La compra de energía a países vecinos no ha sido suficiente para detener los racionamientos mientras se esperan resultados de medidas paliativas anunciadas por el gobierno. Por ahora, las autoridades siguen en las mismas: sin poder dar respuestas concretas.
Sin una fecha para el fin de los racionamientos eléctricos, Ecuador permanece en la incertidumbre sobre los impactos que esta medida extrema ocasiona en la vida de millones de personas.
Consultado por Ecuador Chequea, el Ministerio de Energía respondió que aún no estaba en capacidad de informar, con exactitud y precisión, cuándo terminarán los apagones iniciados el viernes 27 de octubre. Un día antes de ese inicio, el pronunciamiento oficial del titular de dicho ministerio, Fernando Santos Alvite, tampoco brindó certezas: “Esperamos que para la Navidad ya tengamos luz permanente”.
Tras una semana y media, los racionamientos continúan a pesar que Ecuador ya empezó a recibir electricidad que en un principio Colombia se negó a vender por priorizar las necesidades de su propio mercado interno, por lo que los presidentes de ambos países acordaron personalmente la venta.
En este contexto, el único cambio en los racionamientos, como es el de la reducción de cuatro a dos horas diarias, no fue el resultado de medidas planificadas por el Gobierno: las propias autoridades explicaron que respondió a una recuperación de niveles de los embales de las principales centrales de generación hidroeléctricas, las cuales se encuentran localizadas en áreas afectadas por “estiaje” o ausencia de lluvias.
El Ministerio de Energía asegura que este jueves prevé abrir los sobres cerrados con las ofertas de empresas interesadas en participar en el concurso público para contratar 465 megavatios. Y la adjudicación, agrega, se realizará el miércoles próximo.
Otras medidas anunciadas oficialmente para enfrentar los racionamientos que este lunes 6 de noviembre se volvieron a aplicar, tras el feriado de cuatro días con el servicio ininterrumpido, son las de contratar más energía de centrales térmicas, como 125 megavatios de la planta Termo Esmeraldas 1, que se reactivó tras un año de permanecer dañada.
Mientras el país espera resultados de esta medida, no le queda otra alternativa que consultar los horarios diarios de racionamientos. En el caso de Quito, la Empresa Eléctrica Quito ha habilitado una aplicación a la que se puede acceder a través del siguiente enlace: https://arcgis.eeq.com.ec/portal/apps/instant/minimalist/index.html?appid=f3c3f3b184ab44debc4978b9c380bc1d
Se trata de un mapa interactivo en el que el usuario debe localizar y hacer clic en la zona que desea consultar. Una vez seleccionada, en un recuadro ubicado en la parte izquierda se despliega la información de los horarios y sus respectivas zonas, tal como se puede apreciar en la siguiente gráfica.
En todo caso, estas alternativas de información, sólo son reacciones ante los apagones, que alteran el trabajo, los estudios y ocasionan cuantiosas pérdidas al comercio en el país. La Cámara de Industrias y Producción y la Cámara de Comercio de Quito, por ejemplo, señalaron en días recientes, en un pronunciamiento conjunto, que el sector comercial dejaría de vender al menos 18 millones de dólares por cada hora sin el servicio de electricidad.
Consultado sobre este tema, él catedráticos de ciencias de la energía de la Universidad San Francisco Víctor Herrera manifestó que existe un gran trabajo pendiente, al grado que se estima que Ecuador está utilizando entre el 65% y el 70% de la capacidad instalada de las centrales de generación eléctrica.
“Hay ciertos generadores que necesitan mantenimiento y, al no contar con el presupuesto o no tenerlo planificado, lo que hacen es apagarlo. Y hemos estado por debajo de la capacidad instalada, con una demanda muy por debajo. Pero ahora ha sucedido que la capacidad instalada sigue siendo superior, pero no tenemos la capacidad de generación y nuestra demanda se sigue manteniendo. Y ahí nos vemos en aprietos”.
En este sentido preguntó por qué, por ejemplo, no estaba planificada la reparación de la central Termo Esmeraldas 1, que estuvo dañada desde el 2022 y recién se la reparó una vez iniciados los apagones.
El mantenimiento de las centrales es, precisamente, la tarea urgente y prioritaria que le espera al Gobierno de Daniel Noboa en el corto tiempo que tendrá, recalcó el experto.
Y lo dijo luego de recordar que se requiere un tiempo en el “mediado y largo plazo” para enfrentar el tema de fondo, como es el de garantizar una “matriz energética diversificada”; es decir, que Ecuador cuente con diferentes opciones de generación de energías limpias y renovables, como la eólica o solar, frente a la alta dependencia de las centrales hidorélectricas para cubrir la demanda.
“El siguiente estiaje (ausencia de lluvias en las zonas de las centrales hidroeléctricas) va a ser muy complicado porque la planificación energética no es a uno o dos años, sino una que tenemos que llevar al 2030 o al 2040, como política de Estado más que política de gobierno”, acotó.
Herrera también comentó que, más allá de la planificación que le corresponde al Gobierno de turno, la propia ciudadanía tiene una corresponsabilidad en “la eficiencia energética”, un uso racional de la propia energía. Aunque esta es una medida paliativa que tiene límites, reconoció, debido a que pedir a los sectores comerciales e industriales que no usen energía representa que no produzcan.
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