POR: Juan Camilo Escobar
Otavalo continúo hoy, como el epicentro de cinco días consecutivos de protestas con bloqueos en las principales vías de Imbabura, en el marco del paro nacional convocado por las organizaciones indígenas en contra del fin del subsidio al gas.
Así, al mediodía del miércoles, ni las FF.AA. ni la Policía pudieron realizar un segundo operativo conjunto como el de la noche anterior y madrugada, tras enfrentarse a los manifestantes y despejar de obstáculos la vía con maquinaria pesada, para trasladar por esas vías al presidente, Daniel Noboa, hacia Otavalo, pero esta vez de retorno.
Como se recuerda, Noboa llegó a Otavalo para entregar bonos en su intento de desactivar el paro, tras dos días de que el Comando Policial de la ciudad fuera atacado violentamente por una muchedumbre, que ocasionó destrozos en su edificio, e incendios en vehículos y motos estacionados en su patio.
El mensaje quedó claro tras el despegue del helicóptero militar con el que Noboa abandonó la ciudad: la fuerza pública aún no puede controlar la situación de bloqueos viales en gran parte de Imbabura, en contraste con Cotopaxi, en donde sí neutralizó las protestas de las organizaciones indígenas, e incluso logró que una gran cantidad de buses de provincias con simpatizantes progobierno ingresaran a Latacunga para una contramarcha de respaldo a Noboa.
Esto, en contraste con los anuncios del Ministerio de Defensa de que ha movilizado más de 1.500 militares de diferentes destacamentos provinciales para desbloquear las vías, en medio de enfrentamientos con los manifestantes e intentos de ingresar a las comunidades para desactivar sus movilizaciones.
Por ahora, pasado el mediodía, el sistema de ECU-911 confirmaba que las protestas ocasionaban bloqueos, con montículos de piedras y tierra, en un total de siete puntos de la Panamericana, entre Pichincha e Imbabura.
Cinco de estos bloqueos se mantenían en Imbabura, entre Otavalo, Cotacachi, Salinas y El Juncal; y, dos en Pichincha, entre Pedro Moncayo y Cayambe.
Frente a esta situación, los gremios de distribuidores de gasolina y diésel lamentaron, al igual que ayer, un “desabastecimiento crítico” del combustible.
¿Cómo se explica que Imbabura, y particularmente Otavalo, se hayan convertido en el epicentro de estas protestas?
Simón Pachano, politólogo y docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, considera que la movilización que se ha observado en el marco del presente paro no corresponde en su totalidad a una respuesta directa a la convocatoria de las organizaciones indígenas y de sus principales dirigentes, sino que es una suma de diferentes actores, sobre todo urbanos, con diferentes expresiones de rechazo al Gobierno y de exigencias de empleo y de que mejore la situación económica.
Lo dijo luego de recordar que en las anteriores movilizaciones la convocatoria del movimiento indígena no fue representativa. “No necesariamente todos los que participan en estas movilizaciones en Imbabura son indígenas sino más bien grupos urbanos o migrantes internos recientes. Y, como fue, más o menos, el paro de octubre de 2019 en Quito, no fueron propiamente los indígenas los que provocaron todos los desmanes sino gente que vivía en la ciudad”, indicó.
Para Koya Shugulí, también politóloga y doctora en gestión de política pública, a diferencia de anteriores movilizaciones, en esta ocasión el hecho de que la sede de la vicepresidencia de la Conaie se encuentre, desde junio anterior en Imbabura, ha permitido que su actual convocatoria tenga más relevancia y adhesión.
“La FICI (Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura) ya tenía algunos procesos que estaba llevando a cabo y estaba preparándose previamente. Y con la vicepresidencia de la Conaie se revitalizó este proceso en la provincia”, comentó.
El abogado constitucionalista Giuseppe Cabrera, magíster en ciencias políticas, considera que uno de los factores más importantes que han convertido a Imbabura, pero de manera especial a Otavalo, en el epicentro de las movilizaciones es que sus gobiernos locales, Alcaldía y Prefectura, tienen autoridades de la Revolución Ciudadana, que desde el año anterior han manejado un discurso de oposición e influido en sus bases en contra del Gobierno de Daniel Noboa.
“La alcaldesa de Otavalo, el prefecto y la viceprefecta de Imbabura pertenecen a la Revolución Ciudadana. En el caso de la viceprefecta no pasa desapercibida, como, por ejemplo, en la provincia de Tungurahua. En Imbabura la viceprefecta sí es una actora política importante, que viene de luchas y movilizaciones sociales, con militancia, con un peso específico en Otavalo, donde fue concejal”, dijo Cabrera.
“Eso no pasa en buena parte de la zona centro, por ejemplo el prefecto de Tungurahua es indígena y la alcaldesa de Ambato también es indígena, pero son conservadores”, comentó.
Por ahora, la Policía ha confirmado que unas 12 personas detenidas en el marco de las manifestaciones en Otavalo fueron trasladadas ayer a las cárceles de Portoviejo y de Esmeraldas, esto, a pesar de que en esta última se registró ayer mismo se registró una masacre de más de una decena de reos.
Hasta el cierre de esta nota, en medio de cuestionamientos de organismos de derechos humanos, ni el Ministerio del Interior ni el SNAI (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores), han proporcionado información sobre estos detenidos ni de las acusaciones en su contra por el presunto delito de terrorismo.
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