El Banco Central reporta un incremento interanual del PIB del 1,2% para el primer trimestre del año. Sin embargo, este crecimiento se ve empañado por una reducción del 1,1% en el consumo de los hogares. Los precios también se han elevado.
Por: Juan Camilo Escobar
Aunque ya se está terminando agosto, las cifras más actuales sobre la macroeconomía del país —presentadas este mes— muestran los datos sólo del primer trimestre de este 2024
El ‘Informe coyuntural de estadísticas macroeconómicas a agosto de 2024’ señala que el Producto Interno Bruto (PIB), ese titán que mide el pulso de la nación, muestra un modesto crecimiento interanual del 1,2% .
A simple vista, esta cifra positiva podría interpretarse como una señal de recuperación, de un aparente progreso; sin embargo, el contexto económico revela un panorama más complejo: el aumento del PIB no se traduce en un fortalecimiento del consumo de los hogares, que experimentó una caída del 1,1%.
Este dato hace fruncir el ceño a los expertos, pues saben que el «consumo final de los hogares» —como se registra en las estadísticas oficiales— es tradicionalmente uno de los motores más importantes del crecimiento económico del país.
En la práctica, cada reducción en este indicador clave es un testimonio de familias que deben ajustar sus presupuestos, que enfrentan la realidad de hacer más con menos, y que ven cómo se estira cada dólar para cubrir necesidades básicas.
En este caso, esa «contracción” del 1,1% también restó un 0,7% al crecimiento del PIB en los tres primeros meses de este año. Pero más allá de los números, esta realidad se siente en las calles.
En un recorrido por zonas comerciales de Quito la mañana de este jueves, Ecuador Chequea contrastó las “cifras macroeconómicas” recientes con la realidad que enfrentan comerciantes y consumidores en la capital.
Algunos clientes de locales en las zonas comerciales de El Condado, Cotocollao y La Florida, por ejemplo, confirmaron, efectivamente, que sus decisiones de compra son más cuidadosas.
Así, por ejemplo, mientras algunas papelerías pequeñas tenían la misma cantidad usual de clientes, la papelería mayorista ubicada en la avenida de La Prensa y La Florida estaba abarrotada de clientes.
Bajo el implacable sol de verano, largas filas se formaban mientras padres de familia, con listas de útiles escolares en mano, esperaban su turno para comprar lo necesario para el regreso a clases de sus hijos.
Aquí, la contracción del consumo deja de ser un dato frío, por testimonios de clientes a quienes no les importó recorrer por la ciudad y comparar los precios en al menos tres o cuatro lugares diferentes para encontrar las alternativas de más bajos precios.
Magaly Loor, por ejemplo, comentaba: “Este año la lista de útiles ha salido muy, muy cara, y por eso no ha importado ir por toda la ciudad a buscar lo más conveniente, lo más económico para poder comprar todo”.
Loor también destacó la estrategia que sigue para ajustar su presupuesto: “Sólo en medias y zapatos busco calidad, porque lo barato se rompe rápido. En todo lo demás, hay que buscar el ahorro”. Sus palabras reflejan la realidad de un consumo más cauteloso, donde cada decisión de compra es una batalla contra el costo creciente de lo esencial.
El citado crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que alcanzó un 1,2% en el primer trimestre de 2024, también fue impulsado en gran medida por la «variación de existencias», que contribuyó con un 1,5%. Sin embargo, este indicador a menudo es interpretado como un signo de acumulación no deseada de bienes no vendidos, lo que refleja una demanda más débil de lo esperado.
Gonzalo Ricaurte, gerente de un local de venta de aros y llantas ubicado en la calle Libertador y Alfareros, en Cotocollao, comprende perfectamente lo que estas cifras representan. «No se está vendiendo en la misma cantidad que en años anteriores. Así, no sólo no amortizamos, sino que tampoco tenemos liquidez», lamentó mientras señalaba las estanterías llenas de promociones de juegos de aros de aluminio desde 200 dólares.
«Vemos que la gente espera hasta el último momento, hasta que la llanta ya esté en hilos para cambiarla. Entonces, hay menos ventas», añadió Ricaurte. Tras una breve pausa, reflexionó sobre la situación económica actual: «Se nota que este año está recesivo».
***
Más paradojas del crecimiento del PIB y desplome del consumo
IMPORTACIONES:
- Las importaciones han disminuido un 3,3%, sugiriendo que el país mira más hacia adentro que hacia afuera. A pesar de esta caída del 3,3%, este sector contribuyó con un 0,9% al crecimiento del PIB,
FORMACIÓN DE CAPITAL:
- La Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF por sus siglas en inglés, un concepto fundamental en la macroeconomía que se utiliza para medir la inversión en activos fijos dentro de una economía), disminuyó un 1,3%. Es el relato de sueños de expansión puestos en pausa, de maquinaria que espera ser comprada, de infraestructuras que aún no ven la luz del día.
GASTO PÚBLICO:
- El “gasto público” del Estado, esa palanca que en otros tiempos se hubiera empujado con fuerza para contrarrestar las adversidades, apenas se movió. Con una variación negativa de 0,3% y una contribución nula al PIB, parece que el Gobierno decidió jugar a la prudencia o a la austeridad.
EXPORTACIONES:
- Las exportaciones también mostraron un descenso, con una variación negativa del 0,5%. A pesar de ser un pilar clave en la economía del país, esta caída restó 0,2% al crecimiento del PIB.
***
¿Y los precios?
Según el último informe, los precios en Ecuador han subido un 1,57% desde julio del año pasado hasta julio de este año 2024.
¿Qué se ha encarecido más?
– Las bebidas alcohólicas y el tabaco: subieron un 4,18%
– El transporte: aumentó un 3,60%
– La atención médica: subió un 2,68%
– Las comunicaciones (como teléfono e internet): incrementaron un 2,59%
La ropa y los zapatos fueron las únicas cosas que bajaron de precio, con una pequeña disminución del 0,41%.
En total, 11 de las 12 categorías que se usan para medir, los precios subieron. Esto afecta al 92,31% de los productos y servicios que la gente suele comprar.
¿Qué significa esto para ti?
Básicamente, las cosas cuestan un poco más que hace un año. Si antes gastabas 100 dólares en la compra, ahora gastarías alrededor de 101,57 dólares por los mismos productos.
Te puede interesar:
· El reglamento para elegir nuevo Fiscal se aprobará el próximo viernes
· El uso progresivo de la fuerza es ‘blanco’ de desinformación