplan sus derechos, convirtiéndo a esta fecha en un hito histórico para la comunidad.
Fue un año después, el 28 de junio de 1970, cuando en Nueva York, se realizó la primera marcha de la comunidad Lgbtiq+. Su principal promotora, la activista bisexual Brenda Howard, fue bautizada tiempo después como la ‘madre del orgullo’. Esto, debido a que en la movilización organizada en 1970, fue la precursora de la conmemoración que hoy se conoce como Día del Orgullo Lbtiq+ o mes del Orgullo.
A partir de esta celebración, en 1978, nació también la bandera del movimiento. Esta fue creada con un ‘guiño’ a las franjas de la bandera estadounidense, pero usando los colores del arcoiris para reflejar la diversidad de quienes conforman la comunidad Lgbtiq+.
Efraín Soria, coordinador de Fundación Equidad en Ecuador -institución enfocada en la lucha de los derechos de la comunidad Lgbtiq+-, explica que si bien lo ocurrido en Stonewall fue el punto de quiebre en Estados Unidos, la lucha ya llevaba varios años en el país.
“Esto tiene una historia mucho antes. Después de la Segunda Guerra Mundial, después de que la comunidad también fue perseguida bajo la clasificación del famoso triángulo rosa, en la época del nazismo; en 1945 nace la primera organización Lgbtiq+ que existe hasta ahora en Países Bajos. Esto da comienzo al proceso de liberación de la comunidad”, explica.
En Ecuador, según el Consejo Nacional para la Igualdad de Género, la primera marcha del Orgullo Lgbtiq+ se realizó en 2001. Esto, a penas cuatro años después de que el Tribunal Constitucional declaró la inconstitucionalidad del inciso que tipificaba la homosexualidad en el Código Orgánico Integral Penal – el 25 de noviembre de 1997.
La lucha sigue
Han pasado 53 años desde la primera celebración del Orgullo Lgbtiq+ en el mundo y 22 años desde su llegada a Ecuador. En este tiempo, la lucha de la comunidad ha tenido avances como el reconocimiento de la discriminación por la orientación sexual como un acto ilegal en la Constitución de 1998. Entre estos también constan:
- En 2008, la Constitución reconoce el derecho a la no discriminación por identidad de género.
- El Código Orgánico Integral Penal penaliza los actos de discriminación y odio que se cometan a través de violencia física o psicológica contra personas por su identidad de género y su orientación sexual.
- En junio del 2015, se conformó la Comisión de Casos de Muertes Violentas a personas LGBTI.
- En febrero del 2016, se construyó una propuesta de política pública integral para personas LGBTI, que se organiza en torno a ocho ejes de derechos: educación, salud, trabajo, seguridad social, seguridad, justicia, igualdad y vivienda.
- El 12 de junio de 2019, se reconoce el matrimonio civil igualitario mediante una sentencia constitucional.
A pesar de esto, la lucha continúa. Efraín Soria explica que lo alcanzado hay que celebrarlo; sin embargo, estos logros también permiten avanzar a otras formas de igualdad y de lucha por los derechos que quedan en el aire. Él explica que, por ejemplo, en lo que va del año se han reportado al menos 12 asesinatos de mujeres trans en el país.
Con esto concuerda Flores. Ella relata que la comunidad trans es una de las más vulneradas en el país. “La expectativa de vida de una mujer trans en la región ronda los 35 o 40 años, esto nos muestra las malas condiciones de vida que aún tenemos. Además, en el ámbito legal, todavía no se tipifican crímenes como los transfemicidios, que son pan de cada día en el país”, detalla.
Danilo Manzano, director de la organización Diálogo Diverso, también se mantiene firme frente a los nuevos retos y metas de la comunidad. Para él, si bien en el país se puede decir que existe igualdad en el papel, la “igualdad material aún está muy lejos”.
“Tenemos el matrimonio civil igualitario, una Constitución vanguardista y amplia, pero al momento de ver la aplicación y el acceso esto no se cumple. Temas como el acceso a oportunidades de empleo para la población trans, acceso a un sistema de salud especializado, no se habla de niñez trans, las personas Lgbtiq+ siguen siendo discriminados en espacios públicos, se discrimina la visibilidad Lgbtiq+, la participación política es escasa, existen clínicas de deshomesexualización”, dice Manzano -respira para continuar con la lista-. “Es verdad que vivir en el Ecuador no es como vivir en países que tiene pena de muerte para homosexuales, pero tampoco estamos en el paraíso”.
Él destaca la conmemoración del mes del Orgullo como una forma de visibilizar no sóo a la comunidad, sino también sus luchas y los temas pendientes en el ámbito de derechos. “Hay que también darle al Estado la responsabilidad que tiene en esta problemática. No hay políticas públicas que permitan reeducar a la ciudadanía, no tenemos ni una sola estrategia. Si el cambio no nace desde la sociedad, es responsabilidad del Estado generar políticas necesarias, con estrategias y recursos, para garantizar el cuidado de los derechos de los ciudadanos y de la comunidad Lgbtiq+”, recalca.
Los tres denuncian que la falta de datos sigue siendo una limitante para generar política pública en el país. “La última data que tenemos es de 2013”. .
Discriminación
Según un estudio impulsado por la Secretaría de Inclusión de Quito, 6 de cada 10 personas Lgbtiq+ han sido víctimas de algún tipo de violencia, acoso o maltrato en la ciudad. De este grupo, la mayoría reportó haber sido víctima de agresiones verbales y acoso.
Para activistas como Soria, Manzano y Flores; es por esta violencia por la que también la lucha debe seguir. “Es necesario que lo legal también llegue a la práctica”, dice Soria.
La sociólogoa especializada en derechos humanos, Verónica Moya explica que la violencia puede tener varias aristas. Una de ellas y la más normalizada es la violencia o discriminación simbólica. Esta, conlleva actitudes del día a día como “mirar a una persona trans de pies a cabeza al conocerla”, recalca Flores. “O pensar que una mujer trans sí o sí debe dedicarse al trabajo sexual”.
Para Moya, si bien los cambios en pro de los derechos empiezan con la Ley, estos deben ser tratados de forma integral a través de políticas públicas y recursos económicos para cambiar los discursos sociales normativos que refuerzan la discriminación. La experta explica que estas acciones de discriminación que parecen pasivas vienen de esquemas heteronormativos y culturales, que se deben renovar desde los entornos más privados, en la familia hasta en la educación primaria y secundaria.
Para Flores, todo lo antes mencionado hace que la población sexodiversa se mantenga “encerrada” por miedo a la discriminación. Por esto, para ella, la lucha también continúa.
Si bien el camino a la inclusión es largo, fechas como el Orgullo Lgbtiq+ permiten a la población regresar a ver lo alcanzado por la comunidad, pero también visibiliza lo que falta por lograr en pro de garantizar los derechos para todos.
Estas son las actividades que se realizarán estos días en el marco del mes del Orgullo:
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